17 DE MAYO 2018, DÍA MUNDIAL DE LA HIPERTENSIÓN

Los niños y adolescentes también sufren la enfermedad silenciosa

En los años 2008-2009, la Sociedad Argentina de Cardiología, en conjunto con la Federación Argentina de Cardiología, realizaron el mayor estudio epidemiológico nacional sobre el conocimiento de la hipertensión arterial en Argentina. De allí surgió el Registro Nacional de Hipertensión Arterial, más conocido como RENATA.
Luego de cinco años, ambas instituciones decidieron llevar adelante el mismo estudio a fin de generar un relevamiento actualizado, y un análisis comparativo para determinar la prevalencia actual de la Hipertensión Arterial en Argentina y la incidencia que tuvieron los resultados del primer estudio en el panorama actual de la patología.
Los resultados demostraron no solo que la incidencia de la hipertensión incrementó en casi un 3% en el lapso entre un estudio y el siguiente, sino además, y más relevante aún, es que de entre la población menor a 35 años encuestada, casi un 50% desconocía sufrir la enfermedad.

Riesgo país

Estas conclusiones presentan una realidad riesgosa para nuestro país, donde no solo los adultos están predispuestos a enfermedades cardiovasculares sino también los niños y adolescentes a raíz de su alimentación y estilo de vida. Ya son varios los estudios epidemiológicos presentados en diversos países de la región que han tomado la hipertensión infantil como necesidad prioritaria de trabajo debido a los resultados que se observan.
Los índices expresan que en la actualidad, Argentina es dueña del lamentable récord de obesidad infantil en América Latina, y este hecho no colabora tampoco a reducir el riesgo de esta enfermedad silenciosa. Los datos, presentados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, afirman que Argentina cuenta con un porcentaje de obesidad infantil en niños entre 0 y 5 años de 9.9% cuando el resto de la región llega al 7%, y en el mundo, al 6%.

Razones de peso

Esta problemática surge como consecuencia de una dieta desequilibrada, compuesta en su mayor parte por alimentos procesados ricos en sodio, exceso de bebidas azucaras y una pobre ingesta de frutas y vegetales, acompañado de una fuerte tendencia al sedentarismo.
En adolescencia, a estos factores primarios se suman otros relacionados con malos hábitos como el tabaco, alto consumo de alcohol, consumo de sal, y por último, factores hereditarios.
“Si bien la Organización Mundial de la Salud -OMS- recomienda que la ingesta diaria de sodio no supere los cinco gramos, en nuestro país consumimos habitualmente más del doble” afirma Juan Carlos Pereira Redondo, (MN 67509) Secretario Científico del Consejo de Hipertensión Arterial de la Sociedad Argentina de Cardiología, y Jefe de Unidad de Hipertensión Arterial CEMIC.
De acuerdo a los estudios realizados en diferentes ciudades de Argentina, los menores de 18 años que sufren de hipertensión aumentan año a año. En la ciudad de Corrientes, por ejemplo, se presenta una prevalencia del 13.8%, en Mar del Plata del 10% y en la Ciudad de Córdoba, del 16.88%.
“A pesar de saber que reducir la ingesta de sodio en alimentos y bebidas puede prevenir enfermedades cardiovasculares, -con solo reducir 3 gramos el consumo diario de sal por habitante se evitarían 6.000 muertes anuales- no solemos prestar la importancia que esto requiere. Hasta el agua tiene sodio”, agrega el profesional. “Es imperativo que las nuevas generaciones tengan presente la importancia de reducir el consumo de sodio para evitar futuras infancias con problemáticas que podrían evitarse en gran medida con la sola incorporación de hábitos saludables.”
La hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo de muerte e invalidez en el mundo, la concientización sobre sus causas y consecuencias no debe dejar de ser un objetivo claro para médicos y pacientes, logrando que miles en el mundo puedan luchar contra una patología de tanto impacto en la vida de las personas y sus familias.

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