CARTA AL LECTOR

¿Debe un estado reducirle la carga impositiva a un Casino porque este anuncia el cierre?

La sociedad chubutense, asiste por estas horas a un debate con alto contenido filosófico, que pone en el centro de la escena el bien común –donde todos tributamos nuestros impuestos- y el interés privado de una firma comercial –dedicada al juego de azar- que anuncia el cierre de una sala de juego porque le incrementaron los tributos municipales.
¿Que debe ser primero?, ¿lo que les interesa a todos, ó lo que le interesa a esta firma particular, que es la maximización de sus ganancias?
Sin quererlo la propia firma al hacer el anuncio respecto del cierre de la sala de juego que posee en el balneario de Playa Unión, llevo el tema a este análisis y debate.
Sin entrar a discutir la política tributaria de la Municipalidad de Rawson, durante la gestión de la actual intendente, Rossana Artero; llama poderosamente la atención que la firma adopte una medida de esta naturaleza, sin desconocer que dicho local atiende los requerimientos de los apostadores que visitan el balneario, que para ellos perderá uno de sus encantos, al menos para su visión y escala de valores, tan atendible como el de cualquiera.
El anuncio en todo caso parece más una especie de apretada mediática, para que las autoridades, revean la medida y den marcha atrás.
Sin embargo, esa maniobra, coloca a la sala de juego en el ojo de la tormenta, respecto del fuerte impacto que le provoca a la sociedad el juego en todas sus variantes, sin entrar a discutir si es legal o clandestino.
Recordemos que las salas de juego perciben dinero fresco, contante y sonante de los apostadores. Por lo cual sus recaudaciones son en efectivo, no a plazos. Dinero que muchas veces está destinado a solventar gastos de funcionamiento de los diferentes hogares y comercios. De allí que en varias ocasiones se ha estudiado proyectos para reducir horarios de funcionamiento de las salas de juego; las entidades mercantiles han clamado porque el poco dinero existente en plaza, no se volatilice en las ventanillas de las apuestas. Y hasta se ha ido a montar guardia a la entrada para evitar que algún deudor “se patine” el dinero con el cual debe afrontar una deuda.
Si el Concejo Deliberante, accede a la presión y reduce la carga tributaria aprobada para el 2017, ¿qué mensaje le estaría dando a toda la sociedad de Rawson?
Si por el contrario, no se reducen los impuestos y finalmente la empresa cierra su local del balneario, ¿puede la firma cesantear a su personal, de un día para el otro?
Los estados municipal y provincial, ¿pueden recurrir a la justicia para que dicha medida –el cierre- sea paulatina en el tiempo y de esa manera mitigar la desocupación que provocaría?
¿Una firma que recauda cada jornada dinero en efectivo, puede argumentar que sus costos se elevan de tal modo, que se ve obligado a cerrar la sala de juego?
¿Y finalmente, se atreverá la firma a mostrar sus números, máquina por máquina, mesa por mesa y a dar a conocer el nivel de pago de premios que efectúa, como dejar en claro, cual es el impacto de la suba de los impuestos municipales?. La sociedad de Rawson, debería conocer esa información, para poder sacar sus conclusiones.

Raúl Demetrio González
CARTA AL LECTOR

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