Por Antonio Torrejón

En función del futuro ya sabemos por estudios de las Organizaciones Mundiales de Turismo y de la Salud, que las vacaciones de verano largas no deberán transcurrir lejos del lugar de residencia del individuo. Esto reivindicará a los centros regionales de veraneo como Mar del Plata, Madryn, San Antonio-las Grutas, Córdoba, Colon, y pocos casos que por su integralidad y diversidad comarcal permiten a la familia recuperar en salud, en lugares de adecuada «calidad de vida», y de familiarizada logística, acorde con los movimientos hasta imprevistos que puedan surgir, como rutas, aviones, centros de salud de alta complejidad, puertos, etc. Las opciones vacacionales también serán a la «carta», ya que cada individuo, con su historia clínica, enumerando deportes que practica y otros gustos con la cifra «techo» de capacidad de gasto, podrá recibir las propuestas de la computadora del «club de vacaciones» consultado.

Propuestas electrónicas

El agua será el escenario principal en lo que se refiere a prácticas al aire libre, quedando el viejo motivador de «sol y playa», como algo motivador, pero complementario del conjunto convocante. Parte importante del «tiempo libre del hombre» se ocupará fuera de los horarios, del sol y luz relevante al «ocio electrónico». Con el avance en satélites de comunicaciones, celulares, mini computadoras, fibras ópticas casi familiares y elementos al alcance del ciudadano común, uno podrá recibir en su casa la lista de los espectáculos y verlos en trasmisión directa de diversos orígenes y todas las opciones de recreación y turismo que a uno se le puedan ocurrir. También se recibirán pronósticos meteorológicos, con los cuales se podrá elegir, de acuerdo con deseos y hábitos, el destino que más coincida con los deseos de sol, playa, náutica, pesca, trekking en montaña, buceo, etc. Desde un salón audiovisual será posible jugar una partida de ajedrez con el maestro ruso de turno o recibir clases de inglés o mandarín a distancia. La televisión a la «carta», y pronto el periódico personal, contribuirán a extender el ocio privatizado que garantiza reposo, seguridad y tranquilidad. Dejarse llevar en superficie por «tracción eólica» o por debajo del mar en accesibles submarinos será algo corriente. Los viajes subsónicos en avión y los espaciales-turísticos, o los cruceros espaciales (el primero se concretó ya en el 2000, a través de logística y tecnología rusas), crearán otra sofisticada alternativa para observar en horas hielos, selvas, océanos, atardeceres patagónicos y la medianoche, austral o boreal.

Avances

Las vacaciones en los mares transparentes de Nueva Caledonia o Golfo Nuevo serán posibles en quince años en hoteles submarinos, con fauna que va desde ballenas a tiburones, pasando por los lobos marinos de Puerto Madryn-Punta Loma, donde se realizan prácticas de «snorkeling», donde esos mamíferos son los que se divierten con los turistas, no con la presunción al revés, que atemorizaba a los humanos, que se irá familiarizando con una actitud diferente del hombre, menos soberbio y más integrado en el respeto del conjunto. Al salir de su casa, el conductor del año 2020 podrá viajar en automóviles «inteligentes», equipados con computadoras, láser antiniebla y guiado por los satélites de comunicaciones. El Automóvil Club Argentino entregará a sus socios los mapas electrónicos de carreteras similares a los ya presentados por la empresa alemana Bosch. En ellos el conductor planifica su excursión sobre un disco óptico, y al entrar en su auto sólo tiene que insertarlo en la consola de mando, olvidándose de recorridos, semáforos, cruces, congestiones, barreras que no funcionan, etc. Los sistemas más avanzados como el «Carminat», actualmente en fase de prueba, recibirán información actualizada sobre el estado de la ruta y de la circulación. También proporcionarán al conductor otros datos, como las salidas de autopistas, estaciones de servicio, planas de ciudades atravesadas, datos para la interpretación de los atractivos naturales o históricos que vemos, etc.

El futuro

Los medios de transporte y comunicación, factores esenciales del turismo, irán evolucionando y abaratándose en tal forma, que, según el futurólogo Herman Kahn, en el año 2020 el transporte no será reditivo comercialmente, lo que lo irá llevando a que sea público y gratuito. De allí el cambio que tendrá por delante el transporte aerocomercial también. El Estado lo hará funcionar en el contexto de cuentas globalizadas. La calidad del ambiente, la seguridad ciudadana, lo prístino de la naturaleza, su vida silvestre, tendrán un valor decisivo a la hora de elegir un lugar. En el mundo del futuro, con el apoyo de las tecnologías de punta, casi todas las cosas se podrán rápidamente replantear, todo será cuestión de justificación y costos. Lo único que se sabe complicado para manejar, de allí la importancia creciente asignada, es el «equilibrio de los ecosistemas». Capital particular de la Argentina competitiva que no se puede destruir, por desinformación.