El joven piloto Lénard Ibáñez recibió, esta semana, la autorización médica para continuar con la internación domiciliaria, según mensajes enviados por su madre, Estela Montesino, a distintos medios y conocidos de su hijo.
Se trata del único sobreviviente de la tragedia aérea ocurrida el domingo 22 de abril en las inmediaciones de un campo de Península Valdés, donde la avioneta que tripulaba, aparentemente por un problema en el motor, cayó y se incendió, provocando la muerte de dos mujeres en el lugar y la del copiloto, que permanecería internado en estado crítico durante varios días, con severas quemaduras en el cuerpo, antes de fallecer.
Al respecto, Montesino celebró que “hoy (por el domingo) nos vamos de internación domiciliaria, quiero compartir con todos esta noticia; felicidad absoluta porque Dios existe e hizo este gran milagro, gracias a todos por estar pendiente de Leny y nosotros con tanto amor y dedicación”.

Ingreso crítico

Ibáñez se encontraba internado hacía cinco meses en el Hospital de Quemados, en el barrio porteño de Caballito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde había sido sometido a un tratamiento intenso y especial, dado que había arribado al centro de atención con un cuarenta por ciento de la superficie corporal quemada, y con un grave compromiso de la vía aérea.
Las distintas instancias del tratamiento no estuvieron exentas de complicaciones, y en más de una ocasión el piloto sufrió episodios de fiebre e infecciones, pero finalmente se sobrepuso, por lo que el equipo médico le concedió la posibilidad de la internación domiciliaria, en Capital Federal.

Siniestro, caminata y pedido de auxilio

El accidente aéreo al que sobrevivió Ibáñez y en el que fallecieron dos personas, se produjo en a unos once kilómetros de Puerto Pirámides, en el sector norte del Golfo Nuevo, sobre Penínsulas Valdés, y a pocos metros de la estancia “La Adela”.
El piloto de la avioneta, guitarrista de la banda de rock “Tracktor” y oriundo de Trelew, fue el único que permaneció consciente luego de que ocurriera el siniestro; tras haber sufrido graves quemaduras, caminó al menos siete kilómetros hasta que pudo pedir ayuda.
Su copiloto, Ricardo Ramón Artiles, también de Trelew, había sufrido heridas de gravedad, producto de las cuales fallecería algunos días después de permanecer internado en el Hospital Zonal “Dr. Andrés Ísola” de Madryn, y a los pocos días, Ibáñéz sería derivado a Buenos Aires. Las dos mujeres fallecidas, que eran amigas, fueron identificadas como Mónica Gabriela López y Silvia Edith Costa.

De Trelew a Madryn y Península

En un principio, según había informado la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC), la aeronave siniestrada era un Piper PA-28 Matrícula LV-FKO; el mismo día había decolado del Aeroclub de Trelew y luego aterrizado en Puerto Madryn para buscar a las dos mujeres, partiendo hacia la zona de Península Valdés, donde finalmente ocurrió la tragedia, en una zona cercana a la costa.
Acudió al lugar personal del Cuerpo Activo de Bomberos Voluntarios, tanto de Madryn como así también de Pirámides, además de efectivos de la Policía del Chubut y personal del Ministerio de Salud provincial y de Defensa Civil.
También, una comitiva de la Fiscalía de Madryn había llegado al lugar para identificar los cuerpos de las dos mujeres fallecidas en el accidente e iniciar las pericias de rigor, en virtud de hilvanar detalles en cuanto a los motivos del accidente, uno de los más graves registrados en la zona.