INTERVIENEN 10 ÁREAS DEL BANCO CENTRAL, ORGANISMOS EXTERNOS Y DE CONSULTA. “LA COORDINACIÓN ES COMPLEJA”, INDICARON DESDE LA ENTIDAD

Cómo fue el extenso proceso detrás de la confección del billete de 200 pesos

1-aEn el marco de la presentación de la nueva serie de billetes que lleva impresa a la ballena franca austral, especie autóctona de la región, el Gerente General del Banco Central de la República Argentina (BCRA), licenciado Mariano Flores Vidal, realizó un minucioso recorrido por el nacimiento, el desarrollo y la impresión de un billete, proceso que definió como de características complejas y en el que interviene una decena de áreas dentro la institución, además de aquellas que ofician como asesoras y consultoras en lo referido al diseño y el trasfondo histórico y simbólico de aquello que luego se verá en el papel.
“Hace mucho tiempo no hacemos un lanzamiento en todo el país con estas características; por ejemplo, hoy por hoy ya hay billetes de 200 pesos circulando por toda la Argentina, y es importante saber lo que está detrás de su confección, además del agradecimiento que tenemos hacia todos los equipos que han trabajado en este proyecto”, destacó el Gerente del Banco.
Desde que comenzó a circular el peso como moneda de curso legal en el país, la máxima denominación era la del billete de cien pesos, que durante muchos años llevó el rostro de Julio Argentino Roca, el cual, seguidamente, fue reemplazado con la figura de Eva Duarte de Perón. Luego de que el actual Gobierno Nacional anticipara que realizaría cambios en los billetes, como el incremento de la denominación y la aparición de animales representativos de las distintas regiones del país, el primero en ser presentado fue el de 500 pesos, con la figura del yaguareté, y tres meses después, el de la ballena franca austral, emblema de la región patagónica y presentado el pasado miércoles en el Ecocentro de Puerto Madryn.

“Tiempo récord”

Flores Vidal destacó “haber sido parte del equipo que ha trabajado en el lanzamiento de este billete, que conmemora y distingue a la ballena franca austral”, y sostuvo que “para mí, también es emocionante presentarlo en este lugar (por la ciudad de Puerto Madryn), ello conlleva una emotiva carga que se agrega a la cuestión”.
Por otra parte, explicó que “crear una nueva familia de billetes es un trabajo que reúne al arte, la ciencia y la técnica, donde la coordinación de las distintas áreas del banco, diez de ellas en total, es bastante importante, ya que de algún modo se mezclan artistas, con científicos y técnicos, algo complejo pero sumamente interesante” y puso en valor que “hemos desarrollado el billete en tiempo récord”.
Anteriormente, “hacer un billete, en el pasado, dentro de una nueva familia de billetes, más o menos podía llevar entre uno hasta dos años, pero nosotros, en junio, sacamos el primer billete con el yaguareté, y este mes estamos sacando, tres meses después, este segundo billete con la ballena franca austral, lo cual habla de un compromiso y de eficiencia, porque la coordinación es compleja”.

Determinación de tamaño y tipo de papel

“Lo primero que se hace es estimar la demanda del billete; para ello, trabajan los especialistas de investigaciones económicas, que determinan cuál será la demanda del mismo”, explicó el gerente del BCRA, agregando que “a partir de allí, Planificación Estratégica del Tesoro Nacional prevé cómo va a estar conformada esa demanda, qué billetes y nominalidades necesitará la gente, por lo que allí aparecen estudios para ver cuál será el billete de 200, 500 o 100, y se empieza a fijar la cantidad de billetes que se necesitarán”.
Seguidamente, “de manera inmediata se comienza a trabajar sobre el tamaño del billete, ya que no necesariamente todos tienen el mismo, por lo que hay toda una decisión respecto del tamaño, de la cual también participa el área de Planificación Estratégica del Tesoro”, indicó el Gerente, añadiendo que “después, se determinan las características del billete, en las que trabaja el área de Laboratorio, el cual está especializado en la temática, y define qué tipo de papel y de qué material estará hecho el billete, el cual puede ser de fibra de algodón, de polímeros o una combinación de ambos, entre otras opciones”.
En este contexto, “también está lo referido a la seguridad, para evitar la falsificación y demás, por lo cual se realiza el análisis de hilos, marcas de agua y las tintas, que son sumamente importantes”, consignó Flores Vidal.

Arte, numismática e investigación

Por otra parte, “aparecen los artistas, en lo que tiene que ver con el diseño del billete y las cuestiones numismáticas; se trabaja con fotos, se analiza la arquitectura del billete y se determina en qué parte del mismo irá cada diseño, decisión que se articula con el área de Laboratorio según dónde convenga ubicarlos, todo ello en el marco del arte, dado que (la confección de) un billete es un auténtico trabajo de arte”, destacó, al tiempo que explicó que “hay todo un trabajo de investigación de las temáticas, donde debemos agradecer a los organismos que han trabajado en esta área, entre ellos el Conicet-Cenpat, el Laboratorio de Algas Marinas del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos, el Instituto de Conservación de Ballenas y el Instituto Geográfico Nacional; hemos trabajado mucho con ellos para saber que el producto que sacamos es de excelencia y que cumple todas las características que tiene que tener, inclusive dentro de la parte artística”.

Del diseño previo a la seguridad y el boceto final

“Una vez que el diseño está concluido, se realiza el ‘pre boceto’, se presenta al Directorio, que es el que toma las decisiones, y se conoce a partir del mismo, lo que sería el billete; a partir de allí, con la aprobación, se hace la contratación del papel para la impresión, donde comienza a jugar un rol la Casa de la Moneda, la cual propone los ajustes para la factibilidad técnica y productiva, determinando qué se puede hacer y qué no, aunque lógicamente todo lo propuesto hasta allí se puede realizar, y lo que se proponen son, generalmente, determinados ajustes”, indicó el funcionario.
Sobre este punto, precisó que “una vez que están esos ajustes, nuevamente volvemos al Directorio, pero ya con un boceto, con el diseño del billete que, factiblemente, se puede hacer, y una vez aprobado el mismo, comienza otro trabajo junto a la Casa de la Moneda, que es el Fondo de Seguridad; cuando se toca un billete, se puede percibir una textura en la tinta, y si se observa con una lupa, se puede ver un trazo milimétrico, el cual a simple vista no se puede divisar” y agregó que “allí comienzan a hacerse las pruebas individuales, hasta que se encuentra lo que se denomina la ‘hoja patrón’, con unos 50 billetes con el diseño exacto de lo que se quiere, y una vez aprobada la misma, ya se empieza a recibir el papel desde las áreas de operación en Emisión, y comienza la producción masiva de papel”.

El billete se distribuye en el país a través de 23 agencias

Sin embargo, “esto no termina ahí”, manifestó Flores Vidal, quien destacó que “la República Argentina es un país federal y muy extenso, entonces en ese punto empieza todo el trabajo para la distribución de los billetes a lo largo y ancho del país, a través de nuestras 23 Agencias Regionales”, concluyendo que “debo decir, sobre este billete de 500 y de 200 pesos, que hace mucho tiempo no hacemos un lanzamiento en todo el país con estas características; es decir que, por ejemplo, hoy por hoy ya hay billetes de 200 pesos (circulando) por toda la Argentina, y es importante saber lo que está detrás de su confección, además del agradecimiento que tenemos hacia todos los equipos que han trabajado en este proyecto”.

Radiografía del billete

En el anverso del billete de 200 pesos, es posible observar la impresión calcográfica del retrato de la ballena y algas, que presentan un relieve perceptible al tacto. Además del hilo de seguridad y segmentos con la sigla BCRA con efecto dinámico, a trasluz puede distinguirse el valor “200”, visible bajo la luz ultravioleta. Por otro lado, se observa la marca de agua que reproduce el retrato de la ballena y presenta la denominación. Microletra “200BCRA…” en la base de la silueta de la ballena, más pequeña; que a su vez muestra las iniciales “RA” que puede observarse si se observa el billete con luz rasante.
También, posee identificación para personas con capacidades visuales reducidas, valor en número romano y código perceptible al tacto; la denominación en color verde, con tinta de variabilidad óptica, cambia de verde a dorado y presenta efecto dinámico al mover el billete, a la vez que el “200” debajo de la ballena, lleva impreso en microletra “BCRA” en su interior.
A su vez, en el reverso del billete, se distingue la numeración vertical en color rojo, con luminosidad roja a la luz ultravioleta, y numeración horizontal de tinta negra con dígitos de tamaño variable, con viro amarillo a la luz ultravioleta. El motivo es la recreación artística del hábitat marino.

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