La vecina de Puerto Madryn, Silvia Quispe, realizó declaraciones a medios de comunicación en las que denunció “abuso policial” luego de que, aparentemente, fuera agredida por efectivos durante un control de tránsito ubicado en la calle Belgrano, entre 25 de Mayo y Bartolomé Mitre.
“El pasado domingo me estaba dirigiendo a mi trabajo en el muelle Storni, la gente de Tránsito me pidió los papeles (del auto) y les dije que no los tenía, solamente tenía el seguro y el documento”, relató, agregando que “cuando les dije que me dieran tiempo para llamar a mi marido, resultó que no tenía señal y me dijeron que ya no me podían esperar más, que descendiera del auto, lo cual no quise hacer, así que me dijeron que me iban a tener que retener el vehículo”.
A su vez, la vecina comentó que “les dije que lo llevaran, pero que yo no me iba a bajar, porque los papeles mi marido me los iba a traer y me advirtieron que tenía que descender, sino iban a llamar la Policía; no sé en qué momento la llamaron, porque cuando miré por el espejo (retrovisor), ya estaban los patrulleros, vino la mujer policía, se acercó, me pidió los papeles y le comentó que únicamente tenía el seguro y el documento”.
Acto seguido, “me dijo que tenía que descender porque al auto lo iban a retirar, le dije que no, insistió y me preguntó si iba a bajar del auto, ‘sí o no’, a lo cual le respondí que no y le pregunté si tenían alguna orden del juez que dijera que podían sacarme del vehículo”.
En ese momento, la oficial que intervino en el control, según el relato de la denunciante, “se enojó y me dijo ‘yo te voy a enseñar, vas a descender por las buenas o por la fuerza’, me violentó la puerta, la abrieron y me agarró del brazo derecho, tirando hacia afuera; con el izquierdo me agarré del asiento, pero otros policías ingresaron por la otra puerta y uno me tiró ese brazo hacia atrás, mientras que otros me agarraban de la nuca y me decían ‘fuera bicho, qué te creés, nosotros mandamos acá y nosotros somos la ley’”.
La mujer recibió una fractura en su brazo izquierdo “producto del golpe que me dieron” y advirtió que “primero, no me quisieron llevar al médico y después insistí para que me vieran, porque estaba con el brazo torcido hacia atrás; cuando llegaron más policías, me quitaron las esposas y mi mano quedó doblada, a lo cual me dijeron ‘qué te quejás, esas son mañas’”.
El relato continuó: “Les dije que me dolía, entonces el médico forense me llevó al baño de la Comisaría Primera y me empezó a revisar, esto ocurrió después de unas cuatro horas; me levantó la remera y no subía mucho más ya que mi brazo estaba muy hinchado; me tocó el mismo y me dijo que era una quebradura, mientras que los policías que me habían agarrado, en ese momento, ‘desaparecieron’”, consignó.