El fin de semana tuvo lugar una reunión provincial del Frente Radical Amaya Chubut (FRACh), en las instalaciones del Club Argentinos del Sur de la localidad de Gaiman; la misma contó con representantes de diferentes ciudades, entre ellos Christian Mariluan de Gualjaina, Rosana Uriarte de Comodoro Rivadavia, Sergio Bustos, Sergio Mucznik, Germán Martinelli y Agustín Gittardi de Puerto Madryn, Miguel Ñanco y Rodrigo Coria de Gaiman, Miguel Cayu del Dique Florentino Ameghino, Sergio Abad, Zoilo Ruiz y Orlando Vera, de Trelew.
El encuentro fue “a micrófono abierto” y los presentes leyeron las adhesiones recibidas, para luego analizar la situación de cada localidad y trazar, finalmente, un análisis del escenario provincial, acordando los términos del documento final.
Una de las conclusiones a las que arribaron desde dicho sector del radicalismo fue que “los problemas que encontramos como comunes a todas las localidades tienen como eje la falta de gestión en muchos municipios chicos o comunas rurales, por caso ver arrumbados al costado de las calles adoquines por meses o años, la escasa comunicación con instituciones de sus pueblos como las escuelas, centros de jubilados o Policía, para resolver situaciones cotidianas que más que grandes recursos necesitan de diálogo o mayor ingenio”, lo cual “habla de que se debe recuperar el sentido común en la gestión local, máxime cuando el contacto es tan directo”.

La seguridad y el “show mediático”

Por otro lado, advirtieron que “las cinco localidades de nuestra provincia con mayor densidad poblacional están en una situación compleja desde diferentes ámbitos, la seguridad concretamente es una materia donde se ven desbordadas todas las acciones previstas” y señalaron que “aquí, los resortes de la provincia son centrales y hoy vemos una ausencia notoria de un plan de seguridad; solo se ven actuaciones aisladas y un excesivo show mediático del titular del área, que solo busca trascender”.
El eje en la protección integral “de los derechos de las personas vulnerables tiene que ser el centro de la acción, donde se busque la dignificación de las personas como una salida cierta a las problemáticas a partir de su mejora en la calidad de vida”, agregaron.

Los pequeños productores, “olvidados”

A su vez, el área de la producción “aparece como una instancia que debiera ser el eje vertebral de la recuperación de todos los demás órdenes sociales, priorizando las ventajas comparativas de nuestra provincia”, admitieron, resaltando que “acá, el Estado no puede estar ausente como lo estuvo hasta ahora, porque los pequeños productores son quienes hoy están a lo largo de Chubut prácticamente olvidados, como así también las políticas activas de apoyo y gestión de la producción y la distribución de los producido, generando instancias de involucramiento de los protagonistas en todo el proceso productivo”.
También, “la gestión del Turismo debe ser abordada integralmente y bajo el mismo espíritu, siendo central el escuchar e integrar en una nueva forma de asociación a los elementos locales para poder aumentar los ingresos concretos del sector y del circuito económico todo; Chubut es un faro turístico mundial y hoy por políticas erráticas no está a la altura de las circunstancias”.

La culpa es de la política

En otro orden, desde el FRACh analizaron: “Chubut parece convertida en una provincia desahuciada, porque con una baja población, grandes extensiones de tierra sin uso, recursos naturales de privilegio, ciudades que crecieron sin planificación, servicios públicos de baja calidad, un Estado sobredimensionado, el campo en un estado de abandono, productores que intentan sobrevivir entre otros problemas”.
En este contexto, advirtieron que las “causas de los actuales males” son fallas “en la política, pero puntualmente en los gobernantes desde el 2002, de pertenencia política justicialista, que en el 2007 regalaron el petróleo por cuarenta años y nos dejaron las regalías más bajas de todas las provincias petroleras, que en un momento de boom económico mundial y nacional solo atinaron a endeudar la provincia en dólares para poder mantener el funcionamiento del Estado”.
A ello, sumaron que “la pesca fue prácticamente devastada, que se inauguró la política del anuncio donde con bombos y platillos crearon supuestas inversiones revolucionarias”.