En nuestro país, todos años se diagnostican 100.000 nuevos casos de cáncer y 70.000 personas mueren como consecuencia de esta enfermedad. Al respecto, especialistas médicos argentinos remarcaron que es sumamente importante el diagnóstico temprano, ya que una cantidad considerable de estos decesos se evitaría en caso de tener un análisis detallado de la patología cuando la misma no ha avanzado considerablemente.
Puntualmente, Julia Ismael, coordinadora del Instituto Nacional del Cáncer, que depende del Ministerio de Salud de la Nación, explicó que el término “cáncer” designa a un amplio grupo de enfermedades que comienza en las células. “Para entender por qué se produce esta patología es necesario referirse a lo que sucede cuando las células normales se hacen cancerosas. El cuerpo está compuesto por muchos tipos de células. Normalmente, las células crecen y se dividen para producir nuevas que son indispensables para mantener sano el organismo. Algunas veces este proceso ordenado se descontrola. Nuevas células se siguen formando cuando el cuerpo no las necesita y otras viejas no mueren, cuando deberían morir, formando una masa de tejido que se denomina tumor. Es importante aclarar que los tumores pueden ser benignos o malignos y sólo estos últimos son cancerosos”, remarcó. En referencia a los tumores malignos, la especialista especificó que dado que sus células tienen anomalías, se dividen sin control y sin orden, “pueden invadir y destruir el tejido a su alrededor, entrar al torrente sanguíneo o al sistema linfático y diseminarse a otros órganos”.

Nuevos diagnósticos

Al ser consultada en una entrevista con Infobae sobre la cantidad de diagnósticos y muertes que hay en nuestro país por el cáncer, Ismael explicó que en Argentina se diagnostican unos 100.000 casos por año, mientras que se producen 70.000 muertes anuales como consecuencia de esta enfermedad. “El impacto se expresa, además, como muertes prematuras, pues el cáncer ocupa el primer lugar en las mujeres y el segundo en varones, como causa de daños de vida prematuramente perdidos”.
La coordinadora del Instituto Nacional del Cáncer también detalló que los tumores malignos producen también una carga sustancial en términos de discapacidad, sufrimiento y gasto de recursos del sistema de salud. “El cáncer es un grupo de enfermedades complejas que responden a diferentes causas y tienen diferentes tratamientos y pronósticos. Esto plantea un problema de salud complejo cuyo abordaje debe ser integral y continuo, ya que implica acciones que van desde la prevención primaria y promoción de la salud hasta la rehabilitación y cuidados paliativos, pasando por la detección, el diagnóstico y tratamiento”, sostuvo.
Al referirse a estas diferentes etapas, la especialista identificó ventanas de oportunidades para el control de la enfermedad. La evidencia científica, según Ismael, sugiere que alrededor del 40 por ciento de los tumores puede evitarse si se controlan ciertos factores de riesgo como el consumo de tabaco, alcohol, estilos de vida como el sedentarismo, los hábitos alimentarios que determinan el sobrepeso, así también como a través de la prevención de infecciones.

Tipos de cáncer

La doctora especializada se refirió también a cuáles son los tipos de cáncer más comunes en nuestro país y resaltó que los primeros cinco son: de mama, colon, pulmón, próstata y cérvico-uterino. Al respecto, enfatizó que “existen diferencias de incidencia a través de las diferentes provincias y regiones de Argentina. Y la distribución desigual en mortalidad a lo largo de nuestro país se explica debido al elevado número de diagnóstico tardío de la enfermedad, en el cual las posibilidades de curación disminuyen notablemente”. Para ejemplificar este tipo de casos remarcó que el cáncer cérvico-uterino, que es causado por la infección del Virus de Papiloma Humano, a pesar de que existen métodos de prevención altamente efectivos, es el segundo más diagnosticado en mujeres de entre 35 y 64 años. “Cada año se diagnostican alrededor de 5.000 casos nuevos y mueren 1.800 mujeres por esta enfermedad”, aseveró.
En el interior de nuestro país, sobre todo en las provincias del norte, la situación es totalmente diferente, ya que en estos casos influye más la situación de desigualdad, relacionada esencialmente a la pobreza y al bajo nivel de instrucción, existiendo jurisdicciones que poseen una tasa de mortalidad que duplica la tasa nacional, y que es cuatro veces mayor que la de aquellas provincias que se encuentran en una mejor situación. Al respecto, Ismael dijo: “es así que la mortalidad por cáncer de cuello uterino es mayor en las provincias del noreste, noroeste y distritos de menores recursos de la provincia de Buenos Aires, como así también en las regiones suburbanas de provincias como Santa Fe, Córdoba y Mendoza”.

Diagnósticos tardíos

Uno de los mayores inconvenientes que se dan con estas enfermedades en nuestro país es la demora en el diagnóstico de las mismas, teniendo en cuenta que “alrededor del 30% de los tumores se diagnostican en estadios avanzados, lo que sugiere falencias para detectar tempranamente el cáncer y barreras en el acceso a un cuidado oportuno”, destacó la doctora. Además, expresó que “en cuanto al cáncer colorrectal, cuando se diagnostica, en más del 60% de los casos, la enfermedad ya se encuentra avanzada y éste es el principal factor que influye en la sobrevida”. “En relación al cáncer de mama y de cuello de útero vemos una mayor mortalidad según el índice de desarrollo humano (IDH) de cada zona geográfica. Uno de los principales determinantes de esta situación es el acceso reducido a la detección servicios especialmente, entre mujeres en condiciones de vulnerabilidad. La evidencia muestra que para acceder la prueba de Papanicolau (PAP), mujeres vulnerables enfrentan barreras sociales, geográficas y culturales, así como obstáculos relacionados con el funcionamiento del sistema de salud”, agregó.
Otro de los datos a resaltar de las declaraciones de la especialista que trabaja para el Ministerio de Salud de la Nación es detalló que actualmente se está implementando la Cobertura Universal de Salud (CUS), que busca que todos los individuos, especialmente los más vulnerables, puedan tener acceso a los servicios de calidad que necesitan a lo largo de todo su ciclo de vida, ya sea de promoción, prevención, curación, rehabilitación o cuidados paliativos, sin tener que pasar por dificultades financieras para pagarlos, incluyendo la distribución de los medicamentos oncológicos esenciales.
Por último, la coordinadora del Instituto Nacional del Cáncer se refirió a otras estrategias que existen en nuestro país con respecto a la prevención, a lo que remarcó que “existen tres patologías priorizadas en las que la prevención secundaria ha demostrado mejorar la sobrevida. Ellas son el cáncer de mama, de cuello uterino y colorrectal”. “La estrategia integral para la prevención del cáncer cervico-uterino desarrollada por el Ministerio de Salud de la Nación, contempla la prevención primaria a través de la vacuna contra el VPH, y la prevención secundaria con el PAP o el test de VPH. El Programa Nacional de control del Cáncer de Mama aconseja la mamografía a partir de los 50 años hasta los 74 años, al menos cada dos años, en mujeres asintomáticas y sin factores de riesgo. El Programa Nacional de Prevención y Detección Temprana del Cáncer Colorrectal se basa en un test sencillo en materia fecal que debe realizarse anualmente. Inicialmente se llevó adelante una prueba piloto en las provincias de Tucumán y Misiones. Actualmente se encuentra en etapa de expansión en Mendoza, Neuquén, Provincia de Buenos Aires y CABA”, puntualizó sobre cada uno de los casos anunciados.