CONCEJALES RATIFICARON EL CARÁCTER “NO EUTANÁSICO” DEL MUNICIPIO

Proponen regular la población de perros y gatos en Madryn

Desde hace décadas, la superpoblación de animales callejeros ha sido una problemática cuyo abordaje no ha logrado ser cien por cien efectivo; por un lado, en virtud de la cantidad de recursos necesarios para llevar adelante campañas que logren reducir la cantidad de perros y gatos y, por el otro, por la falta de concientización respecto de la denominada “tenencia responsable”.
Días atrás, el concejal Enzo Terrera (Chubut Somos Todos) elevó un proyecto legislativo que fue acompañado por el resto de los bloques, el cual propone la implementación de una campaña masiva de castraciones, advirtiendo que el problema de la superpoblación es concebido como una prioridad por parte del Estado Municipal.
En este contexto, la iniciativa consideró “los antecedentes y experiencias llevadas a cabo en diversas comunas y municipios de nuestro país acerca de las formas de control de la superpoblación de animales de compañía, y los propios antecedentes experimentados en nuestra localidad, a partir de la implementación del Programa de Castraciones Gratuitas y la necesidad de contar en nuestro Municipio, con un sistema eficaz para dicho control de manera definitiva, como Política de Estado, ética eficiente y económica, independiente de los cambios de gobierno del poder ejecutivo”.

Prevención

Entre los fundamentos del proyecto, el edil consideró que “debido a que la progresión de reproducción de perros y gatos es geométrica, la esterilización quirúrgica masiva, gratuita, sistemática, extendida y abarcativa, es la única solución eficaz; cualquier otro método ha demostrado no dar resultados en cuanto a la disminución de la superpoblación animal, por carecer de fundamentos biológicos, éticos y eficaces por no actuar sobre las causas que originan esta situación”.
En consecuencia, “no se da respuesta a la problemática de la salud pública en general”, sostuvo.
En el plano estadístico, detalló, a modo de ejemplo, que “una perra y sus descendientes pueden producir hasta 5.430 cachorros en siete años, del mismo modo una gata y sus descendientes pueden producir hasta 509.100 crías en el mismo período; este cálculo matemático muestra el crecimiento inicial de estas poblaciones que, si bien es condicionado por la capacidad de carga del hábitat provocando la muerte de millares de ejemplares cada año, igualmente genera un excedente visible en las calles”.
Además, remarcó que “es la prevención el método idóneo para frenar la superpoblación de animales domésticos controlándose, en consecuencia, las patologías con posibilidad de transmisión al hombre”.

Contra el “encierro”

Por otra parte, el documento presentado durante la última Sesión Ordinaria hizo hincapié en que la práctica de la esterilización quirúrgica “es aceptada en el mundo y en muchas partes de nuestro país como procedimiento correcto para controlar la superpoblación canina y felina evitando cualquier desequilibrio ecológico, en contraposición al encierro” y que “el equilibrio biológico se logra no propendiendo a la erradicación o al encierro de los animales sino a su desarrollo controlado y sanitario en una concepción de respeto por la vida que tienda a armonizar su relación con el hombre y con el ambiente, ya que está biológicamente demostrado que un animal que es retirado del hábitat rápidamente es sustituido por otro que llega a ocupar esta espacio territorial liberado”.
En la misma línea, “las políticas de encierro no sólo no solucionan el problema, sino que lo agravan; mantener poblaciones comunitarias castradas evita la permanente renovación y sustitución por ejemplares no castrados; así, la población canina, irá disminuyendo natural y gradualmente”, planteó.

La forma “más económica de control”

En lo referido a la fauna urbana, la misma “ha sido introducida por el hombre al seno de la sociedad y si consideramos que durante milenios se ha domesticado a los caninos y felinos quitándoles las posibilidades de subsistencia y su hábitat natural, y por ende la posibilidad de lograr su propio equilibrio poblacional, es lógico que la sociedad cree las condiciones para remediar esta intromisión”, advirtió Terrera, agregando en el texto del proyecto que “la población acepta y reclama este método ético y eficaz dado que la castración quirúrgica es la forma más económica de control de la población animal y que el encierro y/o el sacrificio es una práctica rechazada por la comunidad que además sólo actúa sobre las consecuencias del problema y no sobre las causas”.

Prevenir enfermedades animales

En este orden, expuso que “las castraciones masivas tienen amplios beneficios tanto para los animales, como para las personas y la sociedad en general, evitando crías no deseadas, mordeduras, peleas, fugas, maullidos nocturnos, rociado de orina y problemas con los vecinos; los animales serán más sanos, vivirán más años y serán más guardianes, evitando que se contagien enfermedades como brucelosis, sarna, hongos o parásitos, evitando, además, en las hembras, cáncer de mama, de ovario, infección uterina, hernias, embarazo psicológico, descalcificación o muerte de parto; en los machos, cáncer de próstata, de testículo, enfermedades venéreas: tumor de sticker o brucelosis”.
Sobre esto último, resaltó que “habrá menor cantidad de animales en la vía pública, y rotura de bolsas de basura, menos ruidos molestos, mordeduras y menos accidentes de tránsito, ya que el animal castrado disminuye su nivel de testosterona, por lo cual deja de pelear por las hembras en celo, y de deambular por las calles en su busca y seguimiento, disminuirá el abandono y el maltrato de animales”.

Gratuidad y salud pública

El servicio, además, “debe ser gratuito por muchos motivos, siendo quizás el más importante el de que se trata de una medida de salud pública y de acceso para todos”, planteó el concejal en el proyecto, ahora convertido en Ordenanza, sumando a ello que “el origen del problema no está en el perro de la calle, que ha perdido en general su capacidad reproductiva por mala nutrición; el problema surge en el animal con dueño, que está en la calle, pero que tiene su causa en los domicilios”.
En este contexto, describió que “el perro con dueño que no puede ir a castrarse solo; por ello, las consecuencias de no castrar, las padece el propio animal y toda la comunidad; el servicio debe ser constante y debe acercarse también a los barrios más desprotegidos, ya que son los que cuentan con mayor cantidad de animales y menos medios de movilidad para llegar a los centros de esterilización, y debe ser abarcativo, incluyendo machos y hembras, caninos y felinos, con dueño y sin dueño”.
El hecho de no afrontar y dar solución a esta situación “conlleva también a desatender situaciones que hacen a la salud pública como es el caso de las enfermedades transmisibles al hombre, el problema de la rotura de basura, las mordeduras y el orín y las deposiciones en espacios públicos”, sostuvo.

Cuidado y tenencia responsables

Por otra parte, el texto del documento expuso como fundamento que “el exceso de animales incapacita al ciudadano para ejercer un Cuidado Responsable, ya que nacen más de los que la comunidad puede absorber” y que “el Municipio debe observar al equilibrio de la población animal como paso indispensable para lograr la responsabilidad, resulta inadmisible exigir Cuidado Responsable a una comunidad desbordada donde nacen más animales de lo que es capaz de absorber”, añadiendo que “al nacer más animales de los que la sociedad puede absorber, muchos terminarán en las calles, y en la muchos casos vecinos solidarios que se han sensibilizado con un animal en situación de calle, producto del nacimiento descontrolado lo ayudan con agua y comida, generando otro inconveniente”.

Profundizarán gradualmente el abordaje

En primer lugar, la Ordenanza fue declarada como de “Interés Público para el Municipio” de Puerto Madryn, en virtud de la importancia de regular la superpoblación canina y felina.
A su vez, el segundo artículo reforzó la idea de proteger “la vida de los animales, prevenir los actos de crueldad y maltrato y controlar su salubridad con métodos éticos” como una política de Estado municipal.
Además, ratificó “como único método ético y eficiente para el control del crecimiento poblacional de animales de compañía, la práctica de la castración quirúrgica gratuita,temprana, masiva, abarcativa, sistemática y extendida de machos y hembras, de especie caninas y felinas” y describió el carácter de “masiva” teniendo en cuenta que “debe abarcar el mayor número de mascotas en el menor tiempo posible, sobre la base de considerar que hay un animal (perro/gato) por persona en ciudades de mas de 10 mil habitantes, en el primer año a partir de la sanción de esta ordenanza, se debe esterelizar, como mínimo, el 10 por ciento de la población de perros y gatos anualmente, con y sin dueño, siendo política de Estado tender a profundizar, en los años siguientes, los porcentajes establecidos precedentemente”.

La salud animal, prioritaria

En otro orden, el proyecto ratificó al Municipio como “’No Eutanásico’ para el control de la población de caninos y felinos, de tal modo que se prohíbe matar perros y gatos en el ámbito de la salud publica o a través de algún tipo de tercerización de este servicio contratado por el Estado Municipal”.
La Municipalidad, además, “elaborará, desarrollará e implementará políticas adecuadas para la preservación de la salud animal procurando así evitar el contagio a personas, mediante la prevención, promoción y protección, y asistencia, tal que garanticen la eliminación y/o disminución de las enfermedades de ocurrencia habitual o esporádica en el ámbito de Puerto Madryn”.
En cuanto a las facultades del Departamento Ejecutivo Municipal, este podrá “expresamente exigir la esterilización de los animales a pesar de la negativa de los propietarios o cuidadores de los mismos y cuando primen intereses de salubridad, de higiene y/o cuando se detecte un número excesivo de animales, falta de cuidado de los mismos, peligro de transmisión de enfermedades, como así también de los animales que estén siendo utilizados para prácticas ilegales, o se encuentren sueltos en la vía pública, o hayan mostrado agresividad hacia personas u otros animales”, a la vez que también “estará facultado para exigir que los propietarios de los animales mantengan a los mismos dentro de sus predios debidamente cercados y cerrados”.

Podrán castrar callejeros

En cuanto a los “animales sueltos”, el Ejecutivo Municipal “se reserva el derecho de castrar a todo perro o gato, macho o hembra, que se encuentre suelto en la vía pública”, estableció la Ordenanza, agregando que “para el control de la salubridad se garantizará la entrega de las dosis de vacunas antirrábicas y las dosis de antiparasitarios necesarias para abarcar a la población animal local; para el control de la reproducción de perros y gatos, se desarrollarán y ejecutarán los planes que tendrán como objetivo efectuar castraciones quirúrgicas en forma masiva, abarcativa, sistemática y extendida, con el fin de lograr un adecuado control poblacional; para el control de las zoonosis se diseñarán los programas y acciones a implementarse o se dará continuidad a los ya existentes”.
Todas estas prestaciones devenidas de esto último “serán gratuitas y se realizarán en los puntos estratégicos que el Ejecutivo Municipal establezca, además de su propia dependencia de Veterinaria y Zoonosis”.

Incluirán a los proteccionistas

“En establecimientos educativos, hospitales o geriátricos, estará permitida la permanencia de animales que impliquen fines educativos, terapéuticos de readaptación y los que presenten un servicio social como lazarillos o función similar”, impuso la Ordenanza, sumando a ello que “la permanencia de animales domésticos en establecimientos públicos o privados estará sujeta a las normativas que al respecto dicten las autoridades y/o encargados y, en el caso de espacios privados, los dueños o responsables de esos lugares, debiéndose establecer las pautas y exhibir los correspondientes reglamentos en lugar visible y destacado, caso contrario se considerará que no existe impedimento para el acceso y permanencia de los mismos”.
Sobre el rol de las organizaciones no gubernamentales con objetivos de protección animal con personería jurídica, algunas de ellas muy conocidas en la ciudad, “que puedan acreditar trayectoria en la ciudad, deberán tener participación activa en el cumplimiento de los fines y objetivos fijados por la presente Ordenanza”, estableció la Ordenanza.

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