POR QUÉ LAS NUEVAS FORMAS DE ACCESO A LA INFORMACIÓN PUEDEN BENEFICIAR Y PERJUDICAR LA ENSEÑANZA

Tecnología y educación: ¿Una relación necesaria?

El efecto de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) en el rendimiento de los estudiantes no se encuentra, actualmente, asociado únicamente a disponibilidad de dispositivos como computadoras y tablets dentro y fuera del contexto escolar.
Una de las variables más importantes para determinar el efecto positivo o negativo de la tecnología en el aprendizaje, es el buen o mal uso que los alumnos le den a dichas plataformas, o bien la frecuencia en su utilización.
Estudios centrados en esta cuestión dejan en evidencia que el uso de computadoras para actividades mayormente recreativas, según el contexto socioeconómico y cultural, tiene un efecto negativo en los estudiantes, que se acentúa en su aprendizaje en los distintos niveles de educación.
La incursión de nuevos dispositivos y formas de compartir la información ha marcado un evidente cambio de paradigma en la estructura escolar, y no sólo los programas de estudio, sino también los propios docentes son quienes han debido adaptarse, paulatinamente, a generaciones de niños y adolescentes cuya atención es cada vez más difícil captar.
Entre las ventajas del uso de la tecnología para aprender y para enseñar, expertos también señalan la degradación en el discurso docente, producida por la excesiva utilización de diapositivas vía PowerPoint, las cuales muchas veces no logran reflejar el impacto que los conocimientos deberían generar dentro de una sala de estudios, constituyéndose como una síntesis que no logra su cometido.

Sistemas educativos y desarrollo

Uno de los estudios que de manera más precisa ha trazado una radiografía de este escenario, es el titulado “Uso recreativo del computador: ¿Cuánto aporta al rendimiento de los estudiantes?”, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
El mismo sostiene que “si bien la región de América Latina y el Caribe ha mostrado gran dinamismo en los últimos años, presentando el crecimiento más rápido del mundo en las tasas de incorporación de tecnología y conectividad, aún queda un largo camino por recorrer para asegurar un acceso equitativo y universal”, dado que, hasta el momento, “no ha sido sencillo conectar esta enorme inversión y avance con un mayor y más justo desarrollo o, en el caso de los sistemas educativos, con mejores resultados de aprendizaje de sus estudiantes”.

El acceso a la tecnología, pendiente

El factor determinante para el acceso a las distintas plataformas de tecnologías disponibles y, por ende, a las TICs, es mayormente de carácter socioeconómico.
“En América Latina, la disponibilidad de recursos computacionales es heterogénea, varía dependiendo de los países y los recursos e infraestructura básica, por ejemplo el acceso a fuentes de energía eléctrica”, expresa el documento.
Programas como “Conectar Igualdad” han logrado que muchos estudiantes tengan acceso a una computadora, en el marco del aprendizaje escolar; sin embargo, las cifras actuales aún se encuentran lejos, por ejemplo, de los resultados óptimos alcanzados por el Plan Ceibal de Uruguay, a través del cual se proporcionó a todos los alumnos y docentes una computadora portátil sin costo; esto conllevó a que cada niño tenga su propia computadora en dicho país.

El rol del “Estado digital”

Según indica el “Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo” (TERCE), el cual recoge el informe de Naciones Unidas, el uso de la computadora en actividades recreativas, se relaciona, en promedio negativamente con el logro de
aprendizaje de los estudiantes”, añadiendo que “sumados a los hallazgos previos
expuestos en el informe de factores asociados del estudio, sugiere que no es la mera presencia de un computador, sino el tipo de uso, frecuencia de uso y lugar de uso lo que determina si las TICs se convierten en una relación negativa o positiva con el rendimiento académico”.
Entre las recomendaciones de especialistas de cara a generar un impacto negativo en el uso de la tecnología en el ámbito estudiantil, el relevamiento señala la necesidad de “considerar el acceso a tecnología e internet como un derecho de
todos los estudiantes, asumiendo los Estados el deber de asegurar el acceso a quienes no pueden hacerlo por sí mismos”.

Las TICs en la formación docente

También, sugiere “asegurar que docentes y familias accedan formación y
capacitación elemental para el uso de tecnologías digitales, de manera de acompañar adecuadamente el acceso de los estudiantes” y “reconocer y relevar buenas prácticas educativas con uso de tecnología y favorecer el acceso a recursos educativos de calidad para todas las escuelas y estudiantes”.
En la misma línea, otra de las recomendaciones es “auspiciar el desarrollo
de nuevas experiencias de aprendizaje, centradas en los estudiantes mediante procesos pedagógicos diferenciados y personalizados, a partir de la toma de decisiones pedagógicas basadas en evidencia” y “fortalecer la colaboración en el
aula, en los centros educativos y entre los docentes y estudiantes en toda la región, fortaleciendo el desarrollo de comunidades de aprendizaje y ofreciendo acciones educativas que amplíen el tiempo y el espacio para el aprendizaje
más allá de la escuela”.
Por último, el estudio concluyó que resulta indispensable “potenciar la inclusión del uso de las TIC con fines pedagógicos en las currículas de formación inicial docente”.

Desafíos de la próxima década

Entre las metas establecidas por la UNESCO de cara a los próximos años, la educación forma parte integral de la denominada “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”.
Se trata de un programa universal que busca “erradicar la pobreza mediante el desarrollo sostenible para el año 2030”, el cual fue aprobado en 2015, durante un encuentro en el que la comunidad internacional “reconoció que la educación es fundamental para el éxito de los 17 objetivos escogidos”.
A su vez, el 25 de enero de 2017 en la “Declaración de Buenos Aires”, los países de América Latina y el Caribe plasmaron acuerdos sobre las prioridades educativas para el 2030.
Uno de los puntos más trascendentes de dicha acordada estableció que ”ante las transformaciones sociales, culturales y tecnológicas que atraviesa la región, es necesario diseñar políticas que resignifiquen los modelos y experiencias escolares y de aprendizaje, a partir de la revisión de las condiciones y ambientes educativos, la organización institucional, atendiendo a todos los niños y niñas, adolescentes, jóvenes y adultos, garantizando la inclusión de las personas con discapacidad”.

Comunidades más conectadas

A su vez, los países firmantes se comprometieron “a enriquecer los currículos, así como también las prácticas y los contenidos de nuestros sistemas educativos para el desarrollo de las habilidades del siglo 21, teniendo en mente las necesidades y deseos de los jóvenes de la región. Formularemos políticas curriculares a través de un enfoque interdisciplinario y holístico, centrado en el aprendizaje activo, contextualizado, transferible y autónomo, con prácticas pedagógicas inclusivas y transformadoras, que consideren vínculos con las dimensiones de la vida, maximicen el uso de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), e incluyan temas relevantes de la sociedad global, interconectada, digital y dinámica”.

Por otra parte, un complejo estudio elaborado por especialistas en la materia de las universidades de Valencia y Barcelona, titulado “el impacto de las nuevas tecnologías en educación”, apunta que un aspecto conocido pero no “controlado”, que es el crecimiento de la información, como resultado de “la existencia de una tecnología que permite almacenar y, sobre todo, recuperar y gestionar grandes cantidades de información, lo que puede dar lugar a lo que se ha denominado “infoxicación”, intoxicación por un exceso no digerible de información”.
Otro de los factores es el desarrollo de sistemas de comunicación “que han permitido a los investigadores alcanzar niveles de actualización y avance simultáneo inimaginables hace sólo 20 ó 30 años”.
En estas línea, el estudio plantea que “un investigador hoy no necesita viajar y
visitar la biblioteca de una universidad extranjera o sumergirse en las librerías de una capital lejana para acceder al último título publicado. No necesita que su biblioteca reciba cientos de revistas para acceder a los últimos artículos en cualquier temática ni necesita ir a los Congresos para saber lo que se discute en ellos. Recordemos que existen otros factores que no estamos considerando aquí a favor del hilo del discurso, factores que siguen haciendo deseable esos desplazamientos y contactos personales”.
Otros dos factores, aunque no ligados a la tecnología, son la percepción de “gobiernos y empresarios de que la investigación supone un factor de éxito en un mundo altamente competitivo” y “el nivel de riqueza económica en ciertos países que facilita la asignación de fondos a necesidades sociales más allá de la salud o la educación básica”.

Uso y abuso del “PowerPoint”

En el ámbito de la docencia, “en bastantes ocasiones el uso del PowerPoint, por utilizar la denominación más frecuente, sólo ha supuesto una degradación de la docencia”, establece el documento, agregando que dicha cuestión “ha limitado la capacidad del profesor de modificar su discurso adaptándose al grupo” y “no ha potenciado en el estudiante las competencias que anteriormente comentábamos sino que se ha reproducido modelos magistrales y autoritarios de la docencia”.
El primer problema “implica que el profesor ha perdido una de las grandes virtudes de la clase magistral tradicional: la capacidad del profesor de adaptarse a los estudiantes y de introducir cambios en el discurso”, agrega, remarcando que “el segundo supone que ha seguido sin resolver los problemas que justificaban la introducción de las TIC; este último es muy grave, de hecho, una revisión de la literatura sobre investigación en relación al uso del PowerPoint muestra una absoluta incapacidad para diseñar nada que no reproduzca literalmente la clase tradicional ; todavía peor, las investigaciones reproducen una y otra vez un viejo diseño totalmente obsoleto en el que un grupo recibe las clases con retroproyector mientras otro lo hace mediante PowerPoint”.

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