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«Droga secuestrada, se quema»

La semana pasada y previamente a las elecciones legislativas, el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, supervisó la quema de más de una tonelada y media de estupefacientes que fueron secuestrados en operativos policiales. Lo hizo junto al jefe de la Policía, comisario general Fabián Perroni; y el juez federal N° 2 de Morón, Jorge Rodríguez; con quienes supervisó la quema de más de una tonelada y media de estupefacientes que fueron secuestrados en operativos realizados por diversas dependencias policiales y aseguró: «la droga que se secuestra, se quema».
La quema se realizó en el Crematorio Privado Boulogne, ubicado en Nuestras Malvinas al 1.800, de esa localidad del partido de San Isidro, donde fueron incineradas 1.531 kilos de marihuana, 14,5 kilos de cocaína, 10 mil dosis de paco, 458 frascos de ketamina líquida de 50 mililitros cada uno y cuatro planchas de LSD.
«No queremos que queden narcóticos acumulados en ningún lado», remarcó el funcionario provincial y sostuvo que la incineración de la droga «es el último eslabón de una lucha que incluye investigaciones a fondo, múltiples operativos y derrumbe de búnkeres».
A su vez, el ministro explicó que «con los estupefacientes actuamos con la misma lógica que con la destrucción de armas: no queremos que queden guardados en un depósito judicial y por eso los desintegramos a través de la quema».

Nosotros la guardamos

Pese a las declaraciones del ministro bonaerense, evidentemente no en todas las latitudes del país se actúa de igual manera, y la Justicia aunque Federal tiene otros tiempos. Hace un mes por ejemplo teóricamente se procedió a la destrucción de 100 kilos de cocaína que estuvo guardada nada más ni nada menos que durante 16 años en “el tesoro” del TOF de Comodoro Rivadavia. Y decimos teóricamente porque la presunta destrucción ocurrió con bajísimo perfil y casi sin registro documental público. Esos 100 kilos de droga fueron incautados en un barco portacontenedores que pretendía salir del puerto de Puerto Deseado con el cargamento allá por el año 2001. Por cuestiones de jurisdicción tomó intervención el TOF de Comodoro y tras un largo proceso plagado de apelaciones, idas y venidas, recién este año se procedió a la quema de la droga.

Los langostinos también se guardan

Otro caso en el que recién ahora posterior a la sentencia se dispuso la quema de más de 110 kilos de cocaína de máxima pureza, valuada en España en unos 97 millones de pesos argentinos, es la “mercadería acompañante” de los langostinos almacenados por Omar “Cura” segundo y por ello apodados como “santos” por los investigadores de la causa. Si bien la sentencia que rubricaron los jueces del TOF Comodoro dispuso en el punto VII del fallo “la destrucción del estupefaciente secuestrado”, no hay mayores precisiones de tiempos, lugar ni forma en que eso sucederá. Cabe destacar que también en esta oportunidad los 100 kilos de cocaína estuvieron `almacenadas´ en “el tesoro” comodorense, contrariamente a lo que pregona el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo.

Cotizaciones, multas y decepciones

A propósito de almacenajes, costos y valores, no faltaron vecinos y hasta uniformados que reflexionaron sobre la extraña lógica de la justicia que a veces planta un mensaje poco auspicioso para el malandraje organizado. Más allá de los tecnicismos y jurisprudencias recitadas, al sentido común le cuesta entender como a todos los imputados en una causa tan resonante encontrados incluso `culpables´ se los atiende con una pena bastante liviana en términos temporales si se tiene en cuenta los vaivenes que tendrá aun las apelaciones, lo que podría arrastrar entre 2 y 3 años más, sumado a los conceptos de `buenos vecinos´ que agrega el fallo que los ayudará seguramente y por buena conducta a reducir casi a la mitad la pena, si termina firme, y ni hablar a los certificados de salud y justificaciones en este sentido donde la sentencia no deja expreso de que dolencias se tratan y no se expide al respecto, quedando otro resquicio para la llegada al domicilio en un santiamén. Y si esta condena deja en términos de años de posible prisión, mucho que desear, a la luz del discurso `antinarco´ que pretende enarbolar el Estado Nacional y la Justicia Federal, ni hablar de la sensación de burla que dejaron los montos de las `multas´ que se les aplica a los `culpables´ y que representan 15 mil pesos en algunos casos, y 8 mil en otros. Sobre todo a la luz de los valores del producto incautado donde en España cotizando a unos $ 1000 el gramo de máxima pureza como la hallada, y si los langostinos llegaban a destino, los muchachos se hacían de unos 100 millones de pesos. Como intento de escarmiento y de encauzar, no será poca la multa por el delito entonces?
Ni hablar si el delito se mide en relación al daño que provoca el producto, considerando los costos monetarios (más allá de los sociales) que tiene un tratamiento de recuperación de un adicto, donde en la Argentina no baja de 30 mil pesos.
Ante todo esto no fueron pocos los comentarios sobre la sentencia “light” a los acusados en la causa Langostino, y por supuesto la decepción de gente que trabaja arriesgando su integridad para que estos circuitos lleguen a la Justicia, para terminar en un final tan laxo.

Todos tranquilos con sus vidas

A propósito de cálculos y reflexiones, no faltó quien advirtiera que con esta condena, conviene almacenar una tonelada que un par de porros. El largo proceso además de no incomodar a casi ninguno de los ahora condenados durante cuatro años, les permitió hacer y deshacer con sus bienes, su libertad, les dio hasta renombre en las páginas amarillas y ahora les aporta lógica de casi impunidad. Incluso hay quienes dicen que hasta les dio seguridad, ya que si en realidad quienes maniobraron, almacenaron y fueron pegados con un cargamento de 100 kilos de cocaína sobre el que dicen no tener nada que ver terminaron perdiendo 100 millones de pesos que ahora serán quemados, deberían estar un poco preocupados porque aparezca el dueño de la carga a `cobrarles´ tamaña torpeza. Sin embargo, y por el nivel de deambule ninguno parece tener que explicarle nada a nadie, no?

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