ARGENTINA EN EL CONTEXTO DEL MERCADO MUNDIAL

La producción avícola, con buenas perspectivas 2017

No solo la producción de granos se expandió desde la post-convertibilidad, sino también la de pollos parrilleros, que logró abastecer al mercado interno y generar saldos exportables, aunque no logra posicionarse como un exportador de peso, este año volvió a repuntar el vuelo comercial.
En la Argentina, las producciones vinculadas al agro son las que presentan mayor dinamismo. A lo largo de la historia, la exportación de granos generó el ingreso de una masa de riqueza en la forma de renta diferencial de la tierra, que posibilitó mediante transferencias sostener al capital no-agrario más allá de su capacidad productiva. En efecto, la acumulación de capital en el país se vio determinada en gran medida por los avatares de la producción agropecuaria.
Durante la última década, esa situación no se modificó. No se produjo el paso a un nuevo “modelo” productivo, sino que la economía argentina siguió dependiendo de su base agraria. Ello se evidenció en los altos precios de los granos y los ingresos de divisas que permitió este sector y en la poca inserción internacional de la industria.
Pero no solo la producción de granos se expandió en la post-convertibilidad, sino también otras actividades. Por ejemplo la de pollos parrilleros (a partir de aquí, PP), que logró abastecer al mercado interno y generar saldos exportables. Cabe aclarar que este movimiento no es ajeno a la tendencia mundial, que muestra un crecimiento más acelerado del consumo de carne aviar, y también porcina, con respecto a la vacuna en las últimas décadas.

Cien años de actividad

En la fabricación de PP, el proceso productivo en su etapa industrial se divide en diferentes fases. La primera abarca la importación de los reproductores Abuelos (líneas genéticas), la recría (granjas de Padres) y la incubación, de la cual nacerán los pollitos Bebé. Estas etapas podrían considerarse como el sector primario de la actividad. Actualmente junto con la faena del PP, la producción de subproductos y la comercialización de los mismos, son centralizados por un capital integrador que se encarga de controlar todas las etapas del proceso y proveer insumos (principalmente alimento balanceado) y asesoramiento a los productores integrados o engordadores. Estos últimos son los que reciben el pollito Bebé. Luego de engordarlo, entregan al capital integrador el PP con un peso establecido.
Los orígenes de esta producción en nuestro país se pueden rastrear hasta la propia época colonial, aunque su etapa industrial reconoce varios períodos diferenciables marcados por los primeros intentos estatales de promover la actividad, en 1915, con la contratación de técnicos españoles y la inclusión del conocimiento avícola en los programas de escuelas agrotécnicas para responder a las necesidades de una industria todavía artesanal.2
Hacia los años ’40, el ingreso de capitales extranjeros generó la centralización de la incubación y la faena. A finales de los ’50, se abrió una nueva etapa de organización científica en la crianza y mejoramiento genético con la importación de líneas desde EEUU. En los ’60, el desembarco de Cargill en la actividad implicó un aumento en la centralización de las etapas del proceso productivo, incluyendo la producción del alimento balanceado. En la década del ‘80, son capitales nacionales los que comienzan a liderar la actividad productiva en el mercado interno, que es por entonces el único donde se vende la producción. En la década siguiente, se comienzan a generar los primeros saldos exportables de consideración, al tiempo que la actividad se consolidaba.

Ni gansos ni pavos

La producción avícola se reparte entre varias aves de corral, abarcando pollos, patos, pavos y gansos como las fundamentales. Para 2010, a nivel mundial la producción de pollo representó el 87%, con 80,3 millones de toneladas sobre una faena de aves de 86 millones de toneladas, orientándose la tendencia general a la producción de esta subespecie en particular. En el caso argentino, casi la totalidad de la producción relevada por SENASA corresponde a la producción de PP, siendo marginal la de otras especies.
La rama se ha caracterizado históricamente por centrarse en el abastecimiento de los mercados nacionales. Por ese motivo, los principales países productores son también los principales consumidores: Estados Unidos, China, Brasil, la Unión Europea (UE), Rusia, México e India son líderes en consumo y participación en exportación/importación; con variaciones, comparten los principales puestos en cuanto a producción, siendo los cuatro primeros los mayores actores en el rubro con un 66,5% del producido mundial en 2010.3 No obstante esta orientación internista de la rama, durante el último decenio se constatan ciertas modificaciones, con un constante aumento de los volúmenes de exportaciones extra-regionales, ubicándose la exportación en torno al 11% del total producido, con Brasil, EE.UU y la UE como principales exportadores. Tomando la UE por naciones, destacan los Países Bajos, Francia, Bélgica y Polonia como los mayores exportadores. En Asia, el caso de China es particular, ya que a medida que se incrementó el consumo interno fue perdiendo peso en el mercado exportador: si bien su producción aumentó entre 2000-2012 de 9 a 13,34 millones de toneladas, las exportaciones cayeron de 1,15 a 0,72 millones, mientras se convertía en el primer importador mundial.
Vale aclarar que si bien la mayor parte de la producción está centrada en PP, algunos mercados nacionales presentan una importante participación de otras especies. Por ejemplo, EEUU producía en 2013 2,6 millones de toneladas de carne de pavo (sobre 20 millones de todas las aves de corral), lo que en tonelaje es un 40% más que toda la producción argentina de las cuatro aves de corral para ese año. Situación similar encontramos en el caso chino, donde en 2013 se produjeron 2,6 millones de toneladas de carne de ganso, frente a 13,3 millones en PP.

Las razones

El estallido de la convertibilidad y la devaluación de 2002, con la consiguiente reducción en los costos de mano de obra, implicó una bocanada de aire fresco para una actividad que hasta entonces no había logrado desplazar del mercado interno a la competencia brasileña. Desde ese momento hasta 2013, la producción local casi se duplicó. El fenómeno se relaciona con varias razones, desde el desarrollo general de la rama y los cambios productivos, hasta la reducción salarial por la devaluación. Asimismo, el reemplazo de carne vacuna por la de aves de corral impulsó las ventas internas de PP. Por último, las retenciones a la soja y al maíz provocaron un desacople del precio interno de estos granos con respecto al precio internacional. Ello funcionó como un subsidio indirecto al sector, debido a que estos productos constituyen una parte fundamental del alimento balanceado que se utiliza para el engorde, provocando así la reducción de uno de los principales costos de esta industria.

Pollo vivo, industria caminando

El andamiaje de subsidios a la energía y la política de créditos blandos para actividades manufactureras también han sido de la partida, así como la pauperización de la mano de obra en tareas particulares del proceso como la actividad de la “caza” del pollo vivo, que consiste en introducir en plena noche a los animales en jaulas para su transporte a los frigoríficos.
Con este telón de fondo, el PP argentino comienza a hacerse un lugar en el mercado externo, pasando de exportar 46.000 toneladas en 2002 a 322.000 en 2014 (si bien los datos disponibles para 2015 indicaban una caída interanual del 26%). Eso significó pasar de un 2% en la relación exportación/producción, a un 18% en los últimos años, alcanzando el octavo lugar como productor y sexto como exportador mundial. En producción por habitante, la Argentina ocupa el cuarto lugar. La misma pasó de 17,4 kg en 2002 a 42,94 kg en 2013 por detrás de Brasil (64,5), EEUU (62,76) y Malasia (45,76). En 2015 Argentina exportó, según datos del SENASA unas 240 mil toneladas de pollo, de los cuáles los principales compradores resultaron China y Sudáfrica. En 2016, las ventas alcanzaron las 215 mil toneladas con similar composición del mercado externo. Mientras que en los primeros tres meses de 2017 se registraron más de 48 mil toneladas vendidas, con un fuerte pico proporcional en el mes de enero.

Trozado y eviscerado

Estos guarismos de producción, peso per cápita y exportaciones podrían indicar que la Argentina se encuentra en una posición de privilegio a nivel internacional. Pero analizando en términos relativos con otros países, se observa que la producción local es apenas el 1,9% de la mundial, mientras que las exportaciones solo alcanzan un 2,3% del mercado global. Por su parte Brasil, EEUU y los Países Bajos, los tres mayores exportadores de carne de PP explican el 60,3% del valor comercializado (13.404 millones de dólares de un global de 22.240 millones en 2012). En este rubro es el país carioca el que lleva la delantera con una participación del 30% del mercado por delante de EEUU, que representa el 19,9% y de Países Bajos que tiene el 10%.
En el apartado de producción la situación se presenta algo más diversificada aunque también se observa un alto grado de concentración: EEUU, China y Brasil representan casi la mitad de un total mundial de 96 millones de toneladas para 2013, siendo sus participaciones respectivas de 18; 13,9 y 12,8 %.
La producción argentina de PP siguió las tendencias generales de la actividad, tanto en materia de productividad como de diversificación de mercados. No obstante, y pese a estar asentada en el sector más competitivo de la economía local, no logra posicionarse como un exportador de peso. Los más optimistas ven esto como un potencial por desarrollar con un papel relevante en la economía de un país netamente agrario como el nuestro.

Macri aprobó reintegros extra

En el mes de enero de este año, frente al crecimiento que comenzaron a evidenciar las exportaciones avícolas, el Gobierno Nacional decidió incrementar los reintegros a las exportaciones de carne vacuna en 1,8% y a las aviares en 1% quedando en 5,8% y 5% respectivamente.
El anuncio lo hizo el ministro de Agroindustria, Ricardo Buyairle. Por su parte y a través de un comunicado la Mesa de las Carnes, que integran 25 entidades que reúnen a productores, sindicatos, industrias frigoríficas de consumo y exportación, proveedores de genética, asociaciones de criadores, consignatarios y cadenas comerciales de la carne vacuna, aviar, porcina y ovina, rescataron que esa reunión constituyó «la primera vez que la cadena de todas las carnes es recibida por un presidente de la Nación». A la vez que se destacó que este año habrá un récord histórico en la producción de carnes en la Argentina (5,95 millones de toneladas).

Fuentes: Razón y Revolución Org, SENASA, MAI

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