LAS REUNIONES PARTIDARIAS DE FIN DE SEMANA EN CHUBUT, ENTUSIASMARON POCO Y NADA. EN NACIÓN VA CAMBIANDO EL MARCADOR POLÍTICO: 28% VOTARÍA POR MACRI Y UN 33% POR “OTRO”. CARRIÓ SE PRESENTA COMO UNA ALIADA `CON UN PIE AFUERA´. EL GOBIERNO SE QUEDA CON LA PROCELAC Y AVANZARÍA CONTRA EL SINDICALISMO

Mesas de fin de año

Por Trivia Demir

La semana comienza con más ruido que nueces en términos políticos. Tres principales sectores políticos como el Justicialismo, la Unión Cívica Radical y el PRO se reunieron este fin de semana para comenzar a limar asperezas y tratar de apurar definiciones con vista al adelantamiento electoral que sigue empujando el gobernador Mariano Arcioni, blindado desde una `Alternativa Federal´ que ha ido creciendo al ritmo de los errores oficialistas a nivel nacional y al desmadre del peronismo kirchnerista que no termina de recomponer la estructura. De hecho, hoy lunes el massismo hará una demostración de fuerzas antes del encuentro del 19 en Parque Norte, mostrando que ha lograr encauzar a muchos dirigentes por su `avenida del medio´.
En tanto, las encuestas más serias muestran un escenario donde se abre un múltiple abanico de posibilidades para un nuevo cambio, de surgir un sector `potable´ en términos de propuestas y en contraste a las experiencias inmediatas de gestión.
De hecho, El Diario tuvo acceso a una de las mediciones más frescas del mercado. Esta arroja que uno de cada tres argentinos no sabe a quién votará en las próximas elecciones y solamente el 15% de los encuestados está satisfecho con la marcha general del país. Además, el 43% de los consultados desaprueba “mucho” y un 19 “algo” la gestión de Mauricio Macri, mientras que el 15% lo aprueba.
Los datos se desprenden de un estudio realizado por la Universidad de San Andrés entre noviembre y diciembre de 2018. Estas cifras absolutamente recientes han encendido una fuerte alarma en el oficialismo, porque exponen que un 28% de los encuestados asegura que votará por un candidato de Cambiemos, mientras que 33% cree que elegirá a un postulante opositor.
Respecto a los candidatos que ya se saben que competirán en las presidenciales de 2019 casi con seguridad, Macri y Cristina concentran polarizando la intención de voto. Un 18% de los encuestados ya anuncia que “seguro lo voto” a Macri, mientras que un 16% lo hará por Cristina. Un 23% afirma que “podría votar” a Macri, mientras que un 12% a Cristina. En tanto Macri registra un 10% de “indecisos” contra un 7% de Cristina; en tanto el actual presidente concentra un 49% de los que afirman que “nunca lo votaría”, contra un 64% que toman distancia de Cristina. Este segmento de `descorazonados´ es tal vez el segmento más desafiante para el trabajo proselitista que enfocan los partidos políticos.
Lo llamativo es el número de indecisos, que alcanza el 31% de los 1015 entrevistados entre el 23 de Noviembre y el 6 de Diciembre en forma online, en un sondeo realizado en 23 provincias y CABA. Si se le suman aquellos que no contestaron la pregunta el número alcanza el 39%.
El 49% de los consultados está «insatisfecho» o muy «insatisfecho» con la marcha del país, mientras que en noviembre del año pasado el número de «satisfechos» llegó al 53%. “muy satisfechos” sólo figuró un 3% de los encuestados. Segmentados por nivel socioeconómico (NSE), los encuestados no muestran grandes diferencias: entre los de mayor NSE los satisfechos llegan a 35%, lo de nivel medio al 22% y los de nivel bajo al 20%.
Entre octubre y noviembre de 2017 los encuestadores recogieron los mejores números de Mauricio Macri que llegó al 66% de aprobación contra 33% de desaprobación. Hoy percepción está invertida: el 62% de los consultados desaprueba algo o mucho la gestión del ex alcalde porteño, mientras que un 15% está conforme.

El golpe bajo que faltaba

Y si la caída de imagen se había logrado estabilizar bastante después del G20, la reaparición de internas no ayuda para nada. Dicen que a Elisa Carrió casi que la habían convencido. Mucho tiempo antes de los últimos capítulos de su furia con la Casa Rosada, la líder de la Coalición Cívica había aceptado la vuelta de los aportes de empresas a las campañas con un tope muy bajo del gasto total, según fuentes oficiales y de la CC, del 2%. En estas semanas, sin embargo, Carrió, envenenada por la resolución ministerial de Patricia Bullrich sobre el nuevo reglamento para el uso de armas de fuego por parte de las fuerzas de seguridad, volvió a foja cero. A su posición histórica. «Voy a votar en contra del aporte de empresas a los partidos políticos, de acuerdo con la doctrina histórica de la CC ARI porque esto es lo que permite mantener la independencia para defender al pueblo. No me importa lo que opine el Presidente, sostengo lo mismo que decimos desde hace 25 años», mandó a escribir la diputada el martes en su cuenta de Twitter, el canal que más utiliza para enviarle mensajes al Gobierno.
El enojo de «Lilita» y la caída ley de financiamiento de los partidos políticos le propinaron un fuerte dolor de cabeza a Mauricio Macri en el cierre del peor año de su gestión y el más complejo desde que incursionó en política, confesado incluso por su círculo más íntimo.
Según los funcionarios de la Jefatura de Gabinete que se encargan de analizar las encuestas que consumen todos los meses en el primer piso de Casa Rosada, la credibilidad de Carrió en el electorado de Cambiemos es apabullante. Los cortocircuitos con el Gobierno configuran en ese sentido un problema, donde varios, internamente, se esfuerzan por ver como parte de una fortaleza partidaria.
Es que, por ejemplo, de esa conclusión fáctica de las encuestas oficiales es de prever que el electorado de Cambiemos le cree a la diputada cuando dice que el Presidente dejó a los peores funcionarios del gabinete tras la salida de Mario Quintana. O duda cuando asegura que ya no confía en Macri. En medio de una profunda crisis del programa económico.
El caso de las modificaciones que el Gobierno quiere introducir en la ley de financiamiento de los partidos -se destacan la vuelta de los aportes empresarios y la bancarización de las contribuciones, entre otras- es menos traumático en términos mediáticos porque a la sociedad nunca le interesó saber cómo y a través de quiénes se financian los políticos.
El fracaso de ese proyecto de ley, le asesta al Gobierno un duro revés de cara a la campaña del año próximo, de la que nadie quiere hacerse cargo en términos financieros. Más allá de la posición de la Coalición Cívica, el Gobierno haría un nuevo intento parlamentario en sesiones extraordinarias en febrero, según confiaron altas fuentes oficiales. De volver a fracasar, en Casa Rosada no descartan avanzar a través de un decreto que reglamente los aportes contemplados por la ley vigente y que baje al mínimo las donaciones en efectivo. Esto ya se habló puertas adentro del Ministerio del Interior.

“Agarráte Catalina”

En tanto una de las últimas informaciones dan cuenta que sorpresivamente removieron a Gabriel Pérez Barberá, titular de la Procelac. Los observadores finos afirman que, con esto el macrismo habría decidido quedarse con todo el aparato habilitado para investigar maniobras de lavado de dinero, aquel que indaga sobre las sociedades y cuentas en el exterior como aparecieron en Panamá Papers, Paradise Papers, las cuentas del HSBC o las que denominaron Ruta del Dinero. O sea que, para traducirlo la Casa Rosada ya manejaba la Unidad de Información Financiera (UIF), una especie de SIDE económica, y ahora sumaron la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), de la que sorpresivamente removieron a su titular, Gabriel Pérez Barberá. Es un fiscal de perfil técnico y de escasa presencia pública, que será reemplazado por un hombre del palo de Cambiemos, Mario Alberto Villar, al que vinculan al grupo de fiscales más alineados con el macrismo. Además de ser una movida de blindaje de `propios´, también se ve venir un fuerte embate contra `extraños´, ya que los rumores hablan de que lo más importante de la apropiación de la Procelac es que se busca levantar el perfil a las investigaciones contra Hugo Moyano y gran parte del sindicalismo aún no investigado en profundidad.

Fuentes: ESPOP UDESA, NA, MI, IProfesional, Parlamentario, propias

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