El dueño del arco
La historia de Guillermo Brown ha estado siempre marcada por arqueros de categoría, que a lo largo de las páginas del club han dejado capítulos de excesiva riqueza. Diego Luque es uno de ellos. Pasando en dos oportunidades distintas nunca desentonó, sino que siempre brindó la confianza necesaria tanto parea quienes lo acompañaban desde el césped, como para quienes lo vivaban desde las tribunas.
Las escenas del Nº 1 del equipo de la banda azul conteniendo remates imposibles para otros porteros integran los álbumes de un centenar de fotógrafos, tanto en sus dos etapas en el club como en su paso por el eterno rival, Deportivo Madryn. Sin embargo su importancia bajo los tres palos y su bonomía han hecho que Diego traspasara las camisetas y sea querido por los simpatizantes de ambas instituciones. Aunque claro esta que para hablar de él, es necesario recorrer su paso por clubes de suma importancia.
En torno a la situación actual, donde Brown se erigió como el mejor equipo del Torneo Federal A en la Zona 1, el ‘Eterno Diego’ manifestó que si bien ha vivido situaciones similares, previas de ascensos y campeonatos, se sintió muy nervioso antes del encuentro frente a Deportivo Roca. “Las sensaciones fueron muy lindas, porque había mucha ansiedad y una expectativa enorme, porque más allá de lo que fue el torneo, donde el grupo tuvo altibajos, se llegó a un momento lindo erigiéndose el mejor de la zona, donde solo faltaba la corona que era salir campeón y ascender”.
Madryn Vs. CAI
El partido entre Deportivo Madryn y la Comisión de Actividades Infantiles (CAI) de Comodoro Rivadavia, no solo fue importante para las aspiraciones del Aurinegro de sentenciar su clasificación a la fase de repechaje, sino que le dio la oportunidad a Brown de volver a estar en carrera y quedar como único puntero, ya que había empatado el encuentro anterior y veía como el conjunto petrolero se despegaba solo en la punta.
Diego Luque fue uno de los jugadores que no pudo estar presente ante Cipolletti en Río Negro, por lo que escuchaba el partido desde su hogar y lo iba transmitiendo, al igual que distintos compañeros, a quienes se encontraban en Río negro a la expectativa de lo que ocurría en el Coliseo del Golfo. “Le dije a mi señora que me iba a dormir, pero me acordé que estaba el partido de Madryn. Relataba todo lo que pasaba para los chicos que estaban por comenzar la entrada en calor, y lo más triste era cuando hacía gol la CAI, y cuando lo empataba Madryn lo gritábamos” expresó.
Dicho enfrentamiento fue muy especial, ya que se había hablado mucho entre semana por parte de dirigentes e hinchas quienes daban cuenta de la posibilidad de que Madryn se dejase ganar para perjudicar a Brown, sin embargo Diego Luque desestimó esa posibilidad ya que conoce a varios de los jugadores de la vereda de enfrente y afirmó que siempre quieren ganar. “Necesitábamos mucho de ese triunfo. Cuando acuchamos gol de la CAI se nos vino el mundo a bajo, porque le empataba a los 47 minutos, pero después dijeron offside y se lo anularon, recuperamos el aliento. En ese momento me llamó Víctor Piriz Alves para preguntarme cómo iba, cuando desde la radio dijeron ‘Terminó el partido!? Y ahí se escuchaba el grito en el colectivo de Brown y fue muy lindo”.
El hijo pródigo
Tras un primer buen paso por la institución, el regreso de Luque estuvo plagado lleno de expectativas, ya que el recuerdo que había dejado en la parcialidad browniana era demasiado bueno, y repetir lo mismo, o intentar no defraudar, era un objetivo personal para el Nº1, lo cual sostuvo, se logra a base de entrenamiento y compromiso. “Me fui en 2009, pasando por San Luís y Tres Arroyos, luego la decisión de ir a Madryn fue difícil porque sabía todo lo que se había vivido en Brown y cuando me llamaron tuve que desechar otras ofertas por el bienestar de la familia. Lo bueno es que no existió ningún tipo de reproche por parte de los hinchas de Brown”.
El referente del equipo, dijo que fueron dos años de mucho trabajo en las filas del eterno rival, y tras volver al equipo de la banda, el respeto con referentes de la hinchada de Deportivo Madryn es muy grande, ya que afirmó que defendió los colores amarillo y negro con la misma pasión con la que defiende el blanco y azul. “Lo que ocurrió en 2007 yo no me lo olvido, porque estuvimos ahí de lograr el ascenso, y ese torneo al cual entramos por la ventana y definimos todo de visitante, nos enfriaron tres semanas, nos cambiaron el rival, y perdimos por penales con Independiente Rivadavia de Mendoza. Ahora lograr el ascenso es muy bueno, y más a ésta altura de mi carrera, donde me queda un año más, dependiendo de las lesiones, para dejar el fútbol” puntualizó.
Momento divertido, fue la posibilidad de sumar a “Cocó” Oleiro como ¨periodista¨ para también hacerle preguntas a su compañero. Allí, salieron los “trapitos al sol” del feliz plantel browniano.
En el marco de las charlas y entrevistas realizadas a fin de dejar plasmado el momento de gloria de los jugadores de Brown tras el ascenso, se desataron denuncias de suma gravedad hacia dos jugadores en torno a las bromas que se realizan en el vestuario y fuera de él. Fue allí, donde Juan Manuel Oleiro tuvo la posibilidad de entrevistar a Diego Luque, momento en el cual el jugador, ausente por lesión, se enteró que muchas de las bromas de las que fue víctima fueron materializadas por su compañero
“A medida que uno va transitando su último tiempo en un vestuario va tratando de entretenerse en lo que sea. Cuando era más joven estaba más tranquilo, pero con la experiencia y las bromas que ha vivido cada compañero con el que me ha tocado compartir club, las recordas y las aplicas” explicó el arquero, añadiendo que algunas de esas bromas son demasiado pesadas, y Oleiro ha sido víctima, como cortarle los cordones de las zapatillas. “esa se la hice a Cristian Girard también en Deportivo Madryn” señaló, a lo que se escuchó “ah fuiste vos!” de su compañero.
Las cosas empezaron en el club Aurinegro, cuando Girard comenzó a esconderle las cosas a Luque, ponerle shampoo en las zapatillas, y demás. Ya en Brown se asociaron los dos y hicieron de sus compañeros víctimas de una larga lista de bromas, las cuales van desde sacarle el automóvil a uno de sus colegas y llevarlo hasta su casa para que cuando saliera de entrenar no lo encontrara, hasta cortarle los calzoncillos para que luego de bañarse intentara ponérselos y se desate la risa en el interior del vestuario.