DICTA CLASES EN EL NIVEL INICIAL DE LA ESCUELA 69

Una docente de Cushamen fue distinguida como “Maestra Ilustre” de Chubut

La maestra Cintia Segundo recibió el reconocimiento la semana pasada, en Buenos Aires, en el Ministerio de Educación de la Nación, donde se distinguió a docentes de todo el país. En la región precordillerana, es maestra de Nivel Inicial y realiza itinerancia para llevar el servicio educativo a la población dispersa.
La reconocida docente vive en El Maitén, pero de lunes a viernes reside en la Escuela 69 de Colonia Cushamen, donde desde hace cuatro años es maestra itinerante, una modalidad que funciona en el ámbito de la ruralidad para atender la matrícula dispersa con el objetivo de asegurar la asistencia educativa.
En este contexto, días atrás, en el marco de la celebración del Día del Maestro, Cintia se subió a un avión para llegar hasta Buenos Aires y recibir, de manos del ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro y de la subsecretaria de Educación del Chubut, Alejandra Von Poeppel, la distinción como “Maestra iluste” de la provincia, en el marco de los actos por el 11 de septiembre en el Palacio Sarmiento, donde docentes de toda la Argentina fueron reconocidos por su tarea diaria.

Ayudar a crecer

En los fundamentos para su elección, se subrayó que Cintia “se destaca por su capacidad y compromiso social, hecho que se traduce en la implementación de las diversas estrategias que implementa para hacer efectiva la inclusión educativa, con propuestas pedagógicas creativas, innovadoras y variadas”.
“Ser elegida para recibir en nombre de Chubut el reconocimiento de ´Maestra ilustre´ es un honor, un incentivo para seguir dando lo mejor en mi tarea. Represento a muchos docentes de la provincia que día tras día llegan a las aulas con compromiso, vocación y pasión”, dijo agradecida y nombró a sus compañeros de la escuela y a los supervisores “porque nos guían en nuestra tarea ayudándonos a crecer”.

Formación y trabajo en la ruralidad

Segundo estudió los profesorados de Nivel Inicial y Primario en el Instituto Superior de Formación Docente 809 de Esquel. Egresó en 2006 y estuvo dos años y medio en la Escuela 420 de El Maitén. Después, empezó a trabajar en la ruralidad y allí sigue hasta el día de hoy; fue docente en las escuelas 59, de Fofo Cahuel; en la 63, de Chacay Oeste y desde 2015, en la 69.
Para que la distancia no aleje a los más chicos de la escuela, la itinerancia lleva al docente hasta la casa misma de los pequeños, después de recorrer algunos kilómetros de ripio, abrir y cerrar tranqueras y circular por caminos escarpados y muchas veces difíciles de transitar.
“Hoy tengo a tres alumnos que viven a más de 10 kilómetros de la escuela; Loriana, Lucas y Nasael. A otros cuatro alumnos los veo todos los días, en la sala, porque viven en el predio de la institución”, contó.

Acompañamiento

La docente se traslada con una valija donde guarda juguetes, libros y material didáctico; también suele llevar la guitarra y el mástil con la bandera argentina. Procura que los encuentros sean lo más parecidos posibles a las que se producen en la sala.
Para eso, hay una rutina de inicio, actividades planificadas para la unidad didáctica y momentos de juego. Y, como en la escuela, se iza la bandera argentina mientras en la guitarra toca los acordes de la canción de Mercedes Sosa, “Sube, sube bandera del amor”.
Son encuentros de tres horas, cada 15 días. Hasta la próxima visita, los chicos realizan actividades especialmente diseñadas y para realizarlas, la familia tiene un rol central. “Son familias muy comprometidas y me brindan un acompañamiento vital porque incentivan a los chicos a realizar las tareas”, destacó.

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