CREER O REVENTAR

¿Qué dice la Ciencia sobre la muerte de Jesús?

¿Existió realmente Jesús de Nazaret? En el día en el que se conmemora su muerte, internautas repasaron los indicios históricos que existen sobre su vida.
Un 30 de marzo del año 33 d.C. según la doctrina canónica del cristianismo, Jesús de Nazaret fue crucificado en Judea y murió para salvar a los cristianos. La realidad histórica, más allá de la fe, es algo diferente.
La crucifixión en época romana era una condena reservada para esclavos, ladrones, sediciosos y piratas por ser la muerte más dolorosa y humillante posible.
El historiador judío del siglo I Flavio Josefo cuenta que durante y tras el asedio de Jerusalén muchos cautivos fueron crucificados uno tras otro a lo largo de las vías de entrada y las murallas de la ciudad.
La tercera guerra servil (73 – 71 a.C.) también conocida como guerra de Espartaco, terminó con 6 mil de sus seguidores crucificados.

Habría sido crucificado por “infractor”

Según las fuentes cristianas, en el año 337 el emperador romano Constantino abolió la pena de crucifixión en el Imperio Romano en honor de Jesucristo.
A pesar de que la religión cristiana nos da una versión mística de la crucifixión, desde el punto de vista de la fe, nosotros queremos contarla desde una perspectiva histórica, siguiendo las principales hipótesis de la investigación actual.
Jesús de Nazaret fue crucificado por ser un sedicioso contra la ley romana. Anunciaba la llegada de un reino en el que no se tenía en cuenta a Roma o al emperador.
Fue el prefecto de la provincia romana de Judea Poncio Pilato y no los judíos el que condenó a Jesús, no por sus connotaciones místicas, que todavía no existían como tales, sino por no cumplir la ley de Roma, como mencionan los propios evangelios (Lc. 23,2).

Conflicto en Roma

Con el paso del tiempo, el relato fue paulatinamente modificado para culpar a los miembros del Sanedrín por la muerte de Jesús. A sus seguidores no les interesaba que se viera a un Mesías contra de Roma, sino a uno que fue víctima de un conflicto entre judíos.
La imagen de Jesucristo que aparece en los evangelios es distinta de la del Jesús histórico, estudioso de la ley judía que vivió en la Judea del s. I d.C. Ahora vamos a diferenciar bien estos dos personajes: uno místico y el otro histórico.
En Jesucristo se mezclan dos figuras distintas: una divina y otra terrenal. Por un lado, la construcción mística de Christos -el Ungido o el Mesías- y por otra un artesano estudioso de la ley judía que predicaba la llegada del fin del mundo y el reino de Yahvé en la tierra.
La investigación considera que la figura de Jesús como personaje histórico es factible. Se trata de un hombre con un perfil bastante común en la Judea de comienzos del s. I. Un estudioso de la ley judía que intentó convencer a sus conciudadanos de que el fin del mundo se acercaba.

Atentado contra la ley romana

Las historias que aparecen en los evangelios, con errores, incongruencias y retoques posteriores, son la prueba de que dichos relatos se basaron en un personaje real. Por simple economía, si alguien hubiera ideado un personaje ficticio, habría creado una historia más «perfecta».
El fracaso de Jesús en su propósito de convencer a sus conciudadanos de que el reino de Yahvé en la tierra estaba cerca, lo condujo a su muerte en la cruz por atentar verbalmente contra la ley romana y el emperador, pues este no tenía cabida en el nuevo reino que anunciaba Jesús.
La segunda figura que podemos asociar con Jesucristo es una construcción mística, “Christos” -el Ungido-, creada por Pablo de Tarso tiempo después de la muerte del Jesús histórico. En este caso, esta figura, elige morir en la cruz como sacrificio para la redención de los pecados.

Figuras similares

Históricamente es posible aceptar la primera figura. Conocemos varios predicadores de la época con las mismas características. La existencia de la segunda figura es materia de la fe y no de la historia. Ambas se fueron entremezclando en el personaje del Jesucristo canónico.
A veces encontramos artículos -en internet- que niegan la existencia del Jesús histórico. Todos suelen contener el mismo error de base. Hablan de Jesús de Nazaret pero en realidad se refieren a Jesucristo, una construcción cristiana imposible desde el punto de vista histórico.
Muchos investigadores consideran que Jesús reunió a un grupo de seguidores que no debía sobrepasar las cien personas en el momento de su muerte. De ese grupo inicial, que posteriormente se escindió varias veces, surgirían los primeros «cristianos» (judíos seguidores del Mesías).

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