EL DIRIGENTE MADRYNENSE RECIBIÓ VEJACIONES DE LA TRIPLE A Y LA DICTADURA

Solari Yrigoyen sufrió dos atentados, fue detenido, desaparecido y torturado

El ex senador chubutense Hipólito Solari Yrigoyen fue el primer blanco elegido por la Triple A para sus atentados, en 1973 y posteriormente en 1975. Y con la llegada de la dictadura en 1976 fue perseguido, proscripto, detenido, desaparecido, torturado y exiliado.
Con él permaneció también detenido-desaparecido Mario Abel Amaya, que murió a consecuencia de las torturas sufridas. Luego de su expulsión, se radicó en París, donde permaneció hasta la restauración de la democracia en 1983.
Férreo defensor de los derechos humanos fue fundador del Movimiento de Renovación y Cambio que lideró Raúl Alfonsín. Integró el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas entre 1999 a 2002 siendo vicepresidente del mismo los dos últimos años. Su actuación se ha orientado hacia el campo de los derechos humanos y las relaciones internacionales. Ha escrito varios libros. En 2008 fue elegido Presidente de la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical.

Represión

Desde el Frente Radical Amaya Chubut recordaron que “la violencia entre el Estado y la sociedad se llevaba cientos de vidas desde fines de los años 60, por lo que el Golpe cívico militar del 24 de marzo de 1976 solo correspondía al final de una etapa y el comienzo de otra; una etapa mucho más siniestra que la anterior, por cierto”, agregando que “la intención del Golpe fue justificado por las Fuerzas Armadas como un intento en reestablecer el ‘orden’ en un país sacudido por las organizaciones armadas y por movimientos culturales que enfrentaban viejas normas morales; la Escuela de las Américas los había entrenado muy bien”.
Seguidamente, relataron que “con la represión en manos de las nuevas autoridades, estas se encargarían inmediatamente de ostentar su poder ocupando fábricas, controlando calles y caminos; copando medios de comunicación, censurando libros; y era así en ese marco de inmunidad e impunidad y en forma clandestina, secuestrarían, torturarían y harían ‘desaparecer’ a miles de personas; todavía hoy, tantos años después de este terrible proceso, se desconoce el paradero de miles de cuerpos de amigos, sobrinos, nietos, padres, hijos”.
Con el golpe, “la sagrada democracia había sido casi herida de muerte y miles de personas eran arrancadas de sus hogares o de sus lugares de trabajo; los motivos para sus secuestros eran tan variados como absurdos, ‘pensar y preguntar’ estaba de más; investigar sobre el paradero de un ser querido que no había llegado a casa te hacía cómplice de la subversión. Es decir: ‘pertenecer a un movimiento revolucionario; al que se le atribuye la destrucción de la estabilidad política o social de un país’; esta razzia institucional llevaría al ‘desaparecido’, casi seguramente, a su muerte”, reflexionaron.

Terrorismo de Estado

A su vez, los radicales remarcaron que “tenemos a hombres y mujeres que se han animado a enfrentar abiertamente a la dictadura militar” e indicaron que “tal vez, las figuras más relevantes dentro de este contexto sean las de Sergio Karakachoff; Raúl Alfonsín; o los abogados chubutenses Hipólito Solari Yrigoyen y Mario Abel Amaya. Estos últimos venían abiertamente, desde la dictadura de Onganía, Levingston y Lanusse, revindicando los derechos humanos al asesorar a trabajadores y sindicalistas perseguidos durante la llamada ‘Revolución Argentina’”.
Sobre esta línea, recordaron que “a comienzos de la década de 1970, defenderían a presos políticos detenidos en la cárcel de Rawson y esas improntas les dejarían marcas imposibles de borrar para sus enemigos en los años siguientes; ambos, como abogados, enfrentarían por aquellos al terrorismo institucional en tiempos donde toda actividad política estaba proscripta; en el año 1973, Solari Yrigoyen sufriría en carne propia el terrorismo estatal por parte de la Triple A, agrupación terrorista autorizada desde el Estado avecinando los oscuros años que estarían por venir”, en relación al ex senador nacional por Chubut, oriundo de Puerto Madryn.
“Lo cierto es que tanto Karakachoff, Amaya, Solari Yrigoyen sufrirían el horror de los tormentos. Este último pudo salvar su vida gracias a los reclamos de organizaciones de Derechos Humanos en el extranjero, pero los primeros cayeron muertos como tantos otros miles de argentinos”, manifestaron.

Recuperación democrática

En otro orden, se refirieron a las palabras de despedida de Raúl Alfonsín en el entierro de Amaya y valoraron que el mismo, “siendo luego del 10 de diciembre de 1983 presidente de los argentinos, se encargó de colocar a los máximos responsables en el banquillo de los acusados y de otorgarles el derecho a defenderse ante los jueces. Fueron condenados más tarde con mucha razón”, al tiempo que plantearon: “Ojalá podamos como argentinos aprender del pasado; porque pareciera que muchas veces volvemos hacia él solo para recordarlo en actos patrios. Es momento de aprender que la violencia política ha sido producto de la intolerancia al que piensa distinto; del disentimiento a los malestares sociales; del manejo de la información muchas veces en manos de medios periodísticos inescrupulosos, de la corrupción política en representantes populares, etcétera”.
En este contexto, los radicales del FRACh opinaron que “cuando la sociedad se divorcia de sus gobernantes; cuando los canales de comunicación colapsan y las instituciones pierden el rol que les corresponden, quedan expuestas las miserias humanas logrando confundir los golpes de Estado con revoluciones; sobre estos espacios ya hemos transitado muchas veces como protagonistas de la historia Argentina”.

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