FUERON DETENIDOS PORQUE VOLCARON EN LA HUIDA

Condenaron a dos fugados que secuestraron a un pastor

El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a dos sujetos oriundos de Buenos Aires que se escaparon del penal de Esquel y secuestraron a un pastor evangélico para que los ayudase a salir de la ciudad con su auto, pero volcaron a la altura de Leleque.
Por el delito de privación ilegítima de la libertad coactiva y robo simple, recibieron una pena de 8 años y en ambos casos se les declaró la reincidencia.
Franco Maximiliano Ortiz Acosta (31) y Héctor Daniel Norry (36) fueron condenados a 8 años de prisión de cumplimiento efectivo y se dictó para ellos la declaración de reincidencia en el marco del juicio oral y público que se llevó a cabo ante el Tribual Oral Federal de Comodoro Rivadavia, el cual estuvo integrado por los jueces Enrique Jorge Guanziroli, Mario Gabriel Reynaldi y Nora Cabrera de Monella, quien presidió el cuerpo colegiado.
Los condenados fueron asistidos por el defensor público, Sergio Oribones, mientras que el Ministerio Público Fiscal estuvo representado por el fiscal general, Teodoro Nürnberg.

La fuga

Los protagonistas estaban presos por delitos contra la propiedad y si bien sus condenas todavía no habían adquirido firmeza, ambos se encontraban alojados en la denominada casa de pre egreso de la Unidad Penitenciaria N°14 de Esquel. Un lugar sin rejas del que no fue necesario ejercer violencia y provocar daño alguno para evadirse; apenas saltaron un cerco de alambre y así llegaron a la avenida Perón.
Uno de ellos, en su declaración inicial, adujo que había tenido un problema durante un llamado telefónico y que en él estaba involucrada su hija. Ello lo habría motivado a fugarse durante las primeras horas del 19 de febrero del año pasado. Lo cierto es que mientras caminaban por la ciudad se encontraron con un hombre que pretendía ingresar su auto al patio y sin darle tiempo a reaccionar se introdujeron en el vehículo, tomando el control de la situación.
La víctima debió trasladarse al asiento trasero y se le exigió que brindara ayuda para salir de la ciudad porque ninguno de ellos conocía la zona, puesto que ambos son oriundos de Buenos Aires.
Fue la esposa de la víctima quien anotició a la policía sobre la ausencia de su marido, un pastor evangélico. El religioso había salido por unos minutos de su casa con la intención de guardar el auto, pero tardó más de la cuenta hasta que su demora despertó la alarma.
A todo esto, el secuestrado y sus captores ya habían logrado cruzar el puesto de control que se conoce como La Portada de Esquel y se dirigían rumbo a El Bolsón, aunque a poco de llegar a Leleque el Fiat Palio Adventure, que iba al mando de Ortiz Acosta, hizo un trompo y volcó. Ni él, ni su acompañante, llevaban colocados el cinto de seguridad que sí tenía puesto la víctima. El conductor quedó inconsciente y su cómplice, aturdido por los impactos. Esa situación fue aprovechada por el secuestrado, quien logró salir del auto por sus propios medios y corrió por el centro de la ruta pidiendo auxilio. Así fue como detuvo la marcha del vehículo que venía detrás y avisó a las autoridades policiales. Al cabo de un rato una dotación policial detuvo a los prófugos y los trasladó al hospital, donde quedaron detenidos.

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