Por Lazarillo de Tormes

En el siglo de la comunicación y los avances tecnológicos, parecería que la primera suele jugar una mala pasada, cuando algunas situaciones dan cuenta de que podemos vivir en un auténtico “Reino del Revés”, acaso sin darnos cuenta.
Aquél crisol en que las diferentes realidades se funden para dar lugar a la convivencia de la comunidad, parecería asemejarse más a una olla a presión, donde el resultado de los acontecimientos se traduce en una masa, un producto, uniforme y difícil de interpretar.
Uno de los ejemplos de los teléfonos descompuestos parecería ser, cuándo no, la situación de los sindicatos y sus representados, habida cuenta de los reiterados pedidos de docentes y la ocupación pacífica de la delegación de Educación, donde el reclamo por paritarias culminó con una segunda mitad del año que recién comienza, y en la que se han dictado tan sólo un 30 por ciento del total de días de clases.
Otra comunicación “descompuesta” fue de carácter internacional y tuvo como protagonista a un conocido estafador, condenado tras una causa abierta en Puerto Madryn, cuya captura en Rusia fue ordenada por un juzgado de la ciudad del Golfo y anulada por otro de Capital Federal; dicha “triple vía” culminó, lamentablemente, con que uno de los actores judiciales se “comió el Sapo”.
En tercer lugar, el Poder Legislativo local solicitó, desde el año pasado, a la Justicia de la ciudad del petróleo que decomisara un edificio de oficinas, el cual finalmente fue asignado a la órbita del Gobierno Provincial, decisión que no habría caído demasiado bien en dicho ámbito.

El egregor docente, fragmentado

La situación docente alcanzó un nuevo “pico”, o bien podría decirse, una nueva nota baja, teniendo en cuenta el nivel al cual ha escalado el conflicto en los últimos días; todo ello, habida cuenta de la continuidad en la negativa a las ofertas esgrimidas por el Gobierno Provincial, a tal punto de que el incremento salarial fuera establecido por Decreto.
El pasado martes al mediodía, educadores se manifestaron en Puerto Madryn y reiteraron los reclamos por mejores condiciones laborales, al tiempo que otro grupo de docentes emprendió una extensa travesía a pie, por la ruta, en lo que fue considerado como el día más frío del año hasta el momento.
Las muestras de “sufrimiento” y exposición ante las bajas temperaturas, en el marco de un conflicto que ha pasado de ser laboral para convertirse en algo expresamente político, han dejado expuestas dos cuestiones: por un lado, la batalla política que escapa a las aulas y donde la “situación docente” parecería ser un mero vehículo para la generación de antagonismos, de cara a 2019.
Por otra parte, el hecho de que, en la balanza moral, tiene mucho más peso (negativo) un año perdido de clases para los estudiantes, que arribar a un acuerdo de incremento salarial lejano a las expectativas gremiales; estas últimas, en ocasiones, parte de un universo utópico, lejos de la “realidad real” de la economía.

Trago amargo con sabor judicial

Otra cuestión que puso a Puerto Madryn nuevamente en boca de medios nacionales fue el pedido de captura de Facundo “Sapo” Ciarlo, ex líder de una asociación ilícita y condenado a tres años de prisión en suspenso, tras un juicio abreviado, por haber estafado a varias personas con datos malhabidos de tarjetas de crédito.
El “Sapo” se encontraba disfrutando de uno de los partidos de la Copa del Mundo, cuando, fiel a su estilo, decidió compartir con sus seguidores algunas instantáneas del estadio en el que se encontraba; fue suficiente para que, desde la ciudad del Golfo, una jueza ordenara su captura a Interpol, habida cuenta de que se encontraba violando la libertad condicional de la que gozaba desde el 7 de julio del año pasado.
Finalmente, y luego de que la ministro de Seguridad, Patricia Bullrich, advirtiera que “se detectó” a Ciarlo en Moscú, sin precisar cómo había salido del país, y que se lo había detenido por orden de su cartera, la realidad “sapopeó” a la Justicia, dando cuenta de que la salida de Ciarlo había sido autorizada por un juzgado de la Capital Federal.

Teléfono descompuesto

El tristemente “conocido” Vip ubicado en Villegas al 500, ya había sido clausurado en reiteradas ocasiones tiempo atrás; la última fue tras un pedido de la Justicia de Puerto Madryn, que advirtió que en el lugar se cometían irregularidades y que ya había sido sede de otros delitos, como la trata de personas, hecho que derivó en la condena a nueve años de prisión a su propietario.
Tras la creación del Comité contra Interdisciplinario y Multisectorial contra la Trata de Personas, que vio su origen tras la sanción de una Ordenanza local, desde el Concejo Deliberante se esperaba que el edificio de oficinas y departamentos, que supo ser conocido por las razones equivocadas, fuera cedido a la órbita municipal para ser utilizado como una oficina donde se impulsaran programas destinados a combatir dicho flagelo, de la mano de dicho Comité.
Sin embargo, tras algunas idas y venidas en las comunicaciones entre el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia y el Deliberante de Puerto Madryn, se conoció que el inmueble fue trasladado a la órbita de la Oficina de Tráfico y Trata de Personas, dependiente de la cartera de Familia a nivel provincial.