Este lunes tuvo lugar una nueva audiencia entre los trabajadores, el gremio de la Unión de Obreros Metalúrgicos (UOM) y autoridades de la Metalúrgica Oliva en la delegación local de la Secretaría de Trabajo del Chubut.
La planta había anunciado el cierre hace algunas semanas, situación que encendió las alarmas tanto del gremio como de los propios empleados, que reclaman ser indemnizados.
En este sentido, trascendió que el propietario de la firma, que también posee una fábrica en Buenos Aires con poco más de una decena de empleados, aguardaría a que se concrete la venta de la planta para poder abonar las correspondientes indemnizaciones a los trabajadores en Puerto Madryn.
Hasta entonces, la empresa contaba con 17 empleados, los cuales serían resarcidos una vez que se concrete la operación; según se supo la semana pasada, varias empresas pesqueras estarían interesadas en la planta, dado que la misma está ubicada en un importante predio y dispone de un galón de grandes dimensiones.

Falta de competitividad

Ya desde la semana pasada, en diálogo con el Diario, el titular de la empresa, Federico Oliva, había advertido sobre la situación financiera que la metalúrgica arrastraba desde hacía al menos dos años y medio, donde la falta de rentabilidad había obligado a “consumir el stock” para el pago de salarios y aguinaldos, hasta el punto en que se tomó la decisión de cerrar la planta y abandonar las operaciones en Puerto Madryn.
Los fundamentos del dueño de Oliva fueron, concretamente, las tantas veces mencionadas “asimetrías” de la región patagónica en relación a otros sectores del país, donde los costos laborales son considerablemente menores, escenario que refleja una permanente falta de competitividad en relación a otras empresas del mismo rubro con operaciones en provincias más cercanas al centro y norte argentino.

Más empleo público y menos privado

La situación que atraviesa dicha empresa metalúrgica no es ajena a la de otras firmas del sector, principalmente del ámbito industrial, donde el cierre de pymes continúa reflejando una postal cada vez más frecuente, que acompaña el cierre de comercios de menor tamaño.
En un relevamiento realizado recientemente, la Cámara Industrial de Puerto Madryn hizo referencia a un dato importante a tener en cuenta, relacionado a la presión tributaria del sector privado en relación al público, donde el primero “no puede ser constantemente el sostén del público sin una ayuda en su crecimiento y fortalecimiento”, a la vez que “este tipo de ayuda viene de la mano de políticas de desarrollo industrial y comercial, mejoras en la competitividad y trabajo conjunto en post del desarrollo federal; en caso contrario, la caída del sector privado genera caída del empleo y de la recaudación”, algo que también repercute de manera directa en la actividad comercial local.