La compañía nacional turca Turkish Airlines anunció el despido de 211 empleados por sus supuestos vínculos con el predicador Fethullah Gülen, acusado por Ankara de ser el instigador del golpe de Estado fallido del pasado 15 de julio.

Se trata de una brutal purga interna, que alcanza a personal jerárquico y pilotos de línea.

La aerolínea explicó en un comunicado que tomó esta decisión «en el marco de las medidas necesarias» contra la red de Fethullah Gülen y contra «actitudes y comportamientos en contradicción con el interés de nuestro país y nuestra compañía».

Desde el levantamiento militar abortado, el gobierno turco está llevando a cabo una purga masiva en el ejército, la justicia, la magistratura, los medios de comunicación y el mundo educativo, con miles de personas detenidas, despedidas o suspendidas de sus cargos.

La agencia de noticias privada Dogan indicó que entre los despedidos figuran siete ejecutivos con cargos gerenciales y 15 pilotos.

Los seguidores del Fetullah Gulens, si bien practican la religión islámica, pretenden que el país continúe siendo laico.