Los miembros del tribunal compuesto por los jueces José García, Alejandro Defranco y César Zaratiegui, condenaron a Jorgelina Domínguez Reyes a 25 años de prisión de cumplimiento efectivo por el asesinato de la menor Candela González de 13 años, ocurrido el año pasado en el barrio Luz y Fuerza de Trelew.
La Fiscalía había pedido la pena máxima de 30 años al igual que la querella, mientras que la defensa había solicitado que se imponga el mínimo de pena, o sea 10 años y seis meses de prisión.
La imputación es por «homicidio agravado por uso de arma en concurso con homicidio agravado en grado de tentativa», de acuerdo a la sentencia conocida hace una semana. Recordando que el segundo imputado del caso, Almendra fue absuelto de la consideración de partícipe necesario.

Sin arrepentimiento

En la audiencia de cesura de pena, hace una semana, el Ministerio Público Fiscal, representado por el fiscal general Arnaldo Maza y el funcionario de fiscalía Enrique Kaltenmeier, habían asegurado que el ataque había sido sorpresivo e inmediato y de manera insistente y brutal, mientras Candela intentaba escapar corriendo para salvar su vida. Considerando el daño a la madre y al resto de la familia de la víctima, y que la acusada no había demostrado en ningún momento ningún tipo de arrepentimiento, el Ministerio Público Fiscal consideró que la pena adecuada para imponer a Jorgelina Domínguez Reyes era de 30 años de prisión de efectivo cumplimiento, solicitando además el decomiso del vehículo Peugeot 206 utilizado aquella fatídica tarde con el fin de trasladarse hasta el escenario de los sucesos. Por su parte, el patrocinante de la querella, Federico Espiro adhirió a esta última medida pedida por fiscalía y luego de evaluar lo sucedido y probado durante el debate, solicitó al tribunal una pena para la imputada de 35 años de prisión.

Madre de cuatro hijos

A su vez, el defensor Lisandro Benítez expuso que su defendida efectuó reiterados pedidos de disculpas a la familia de Candela y puso como atenuante que Jorgelina tiene cuatro hijos y que se encuentra además cursando un embarazo de alto riesgo. Y asegurando que no tenía antecedentes penales, había sugerido que se le impusiera el mínimo de pena, esto es 10 años y seis meses de prisión.
Finalmente, la misma imputada hizo uso de la palabra y manifestó que la familia de Candela quería un culpable y el Tribunal había decidido que fuera ella, “aun cuando soy inocente”, afirmó.