LA GESTIÓN BUZZI ENFRENTA MULTIPLES FRENTES OPERATIVOS Y DE LOS OTROS. NACIÓN LOS MIRA CADA VEZ MÁS DE LEJOS. LOS PROBLEMAS DE CAJA SE LLEVAN PUESTOS A PROPIOS Y EXTRAÑOS

El todo y la nada

roamnaDecía Kafka magistralmente que “el momento decisivo de la evolución humana es permanente. Por eso tienen razón los movimientos intelectuales revolucionarios que declaran nulo todo lo sucedido con anterioridad, pues nada ha pasado todavía”.
El gobierno de Martín Buzzi no parece estar pasando su mejor momento, y pese a algunos cambios forzados, el gabinete no termina del todo de ´acomodar los melones´ en ese territorio de la nada que espera.
El primer gran problema que enfrentaría la gestión del comodorense es la falta de caja, un déficit notable que se viene detectando tanto en la ruptura de la cadena de pagos a proveedores como en el modo discrecional de la aplicación de los fondos que se van consiguiendo. Y pese a que la situación aun no fue blanqueada oficialmente y probablemente no se haga, todo indica que los números no cierran de acá a diciembre sin una ´inyección´ extra que no se sabe bien de donde podría venir a esta altura de las circunstancias.
Sin embargo tampoco se estaría aplicando el abc de los negocios, “cuando no hay plata debe haber gestión”. Por lo cual, estas dificultades económicas y financieras se han comenzado a traducir en debilidad política. Con múltiples frentes de conflicto encendidos en simultáneo, casi todos ellos por cuestión de fondos, el síntoma reiterado se está dando en la imposibilidad de contar con los votos suficientes en la Legislatura. Tierra del vice gobernador Gustavo Mac Karthy además, que cuida sigilosamente su cara y el empobrecido capital político que le está quedando.
El presupuesto fue sacado con tirabuzón, igual el endeudamiento, el enjuicio a Panizzi se perdió y esta semana un bloque unipersonal se dio el lujo de correrlos con un estudio ambiental al punto de demorar la aprobación del re pautado contrato con Tecpetrol.
Es que la evidencia marca que pese a las explicaciones que se esgrimen en torno a cada caso puntual, el grueso del escenario no da idea de unidad ni de solvencia política.

Sintomatología

Los agentes de la salud otra vez comenzaron a rellenar planillas complementarias en un tema aun no resuelto de liquidaciones mal cerradas. El problema sería además que el Convenio a corto plazo se tornaría en impagable, además de haber sido aprobado sobre un presupuesto cerrado y que no lo contemplaba. El paro masivo hoy en los hospitales de la Provincia es un dato por lo menos a considerar.
En el caso de los docentes, las diferencias también pasan por las asimetrías que vienen exponiendo y que tarde o temprano se trasladarán de sur a norte.
En seguridad, aun no ha saltado la liebre dicen, pero que está agazapada, está. Gran parte de los grandes problemas no resueltos vinculados al delito urbano, tendrían relación directa con un compromiso venido a menos de los uniformados, producto de las permanentes postergación salariales sufridas.

Zonificaciones

En Trelew, el colapso de la Cooperativa Eléctrica le recuerda a Buzzi la política pendiente vinculada a los servicios públicos. Ahí el tema es el mismo, acomodamiento tarifario y sobre todo inversión. Y aunque el conflicto en principio lo deberá atajar el intendente Máximo Pérez Catán, tarde o temprano el tsunami del colapso de servicios enfilará por la Ruta 3 hacia Fontana 50.
En Rawson, la intendenta Rossana Artero viste un santo y desviste otro, y ya empezó a tararear en el coro de los que piden que se revise la coparticipación de ingresos a los municipios.
En Madryn el panorama conflictivo que ataja como puede el intendente Ricardo Sastre está estrechamente vinculado a las características de la ciudad: la producción. Y se trate de lo que se trate (piedra, pesca, costos portuarios, transporte) no ha habido muchas soluciones o por lo menos propuestas concretas para mostrar desde la administración del Estado Provincial. Por ahora son todos “observatorios”.
En Comodoro, el “Tano” Di Pierro trata de sostener la matriz extractivo dependiente a la espera de nuevas renegociaciones y repartos, mientras la ciudad lleva más de veinte días sin clases, con un hospital funcionando a media máquina, una convivencia social insoportable y crispada luego del crimen de la pequeña Yasmín, y gran parte del comercio herido de muerte y sin otras alternativas productivas a la vista en lo inmediato.
En Esquel, el “Rafa” Williams todavía está sentado, esperando los fondos para paliar el desastre causado por la inundación, mientras intenta terminar de negociar con los municipales. Dicen desde Rawson que “todavía están cuantificando los daños” y que una vez que se logre, si se logra, se dará el flujo de fondos a los municipios que fueron incluidos en la emergencia climática, y que alcanza a Corcovado, Río Pico Trevelin y Esquel.

El iceberg

Esta somera y parcial descripción de la coyuntura es tal vez un mínimo emergente del conflicto principal que enfrentaría la gestión Buzzi, y que se vincula en el fondo más profundo a la heterogeneidad de comandos que conviven en su seno, a la multiplicidad de objetivos personales, y a la cada vez más reducida banca nacional.
A la exagerada abstracción teórica del titular del Ejecutivo, Martín Buzzi, le contrasta por momentos el brutal pragmatismo de su ministro Coordinador, Carlos Eliceche. A veces con escala en la politización anárquica por contraste, que cultiva el ministro de Gobierno, Javier Touriñán; otras en el esoñamiento legal que aporta Miguel Montoya. Los demás, difíciles de traducir que no sea a partir de sus aportes más técnicos que políticos, y con altibajos permanentes en los resultados, integran una gestión que por ahora zafa pero no lastra, atada por esta especie de endeble “nudo borromeo” al decir de Lacan.
Con una imagen preocupada de esta conducción no propia, pero adoptada en su esfuerzo de reconversión, y tras el evidente boicot electoral plantado a Norberto Yauhar por acción u omisión, la Nación fue tomando cada vez más distancia y ya habla de “ellos” y “nosotros”.
Como si algo faltara, las reescrituras de estas realidades siguen siendo libres, ya que aún no hizo pie en la Provincia el nuevo subsecretario de Información Pública, Sergio Fernández Novoa, el esperado traductor de la inasible gobernabilidad chubutense -que prometían- sabría redibujar diestramente el discurso de la atomización. Todo por hacer. Habrá que ver…

ÚLTIMAS NOTICIAS