ASEGURAN QUE MAS DE 15 MIL ARGENTINOS TIENEN UN VÍNCULO GENEALÓGICO CON EL CONTINENTE AFRICANO

Realizaron un recorrido por la historia de la esclavitud en Argentina

En una visita por el Museo del Cabildo, la historiadora Marissa Pineau reflexionó sobre los alcances de la esclavitud, el rol y la historia de los afro-descendientes en Argentina.
El tráfico de esclavos tuvo su punto neurálgico en la estación de Retiro. Tanto, que al edificio ubicado en la Plaza San Martín se lo conocía como “el retiro de los esclavos”. Allí permanecían los africanos recién llegados hasta ser derivados con sus nuevos amos.
A fines del siglo XVI y durante el XVII llegaron los primeros africanos a Buenos Aires. Algunos provenientes de la zona sur del Ecuador, Angola, Congo y Mozambique, y otros del sudeste de África. Uruguay y Córdoba también fueron receptores esclavos; de hecho, las estancias jesuíticas pudieron sostener su actividad y productividad gracias a esta mano de obra.

Cultura y esclavitud

Para la investigadora Marisa Pineau, la historia de África estuvo silenciada, pero con el correr del tiempo se retomaron estudios que aportan elementos para reflexionar y conocer nuevos aspectos sobre este intercambio. “Es interesante conocer cómo se daban las relaciones de los esclavos con los amos, que no era sólo relaciones de servidumbre. Los esclavos, como todos los grupos subalternos, actuaban, tenían iniciativa y agencia. “Nos impregnaron de saberes, poseían conocimientos sobre cuestiones medicinales, agrícolas, manejo de la madera y el hierro. Esto nos hace pensar que no fueron solo fuerza de trabajo”, explicó la historiadora.
A su vez, que el país fue forjado por inmigrantes blancos europeos es un mito que de a poco se está derribando. Los africanos habitaron Buenos Aires desde el año 1585 y su legado cultural es parte de nuestra idiosincrasia. El dulce de leche, las achuras e inclusive las payadas, que son elementos claves en nuestra argentinidad, tienen raíz africana.

La molleja, un clásico de antaño

En épocas donde no había método de conservación que contenga la abundancia de carne de vaca que había en el territorio, los blancos degustaban la carne asada descartando las mollejas, la tripa gorda, los chinchulines; mientras tanto, esos “desperdicios” eran consumidos por los negros. Hoy es una de las exquisitas particularidades del asado argentino.
Por otra parte, está la figura del payador, que si bien a la imagen se la vincula a la historia rural argentina, el día se conmemora en honor a Gabino Jacinto Ezeiza, un afrodescendiente que nació en San Telmo en febrero de 1858. El “Negro Ezeiza”, cómo le decían, murió un 23 de julio de 1884, tras derrotar en un duelo de payadas de contrapunto al cantor uruguayo Juan de Nava.

Afroargentinos

Entre 1777 y 1812 entraron al puerto de Buenos Aires y Montevideo más de 700 barcos, con 72 mil esclavos africanos. Hacia 1810, la capital tenía alrededor de 40 mil habitantes y se calcula que un tercio eran de origen africano. Para el momento de la Revolución de Mayo, la ciudad era diversa y no tenía una mayoría de población blanca.
Recién en el Censo Nacional del 2010 se incorporó sólo en algunas localidades la pregunta: “¿Tenés ascentedentes africanos?”. Los datos anunciaron lo siguiente: más de 15 mil argentinos tiene algún vínculo con África. “Es una pequeña muestra, pero es importante porque aparece la ascendencia africana como algo positivo, y desde ese lado hay un rescate; lo mismo que el conmemorar el Día Nacional de los Afroargentinos y de la Cultura Afro en honor a Remedios del Valle, heroína de la independencia y capitana del Ejército del Norte. Hay avances, sí, pero todavía queda mucho por reconocer de esa presencia afro que nos constituye aunque siga un poco invisibilizada”, reflexionó Marisa Pineau.

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