EL PRIMER MUERTO INSTITUCIONAL DE CHUBUT EN MUCHO TIEMPO. LA POLICÍA Y LOS VECINOS PUSIERON EL CUERPO QUE SACA LA POLÍTICA. LOS CONDIMENTOS DEL CAOS: DEFAULT=FALTA DE DIÁLOGO= VIOLENCIA INSTITUCIONAL= IMPOTENCIA SOCIAL=HERIDOS PÚBLICOS

Todos golpeados

Por Trivia Demir

El de ayer fue definitivamente un día trágico, pero no para el olvido, sino para el recuerdo, la reflexión y la acción. Hubo un muerto y varios heridos físicos, pero sobre todo muchos más heridos en su buena fe en una cuasi-revolución provincial que está prendida, en rechazo a la realidad y a los exabruptos del poder. Que es igual a decir repudio al vaciamiento financiero que ahora sufre la población.
El desenlace fue un enfrentamiento doloroso entre vecinos, empleados públicos todos ellos, en el marco de la tercer protesta contra el Gobierno provincial, que fue el disparador de tales circunstancias. Mal que pese, la violencia no comenzó ayer ni ahora. El destrato institucional genera sentimientos ariscos, y la reacción de la impotencia y la militarización del vacío político terminó en agresiones físicas. Nada absolutamente nada justifica los hechos, pero todo ello lo explica de alguna manera.
La racionalización no es mansedumbre, es por el contrario tener la capacidad de reflexionar sobre los sucesos para superarlos de la manera menos traumática posible como sociedad.
Hay desde hace unos diez años una disciplina nueva, llamada “caología”, a la que algunos ya consideran una de las principales invenciones que han revolucionado la historia de las civilizaciones.
Para la caología nada es simple, el orden se oculta tras el desorden, lo aleatorio está siempre en acción, lo imprevisible debe ser comprendido.
Se trata en el fondo de entender estos caos cotidianos, como el que hoy nos agobia. De aprender de las causas por las cuales el “orden deviene en desorden” y por lo tanto, es importante el análisis de la naturaleza de la realidad del desorden. En las sociedades contemporáneas, más que nunca, el desorden se desplaza por las diferentes producciones simbólicas, desde la literatura hasta el discurso político. En este universo de transformaciones en apariencia racionales, surgen las formas reales del desorden que no son solamente parte de la imaginación, dice un tipo llamado Balandier.

Mala cosa sacar el cuerpo

No hacía falta ser muy experto en política para darse cuenta que el tipo de “política evasiva” que le sugieren al gobernador Mariano Arcioni sus asesores, no es más que un modo de ir estirando la mecha de la bomba que tarde o temprano le estallará a la gobernabilidad en las manos. Su discurso descafeinado y desesperanzador respecto a las finanzas de todos, genera bronca. Más allá de los esfuerzos discursivos por enumerar reuniones gremiales, como lo hizo ayer el mandatario (ocho horas después del trágico desenlace), como si se tratar de justificar una minuta de servicios prestados, no hizo más que reeditar la actitud de autismo político ya reflejado en la propuesta de sometimiento masiva enumerada en su “Acuerdo Ciudadano”. Un modo de ejercer el poder público desde una perspectiva “cuentapropista” que no sólo provoca rechazo, sino impotencia y exacerbación.
En esa aclaratoria por ejemplo apuntó las veces que decidió hablar con los gremios y algunos sectores, pero no mencionó las otras tantas veces que las otras partes quisieron dialogar con él o sus ministros, y fueron literalmente destratados desde un lugar decisorio. Si esto no es violencia institucional qué es? No hace falta googlear nada para saber que cuando no hay dinero ni soluciones y hay un compromiso contraído por lo menos y por sobre todas las cosas, debe haber dialogo. Y el diálogo es una interacción de partes, de interlocutores, y cuando se convierte en negociación, ese diálogo se debe sostener en el tiempo.
En Chubut, nada de esto está sucediendo, no hay negociación. Hay determinismo. Hay evasivas. Hay ausencia de funcionarios en los momentos donde una parte de los interlocutores han pedido hablar, lo que se siente como interrupción del diálogo y por ende opresión. Y en ese marco, la lógica del oprimido es empujar para entrar a donde lo están dejando afuera, para graficarlo. Una escena compleja que ayer se repitió con lamentables consecuencias en Fontana 50. Y donde la demonización de una u otra parte sería una simplificación demasiado desconsiderada como para honrar la memoria del hombre caído y el dolor de su familia.

Obligados por la mayoría

En toda sociedad coexisten la “complejidad vertical”, es decir, la persistencia de formas estructurales y relaciones tradicionales, y la “complejidad horizontal” que corresponde al modo como se entrecruzan las estructuras tradicionales, modernas y contemporáneas en un mismo tiempo, y se explica la confluencia de tres realidades en el hoy y ahora: pasado, presente y futuro.
Por eso, el análisis político de largo plazo, así como el coyuntural, están obligados a seguir el curso de la “complejidad social y política” y de las fuerzas latentes que se revelan o surgen a la par de los conflictos. O sea, la historia no empieza cuando llega tal o cual al sillón de Fontana. Ni en términos de compromisos contraídos, ni de relaciones humanas y mucho menos de pujas de poder. Creer esto es seguir subestimando a este conjunto que se denomina Estado.

Causas y consecuencias

La movilización de los estatales de ayer se realizó en el marco de un paro de 48 horas, convocado por la mesa de unidad sindical que reunió a todos los gremios del sector público provincial. Fue reiterativamente anunciado, como para que, como en los otras movilizaciones los funcionarios vuelvan a argumentar que no lo tenían previsto y estaban en Comodoro. Fue el tercer paro que se realizó contra la administración de Arcioni en rechazo a las medidas de «ajuste» del gobierno provincial y al pago escalonado de los sueldos.»Vinimos a pedir una reunión con el gobernador al mediodía para pedirle respuesta de los cuatro puntos que venimos reclamando. Nos dijeron que no estaba el gobernador ni (el ministro Coordinador) Sergio Mammarelli», dijo un sindicalista.
«Vimos que había una estrategia de empujarnos con los escudos y ahí pasa lo que ocurre cuando hay mucha gente. Empezaron a empujar y lo hacemos cargo al gobernador de Chubut porque no hay sueldos, no hay obra social, hay trabajadores despedidos, gobiernan con decretos y se cagan (sic) en lo que dice la Legislatura y los trabajadores”, resumió un delegado. No podía pasar otra cosa. Hubo refriega, heridos de los dos bandos, pero once efectivos policiales y un fallecido de la fuerza. Ellos pusieron el cuerpo que la clase política sacó.
Chávez llevaba 29 años de servicio y se desempeñaba como el Jefe del Área de Asuntos Internos de la Jefatura de Policía. A raíz del hecho ocurrido, los gremios y la propia gente movilizada decidieron levantar la medida de fuerza.

Desempoderados y desconcertados

Como lamentable hecho político además de haber sido demasiado caro para Chubut, fue prácticamente inútil. Horas más tarde el discurso no había cambiado casi nada. Unilateral y desprovisto de adeudo. Hay quienes ejemplificaron que en términos políticos si esto mismo le hubiese sucedido al exgobernador Mario Das Neves, a la media hora habría salido por cadena provincial o a capitalizar el hecho victimizándose, o desatando un contraataque lapidario contra el sindicalismo, responsabilizándolo del caos y encapsulando por buen tiempo la protesta. Diferencias y continuidades.
No sólo dejó bastante que desear la breve y light soflama del ejecutivo, sino y por sobre todo, el silencio sepulcral de los demás poderes del Estado, y de la referencia política de los demás partidos.
En los tiempos que corren a nivel ejercicio del poder, el orden nuevo, producto del nuevo protagonismo estatal, hace que la ruptura con el pasado que aplica la proyección en el futuro, se convierta en una transgresión necesaria. Este nuevo orden niega el curso de la historia anterior, designa a un enemigo como factor de desorden, agentes del mal social y factores de declinación, a todos los emisarios del pasado. El poder en esas circunstancias se vuelve más independiente de lo político, se refugia en el “saber” como nuevo atributo que lo legitima. Todo esto, es teoría del caos y probablemente quienes piensan que en Chubut todo se reordenará por sus propios barquinazos, tengan algo de razón. Pero en la práctica, hay que ver quien queda arriba de este carro, sano y salvo.

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