CONTRATADOS POR LA FAMILIA DEL ACUSADO PARTICIPARON DE UNA REAUTOPSIA DEL CUERPO

Criminalistas fueron convocados a Madryn por el caso de Raquel Maldonado

Contratados por la familia de Maximiliano Larrabaster, imputado por el presunto “femicidio” de Raquel Maldonado, para participar de una segunda autopsia realizada en el cuerpo de la joven estuvieron en Puerto Madryn el doctor en Criminalística, Raúl Osvaldo Torre, y el psiquiatra forense y legista, Carmelo Nápoli.
Ambos profesionales trabajaron en casos de gran resonancia a nivel nacional, entre ellos la investigación por el homicidio de María Marta García Belsunce y, actualmente, fueron consultados en el marco de la autopsia realizada al cuerpo de Santiago Maldonado, hallado en el río Chubut el pasado 18 de octubre.
En diálogo con el Diario, se refirieron a los detalles de la causa que investiga la muerte de Raquel Maldonado, la joven de 27 años que falleció el pasado 5 de julio, tras sufrir una herida punzocortante a la altura del abdomen; inicialmente, el imputado, hasta entonces su pareja, había manifestado que la mujer se había autoinfligido la herida, una versión por entonces calificada hasta casi como “absurda”.
Los peritos también explicaron la metodología científica en la que se basa su trabajo, y resaltaron cómo, en ocasiones, un dato surgido de la pericia “puede cambiar todo”.

Carmelo Nápoli: Fuimos convocados a Puerto Madryn, a través de la Defensa (del acusado de femicidio), porque la querella implantó que se realizara una nueva autopsia, con una profesional que vino de la ciudad de La Plata, con la participación de los forenses locales y nosotros, que vinimos de Buenos Aires, con el sólo fin de buscar qué es lo que realmente sucedió con este caso, qué es lo que realmente pudo haber pasado. Ello, teniendo en cuenta que lo que se está planteando puede tener aristas que puedan indicar que ‘ocurrió lo que ocurrió’, como dijo el imputado, o bien que, de alguna manera, pudo soslayarse otra situación que nosotros debemos dilucidar, con lo que hemos hecho el lunes, con una autopsia muy exhaustiva.

D: – ¿Qué tipo de intervención se realizó?
Se hizo la autopsia convencional, que es muy amplia, por supuesto, y abarca todo, pero se le agregó, para garantizar aún más lo que se hacía de manera habitual, que es el ‘Protocolo de Minnesota’. Se buscó por todos lados del cuerpo lesiones que podían no verse en una autopsia convencional, para, precisamente, dar garantía de que todo lo que se hizo y lo que se extrajo, para llevar a Anatomía Patológica, es lo que mejor se pudo hacer, y lo que más extensa, positiva y técnicamente se pudo hacer.

D: – En primer lugar, la hipótesis de la Fiscalía (y la querella) apuntaba a un presunto femicidio, propiamente dicho, mientras que la defensa del imputado manifestó que la joven se había autolesionado.
CN: Indudablemente, el hecho es uno solo. La interpretación de qué es lo que sucede puede tener una opinión distinta, indudablemente, con resultados muy contradictorios. No es lo mismo que alguien diga que esa persona se autolesionó y que otros digan que la lesionó el victimario, en este caso, el imputado, después de haber tenido una serie de situaciones previas. En este caso, nosotros hemos visto, evaluado y conocido el tipo de lesión, la localización, lo que hizo en este caso el arma blanca, un cuchillo, pero no se trata de cuestionar lo que se hizo o por qué se tuvo que hacer de vuelta (la autopsia); a lo que se quiere llegar es a un resultado, que sea lo que realmente ocurrió, en virtud de las pruebas que aportará Criminalística y de las pruebas de la Medicina Legal, con el fin de saber la verdad y lo que ocurrió.

D: – ¿Es frecuente que alguien pueda provocarse una herida de este tipo, de carácter mortal?
Quizás, llame la atención que una persona, en un estado determinado, se pueda autoinflingir una lesión de este tipo, cuando nosotros consideramos que no es tan frecuente, pero suele suceder en ciertas reacciones, momentos y tipo de personalidades. En este caso, nosotros no la hemos abordado (por Raquel Maldonado), porque no la conocíamos, pero, indudablemente, no es tan extraño que, ante una situación determinada, pueda uno autoinflingirse lesiones, cuando hay antecedentes en el mundo de ello. Acá, vinimos para un caso en particular, estamos evaluando eso y a resultado de lo que digan las pericias que mandamos para analizar, nosotros vamos a hacer nuestro informe y dar nuestra opinión, siempre tendiente a saber qué pudo haber sucedido realmente.

D: – Ambos han trabajado en casos de importante resonancia mediática, entre ellos el caso Nora Dalmasso, García Belsunce y Ángeles Rawson, entre otros. ¿Qué particularidades o niveles de complejidad caracterizaron algunas de esas causas?
Raúl Torre: Todos los casos son complejos, nada es sencillo, porque se trata de una sumatoria de aspectos criminológicos, criminalísticos y médico-legales, que es lo que corresponde a la actividad pericial. Existen personas que, de una determinada porción del conocimiento humano, saben más que el resto de las personas. Se las conoce como ‘expertos’, que somos nosotros, los peritos, quienes de una porción del conocimiento sabemos más que el resto de las personas. En este caso, de estas tres ramas de la investigación criminal: la criminología, la criminalística y la medicina legal. Nuestro trabajo es compatibilizar las tres para procurar llegar a la verdad. El fin por el que nosotros estamos convocados a esta causa no es participar estrictamente en la Defensa, ni mucho menos; es que la familia de Maximiliano Larrabaster quiere conocer la verdad. Ese es el motivo por el cual nos han convocado; venimos desde Buenos Aires para colaborar y porque se supone que nosotros no estamos teñidos de ningún tipo de prejuicio o subjetividad, porque somos, inclusive, ajenos al ámbito local.

D: – ¿Dónde y en qué contexto se realizó la reautopsia?
RT: La querella ofreció, para el día lunes, practicar una nueva autopsia médico-legal, y fuimos convocados por el estudio de los doctores (Gustavo) Castro y (Carlos) Del Mármol, que son la defensa de Maximiliano Larrabaster, para concurrir; estuvimos desde las 9 de la mañana hasta las 12 del mediodía en el cementerio de Madryn, donde se encuentra la morgue judicial, asistiendo a esta diligencia. También, concurrieron dos médicos forenses convocados de Trelew, que son de la provincia del Chubut. Bajo ningún concepto está en duda o bajo sospecha la actividad de los médicos forenses de la Provincia que trabajaron anteriormente, ni tampoco la Policía Científica de Chubut, que trabajó anteriormente y estuvo presente, colaborando el día de la nueva autopsia. Lo que se está viendo es si se puede aportar algún elemento nuevo. También, estuvimos en el lugar teatro de los hechos, fuimos a conocer sus dimensiones, pero, más que nada, para vivenciar lo que uno ve en el lugar del hecho. Si bien la Policía ha llevado a cabo planos, inspección topográfica, fotográfica, filmográfica y escrita de todo ese sitio, es diferente la percepción personal que uno puede tener, que es una dirigencia procesal que se conoce como ‘inspección ocular’.

D: – ¿Cuáles son los próximos pasos?
RT: Vamos a compatibilizar lo que se hizo en las dos autopsias, lo que se ha hecho en las inspecciones oculares de la escena y en las que hemos hecho nosotros, más todos los resultados de laboratorio, de los cuales faltan muchísimos para concluir esa etapa. Cuando tengamos todo eso, vamos a armar lo que para nosotros sería la ‘mecánica de producción del hecho’, es decir, la forma, manera y mecanismo de la muerte. En ese sentido, dependemos de los tiempos científicos; por ejemplo, las muestras que se han sacado para la Anatomía Patológica van a ir al laboratorio de Comodoro Rivadavia. Todavía no han llegado las pruebas de ADN de las muestras originales, así que estamos a la espera de muchos resultados técnicos y científicos; uno sólo puede cambiar la percepción de todo.

D: – ¿En qué sentido?
RT: Voy a dar un ejemplo, que no necesariamente es lo que va a ocurrir en este caso. En el lugar del hecho hay una pluralidad de manchas de sangre, que nos indican cierto comportamiento o desplazamiento que pudo haber en él. Supongamos que una de esas manchas de sangre, que fue levantada por la Policía del Chubut, indicara que hubiera una tercera persona. Obviamente, todo lo que uno pensaba que podía ser, cambiaría radicalmente. No es que vaya a ocurrir en este caso; lo digo a modo de ejemplo. Hasta que no estén todos esos resultados, no hacemos absolutamente más nada que estar expectantes, como está ocurriendo en el caso de Santiago Maldonado, en Buenos Aires.

D: – Fueron consultados para dicho caso. ¿Cuál es el estado actual de las pericias?
RT: Se está expectante. Hay una sospecha, creo que fundada, porque el cadáver ha sido encontrado en un medio hídrico, que la mecánica de muerte es asfixia por sumersión, esto es, que se ha ahogado. Pero, si los estudios de laboratorio indicaran que eso no es, habría que buscar una segunda causa, que puede ser una muerte por hipotermia, o vaya a saber qué. Hasta que ese resultado primario de laboratorio esté, todo el mundo está expectante; nadie hace absolutamente nada, más que esperar ese estudio de laboratorio. Esto estamos haciendo nosotros, en este otro caso Maldonado (por Raquel).

D: – Días atrás, se confirmó que el cuerpo de Santiago Maldonado no presentaba lesiones de bala o de golpes. ¿Esto es así?
RT: No hay lesiones traumáticas, en el exterior del cuerpo, de ninguna naturaleza. Esto es concluyente.
CN: Lo que se determina en principio, como dijo Raúl, es que no hubo intervención de terceros en la muerte violenta. A partir de ahí, el juez, cuando hace esa conclusión, compartida por todos los que estaban presentes ahí, allana el 50 por ciento de una de las causales posibles. Ahora, queda el resto, que es lo más importante para determinar exactamente qué es lo que pasó. La presunción puede estar, pero la determinación final la van a dar las pericias. El tiempo será el que tenga que demorarse, ya que, al intervenir también peritos de parte, que querrán participar de cada una de las pericias, eso puede demorar un poco; pero, pronto, se va a saber prontamente qué es lo que pasó. Y en este caso (por Raquel Maldonado), igual, con distintos matices, ocurrencias y circunstancias, pero la metodología es la misma y la búsqueda de nuestros objetivos son los mismos: saber exactamente qué pasó, cómo pasó y que todos estemos contestes de que lo que se hizo es lo que se debió hacer, y que no había otra cosa para hacer.

D: – ¿Cómo transcurre la dinámica entre las pericias y la determinación de pruebas? ¿Se descartan hipótesis, o bien el trabajo por parte de ambos es puramente técnico y orientado a los resultados?
RT: Las pruebas son de diferente naturaleza. Existe la prueba testimonial; son personas que han percibido algo a través de sus sentidos, que tiene que ver con el hecho que se investiga. Está la prueba pericial, que son los recursos técnicos, científicos, artísticos o industriales que uno pueda hacer, y que también sean de beneficio para la búsqueda de la verdad. Luego, está la prueba instrumental, que son los elementos que muchas veces se encuentran o se secuestran, que están vinculados con el hecho, y el cuarto mecanismo de prueba, que es lo que el pretor llamó ‘probation probatissima’ (“prueba suprema”), que es la confesión. Esa es la variedad de pruebas; entre todas, el juez arma lo que se llama el ‘plexo probatorio’. La actividad pericial, que es a la que nos dedicamos nosotros, es una de las pruebas. Existen otras variantes. Con todo el cúmulo de pruebas, se procura la recomposición de la verdad histórica, real, del hecho que se nos somete a análisis. Nosotros vamos a llegar, desde el punto de vista técnico, a lo estrictamente técnico-científico. Luego, el juez, sumará o no otros mecanismos de prueba.

Qué es el “Protocolo de Minnesota”

La primera versión del mismo fue elaborada en 1991 bajo el título de “Manual de la ONU para la prevención efectiva y la investigación de ejecuciones extralegales, arbitrarias y sumarias”, que acompañó a los Principios de la ONU sobre prevención efectiva y la investigación de ejecuciones extralegales, arbitrarias y sumarias, aprobado dos años antes. Desde entonces el Protocolo ha sido revisado en sucesivas ediciones.
El procedimiento incluye un modelo de autopsia y otro modelo de exhumación y análisis de restos óseos, para que sea seguido no sólo por los profesionales que las realicen, sino también por las partes involucradas, los periodistas, la ciudadanía y en general todos los observadores, con el fin de aumentar la transparencia del proceso.
Los principios fundamentales de toda investigación viable sobre las causas de la muerte son “competencia”, “minuciosidad”, “oportunidad” e “imparcialidad de la investigación” derivados de los párrafos 9 y 11 de dichos Principios; elementos que pueden adaptarse a cualquier sistema jurídico.

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