El Campus de Google en Brasil convoca a startups argentinas

La iniciativa está destinada a nuevas empresas de tecnología que operan en el sector financiero, conocidas como «fintech».Permitirá hacer una residencia en el Campus que la empresa abrió en San Pablo donde podrán participar de talleres, recibir apoyo tecnológico y sumarse a las redes de financiación y de posibles socios de Brasil y la región.


Cierto espíritu del Silicon Valley estadounidense invade el edificio de siete pisos de la zona central de San Pablo con el que Google pretende convertirse en el motor del ecosistema digital latinoamericano: en un campus tecnológico montado en la capital económica de Brasil, el gigante de Internet espera que startups argentinas adhieran al programa para crear soluciones digitales financieras en la región.

«Identificamos que América Latina tiene mucho potencial y Google quiere desarrollar el ecosistema en la región porque la vida del futuro tendrá a muchas empresas digitales que se formen en el presente», dijo a Télam André Barrence, director del Campus San Pablo, un edificio en el barrio de Paraíso que pretende convertirse en la locomotora de emprendedores digitales del continente.
Paredes con graffittis, cabinas telefónicas para videoconferencias, terrazas con mesas para trabajar al aire libre, cafetería, mesas de pool, metegol, hamacas paraguayas y colchones son el plato fuerte para recibir a los emprendedores en esta ciudad vertical que ha montado la multinacional estadounidense Google en Brasil.

Un año ha cumplido el Campus (donde cada día usan las instalaciones en forma gratuita unos 600 emprendedores, previamente registrados) desde su apertura y es por eso que esta iniciativa de Google lanzó hasta el 18 de julio el programa «Campus Latam Exchange Founders».
La iniciativa está destinada a nuevas empresas de tecnología que operan en el sector financiero, conocidas como «fintech». Las seleccionadas se darán a conocer en agosto y tendrán dos semanas para hacer una residencia en el Campus, donde podrán participar de talleres, recibir apoyo tecnológico y sumarse a las redes de financiación y de posibles socios de Brasil y la región.
El Campus de San Pablo es el primero Sudamérica: existen otros en Londres, Tel Aviv, Seúl, Madrid y Varsovia, y en diciembre abrirá el de Berlín.

La convocatoria a las startups argentinas y del resto de la región, dijo Barrence a esta agencia, está pensada para empresas que ofrezcan soluciones digitales, un segmento que según él no está ocupado por las grandes corporaciones y sí por las pequeñas incipientes.

«El ecosistema de las fintechs de América Latina está en efervescencia. La fintechs latinoamericanas pueden convertirse en empresas que resuelven no sólo los problemas locales, sino los de toda la región», dijo el director del Campus.

El edificio es un megalaboratorio: además de las 600 personas que elijen este lugar como coworking diariamente, existen 12 empresas que por un semestre son elegidas para pasar un semestre dentro del sistema Google.

Según el directivo, el objetivo de la compañía es crear un ecosistema digital y la apuesta es «al largo plazo», habiendo formado a las startups de hoy que serán empresas consolidadas en el futuro.

«Está en nuestro ADN. Google nació como una startup de dos personas, con pura tecnología, que se convirtió en una empresa de alcance global», comentó Barrence.

La idea de Google es crear ecosistemas, plataformas y redes que usen la infraestructura digital disponible; es como si Ford apenas hubiera pensado en vehículos y no en rutas o autopistas.

La idea de instalar el Campus en San Pablo nació cuando Brasil se disponía, la década pasada, a ser la quinta economía del mundo, pero todo se derrumbó a partir de 2013, con una serie de crisis políticas y económicas.

«La economía digital y tecnológica en Brasil no para de crecer. Está ajena a la crisis. Esta economía funciona, con inversiones importantes para la región latinoamericana en fondos de incentivo para patrocinar el crecimiento de empresas nuevas que tengan soluciones digitales», sostuvo el director del campus.

Entre los emprendedores que usan las instalaciones hay profesionales expulsados del mercado formal de trabajo con la crisis brasileña.

«Buscar oportunidades es una bandera del campus. Aunque la economía del país no está tan clara, sí lo están las startup, porque estas startup tecnológicas están creando la economía del futuro. No es lo mismo que una fábrica, donde se redujo el nivel de actividad. Aquí hay apuestas para inversiones en la economía digital», comentó Barrence.

En el quinto y sexto piso del edificio se encuentra el área de coworking, y las 600 personas que cada día trabajan allí son una mínima parte de las 75.000 inscriptas desde hace un año. En este lugar radica la búsqueda de creación de nuevos productos digitales y empresas por parte de los emprendedores, muchos de los cuales llegan a Google para replicar, en el Trópico de Capricornio que cruza San Pablo, aquella idea de «sueño americano».

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