PROPONEN PROHIBIR LA DISTRIBUCIÓN DE DESCARTABLES EN COMERCIOS

Crece la preocupación por presencia de residuos plásticos en las playas del Golfo

La problemática de la basura en los sectores costeros no es nueva, pero continúa generando quejas y preocupación por parte de los vecinos, tanto de Puerto Madryn como así también de Puerto Pirámides, dos de los principales destinos turísticos de la provincia del Chubut.
La falta de conciencia por parte de quienes arrojan sus residuos en la arena y en el mar constituye una postal muchas veces vista, pero a su vez, también es un flagelo que hasta el momento no se ha podido erradicar desde el ámbito de la concientización y las políticas públicas.
La contaminación generada por los plásticos también es un problema a nivel general, donde la fauna marina se ha visto alterada y perjudicada por la presencia de residuos de materiales no biodegradables, ya sea por empresas que arrojan cajones y distintos elementos de descarte a las aguas, como así también por los ocasionales bañistas, ya sean locales o visitantes, que no se hacen cargo de la basura generada en momentos de ocio y esparcimiento, perjudicando el medio ambiente tanto dentro como fuera del mar.
La muerte de mamíferos marinos como consecuencia de la ingesta de plásticos es uno de los principales factores que ha motivado, históricamente, la legislación respecto de los residuos en las costas del Golfo Nuevo; recientemente fue elevado, al Concejo Deliberante de Puerto Pirámides, un proyecto que ya había sido presentado con anterioridad, el cual propone la prohibición de que los comercios ofrezcan vajilla, sorbetes, bandejas y otros elementos de plástico, atentos a las consecuencias que ello ha dejado en evidencia en la zona de playa, principalmente durante la temporada alta.
Se trata de una propuesta que también podría ser implementada en la ciudad del Golfo, con el objetivo de preservar uno de los distintivos más importantes de Madryn, tanto en el aspecto natural como así también, en el turístico.

Dos mil kilómetros contaminados

La iniciativa fue presentada por la Fundación Tierra Salvaje (WEF) y autoridades del Programa de Varamientos y Desenmallamiento de Cetáceos de la Red de Fauna Costera de Chubut, y tuvo en cuenta varias cuestiones que hacen a la preocupación por la contaminación generada por este tipo de residuos, entre ellas que “los residuos plásticos son uno de los contaminantes más comunes y más persistentes que se encuentran en el ambiente marino-costero a nivel mundial”, siendo que “en Argentina, los plásticos son los residuos más comunes que se encuentran a lo largo de, al menos, 2 mil kilómetros de costa”.
A su vez, el documento planteó que “las especies marinas que habitan y se alimentan en nuestras costas están expuestas a grandes niveles de contaminación pos plásticos” y que “el origen de esta contaminación no solo es marítimo sino también terrestre y puede ser generada tanto a nivel local como en localidades vecinas, por pesquerías que arrojan residuos al mar o por bañistas que dejan sus residuos en la playa, los cuales son arrastrados mar adentro con la pleamar”.

Delfines con plástico en el estómago

Al menos “unas 267 especies marinas son afectadas por residuos plásticos alrededor del mundo, ya sea por ingestión o enmallamiento”, expresaron desde la Fundación a través de la propuesta elevada al Concejo Deliberante de la villa balnearia, sumando a ello que “la cantidad de especies que sufre este impacto sin dudas aumentará cuando comience a evaluarse cómo la problemática afecta a
organismos marinos más pequeños; el fenómeno es bien visible en la megafauna marina, con consecuencias graves como laceraciones, oclusiones estomacales, obstrucciones intestinales, desnutrición y muerte que afectan al 44% de las especies de aves marinas, 32 por ciento de especies de cetáceos, 58 por ciento de especies de pinnípedos y a todas las especies de Tortugas marinas”.
El problema “probablemente esté siendo subestimado”, remarcó la iniciativa, agregando que “es posible que haya otras especies víctimas de este tipo de residuos que aún no han sido detectadas en la inmensidad del océano, debido a que se han hundido al morir, o han sido ingeridas por un predador” y citando que “se han documentado al menos 26 especies de cetáceos que ingieren residuos
plásticos; en el Mar Argentino, los primeros datos fueron obtenidos por una investigación realizada por los doctores Pablo Denuncio y Ricardo Bastida
(Universidad de Mar del Plata-CONICET), quienes analizaron el contenido estomacal de Delfines Franciscana (Pontoporia blainvillei), que murieron en redes de pesca en costas de la provincia de Buenos Aires; los datos de este estudio arrojan que el 30 por ciento de los delfines tenían residuos plásticos en su estómago”.

Piden más concientización

A nivel local, “en un área sensible como la Península Valdés, declarada en 1999 Patrimonio Natural Mundial por UNESCO debido a su biodiversidad marina, resulta imperativo implementar acciones para mitigar el impacto producido por la contaminación por residuos plásticos”, manifestaron desde la Fundación, haciendo hincapié en que la necesidad de tener en cuenta que “en el área se encuentran colonias de aves y pinnípedos y la presencia de varias especies de cetáceos, siendo estas especies potencialmente susceptibles a esta problemática”.
También, “la mitigación del impacto de la polución plástica debe incluir un paquete de medidas, incluyendo monitoreos costeros, controles en los comercios, la promoción de incentivos económicos y la organización de campañas informativas y educativas, entre otras; asimismo, se deben reforzar las campañas de concientización para mejorar el manejo de residuos en la playa por parte de los veraneantes, dado que el mal manejo o abandono de bolsas de nylon y envoltorios de golosinas y alimentos llegan al mar donde pasan a engrosar la presencia de plásticos en el lecho marino”.
Sin embargo, “nada de ello resultaría efectivo para minimizar la problemática si no se cuenta con herramientas legales adecuadas, especialmente, considerando que una gran proporción de más del 40 por ciento del plástico que se encuentra en los océanos tiene origen terrestre, y que es desde aquí que podemos realizar nuestro aporte para minimizar este grave problema”, puntualizó el proyecto.

Apuntan a utilizar biodegradables

En la misma línea, el documento sostuvo que, en el caso de Puerto Pirámides, “al ser el único núcleo urbano del Patrimonio Natural Mundial UNESCO Península Valdés, tiene la responsabilidad de proteger el ambiente marino y costero, liderando en la comarca la adopción de prácticas tendientes a la conservación de
especies marinas y sus hábitats” y que “el mejoramiento del manejo de los residuos en tierra resulta crítico para la protección del ecosistema marino y las especies que en él habitan”.
Sobre este punto, desde la Fundación Tierra Salvaje plantearon que “el aumento continuo del uso de elementos plásticos descartables tiene como consecuencia un aumento de la cantidad de plásticos y micro-plásticos que contaminan mares y océanos”, añadiendo que “es necesario implementar medidas relativas a la gestión de residuos plásticos para evitar y/o reducir sus efectos negativos sobre el ambiente marino y costero sin alterar por ello el funcionamiento de los comercios” y que “la mejor manera de evitar la producción de residuos plásticos y micro-plásticos generados por vajilla y otros elementos descartables en áreas costeras, consiste en reducir el volumen de elementos descartables plásticos, que representan el 50 por ciento de la cantidad de plásticos que se producen en el mundo”.
Los elementos descartables “que se distribuyen en rotiserías, casas de
comidas rápidas, heladerías, kioscos, estaciones de servicio y otros comercios, pueden ser reemplazados por elementos biodegradables y/o reusables”, señalaron, fundamentando que “los consumidores tienen un papel determinante en el manejo y descarte de residuos y sólo si son informados adecuadamente aceptarán modificar su comportamiento y actitudes para evitar un impacto negativo en el ambiente marino y costero”.

Un año y medio para adaptarse

En dicho contexto, la propuesta establece la prohibición de “la distribución de todo tipo de vajilla, bandejas, contenedores, sorbetes, cubiertos y utensilios descartables de plástico en todos los comercios de Puerto Pirámides que ofrezcan bebidas y/o alimentos para llevar; los mismos deberán ser reemplazados por equivalentes biodegradables y/o compostables”, a la vez que remarca que “los comercios deberán exhibir información sobre los motivos de la prohibición, ya sea a través de un código QR o de un afiche, para informar adecuadamente a los consumidores, e impulsarlos a mejorar el manejo de los residuos que producen,
alentando de esta manera las buenas prácticas ambientales de habitantes y visitantes” y fija un plazo de 18 meses a partir de la promulgación de la Ordenanza “para hacer efectiva la implementación de esta prohibición”.

Crear más conciencia, un eje esencial

La problemática de los residuos en la zona costera ha sido una constante en Puerto Madryn, acaso no por falta de dispositivos de limpieza llevados a cabo por el área de Ecología, por voluntarios o las propias operadoras de buceo, sino en gran parte por la falta de concientización de una importante porción de la ciudadanía, que utiliza uno de los principales atractivos de la ciudad del Golfo, que son sus playas.
La legislación que estaría próxima a tratarse en el Concejo Deliberante de Puerto Pirámides, consecuentemente, podría sentar un precedente de calidad respecto al cuidado de la fauna local y la necesidad de orientar los hábitos de consumo hacia un terreno más sustentable, basado en la no utilización de elementos plásticos y, más importante aún, en una correcta disposición de residuos en caso de emplear objetos, principalmente vajilla, sorbetes y bandejas, de materiales no biodegradables; una discusión que tal vez podría darse en el ámbito legislativo, pero que también representa una profunda reflexión de la propia sociedad.

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