DORA BARRANCOS DISERTÓ EN CIENCIA Y JUSTICIA EN EL NEA

“El patriarcado es un sistema de exclusión y segregación”

La investigadora y directora del área de Ciencias Sociales y Humanidades del CONICET, Dora Barrancos, participó del primer Encuentro de Cuerpos Forenses del NEA, que comenzó el jueves 21 de junio en la ciudad de Corrientes. Su disertación se realizó en el marco del Programa Ciencia y Justicia del Consejo y estuvo titulada “Género, Derecho y Justicia”.
De la apertura del encuentro participó también el presidente del Superior Tribunal de Justicia de Corrientes, Guillermo Sehman y los ministros Alejandro Chaín y Luis Eduardo Rey Vázquez. Durante su charla, que se extendió por más de una hora, la socióloga especialista en género realizó un repaso histórico que abarcó desde los orígenes de los sistemas de justicia hasta las más recientes incorporaciones de figuras relativas a la mujer, como la del feminicidio.

Un debate entre todos

“La justicia es un empeño de toda la sociedad. No debería ser solamente un reducto o una fórmula de poder dentro del orden de los tres poderes republicanos”, dijo Barrancos al iniciar su presentación y se refirió a los orígenes del programa impulsado desde el CONICET. “Hace varios años que los cuerpos científicos y los sistemas de justicia están trabajando en conjunto, permitiendo la articulación con distintas provincias a través de convenios. Espero que en el caso del NEA podamos establecer convenios generales y específicos para atender cuestiones particulares y mejorar el desempeño de la justicia en esta región del país”, dijo.
Barrancos destacó la concepción del estado moderno que se configura a través de aportes como el de Catharine MacKinnon, en su obra llamada Hacia una teoría feminista del estado. “No se asusten: no quiere decir que el estado se va a convertir en un lugar solo para mujeres. Pensar eso es un error. Tiene que ver con que el estado tiene que reconocer cuán patriarcal ha sido, cuán constituido está sobre valores y prerrogativas masculinas”, señaló.
“El patriarcado es un sistema de exclusión y segregación en el cuál hay jerarquías entre los sexos”, aseguró la investigadora y marcó el inicio de este orden en el Neolítico Superior. “Es inútil pensar que Dios o Mahoma han querido que los hombres sean más reconocidos que las mujeres. Esto es una creación terrenal, exclusivamente sociocultural, que se relaciona con las transformaciones en los modos de vida que las especies tuvieron durante ese período”, agregó.
También se refirió al concepto de familia y advirtió que “siempre deben ser vistas en plural, aun cuando los códigos civiles hablan de una familia utópica que es muy difícil de encontrar en la realidad”. “A raíz de las mayores prerrogativas patriarcales del Siglo XIX, las familias pudieron ser compatibles con una doble moral para los varones, pero con una única y exigida moral para las mujeres. Esos desdoblamientos subsisten aún hoy en toda América Latina y mientras tanto, las mujeres fueron dramáticamente segregadas en la vida doméstica, imposibilitadas en el uso del derecho de la ciudadanía”, sostuvo la disertante.

El papel de la ciencia

Respecto al papel que desempeñó la ciencia en el ordenamiento del sistema del estado, Barrancos consideró que en el Sigo XIX “fue una gran regente, mucho más que ahora”. “En ese entonces, la sensibilidad de determinados grupos respecto a la subordinación de lo que decía la ciencia era total. La gente del Derecho, por ejemplo, tenía muy en cuenta lo que decían las normativas biológicas y fisiológicas. Pero las ciencias se equivocaron muchísimo en esa etapa. Fueron sumamente patriarcales y estaban ejercidas, en una enorme proporción, por varones, ya que las mujeres casi no podían ingresar al sistema universitario”, señaló.
“En el Siglo XX, el Derecho coaguló de manera muy empática con la condición masculina, habida cuenta de que los magistrados eran varones, la ciencia estaba en manos de varones, el orden público estaba en manos de varones, mientras que las mujeres estaban segregadas a la vida de la familia y el hogar. Por eso es que las primeras graduadas universitarias en el mundo fueron en el área de Medicina. La razón es elemental: es un área de cuidado. Se debe a esta atribuida condición de que las mujeres eran las cuidadoras. Sólo servían para la reproducción y para cuidar, porque tenía una inteligencia inferior a la de los varones”, recordó.
“La mayor conquista del patriarcado ha sido convencer a la subjetividad femenina que es inexorable, que está originado en un pacto divino. Es el triunfo más doloroso del patriarcado. Necesitamos una transformación fundamental de todos los individuos de nuestra sociedad y eso incluye un cambio de mentalidad en las magistradas y los magistrados. Apostamos a esas nuevas sensibilidades y a una mejor información acerca de estas cuestiones que hemos intentado resumir”, finalizó. (Fuente: CONICET)

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