DECLARÓ COMO ARREPENTIDO, PERO LE NEGARON EL ARRESTO DOMICILIARIO

Lüters incriminó a Bortagaray y Pagani en las causas de corrupción

Diego Lüters declaró ayer en calidad de arrepentido en las dos causas de corrupción denominadas “Revelación” y “Embrujo”. El exsecretario privado de Diego Correa brindó detalles de la mecánica de pago de las coimas en la obra pública e incriminó al ex ministro Alejandro Pagani y el actual ministro de Familia, Martín Bortagaray, cuando estaba al frente del IPV. Dijo que Mario Das Neves tenía pleno conocimiento de la operatoria de la caja negra: “se manejaban unos 12 millones de pesos mensuales de retornos”, confesó. En una de las causas le autorizaron la prisión domiciliaria, pero el beneficio quedó sin efecto, ya que en la otra audiencia se lo denegaron.
En la primera audiencia en la que participó Diego Lüters, lo hizo como imputado en la causa “Revelación, que duró más de cinco horas y fue beneficiado con una morigeración de la prisión, ya que el juez Sergio Piñeda accedió a darle domiciliaria con tobillera electrónica por la cantidad de datos que brindó para el avance de la investigación, aunque ello finalmente no se efectivizó porque en la audiencia por la causa “Embrujo”, la fiscalía se opuso a que salga de la alcaidía.

El origen de los Excel

Lüters ratificó la línea de la investigación original, nombrando a Diego Correa (ex titular de la Unidad Gobernador) con un papel preponderante, e implicó a dos nuevos exfuncionarios: el ex ministro de Infraestructura y el ex presidente del IPV, Alejandro Pagani y Martín Bortagaray.
Contó su historia con Correa, a quien conoció siendo empleado del banco; detalló cómo lo invitó a sumarse al área de Gobierno y cómo cambió su presión con la responsabilidad, tornándose “obsesivo”. Dijo que lo “maltrataba” y explicó que tras la salida del ex ministro Coordinador Víctor Cisterna del Gobierno, él, que cumplía una tarea administrativa en la Privada, lo encontró a Correa “sobrepasado” con una cantidad de datos de empresas, por lo que se ofreció a darle una mano y ahí empezó a llevarle la contabilidad de planillas Excel de los ingresos por parte de las empresas que venían de la época de Cisterna en los aportes de la obra pública.
Por otra parte, confirmó el pago de sobresueldos en el gobierno. El único nombre propio que aportó es el de Luis Avilés (ex jefe de la Policía) a quien dijo haberle pagado sobresueldos, mientras que asumió que también cobró él los mismos, al igual que “el resto”, sin detallar nombres al respecto.

Ahora, teme represalias

Asimismo, brindó detalles sobre la mecánica de cobro de las coimas y la liberación de pagos de certificados de la obra pública. Implicó a otros dos funcionarios: Martín Bortagaray, ex presidente del IPV, y Alejandro Pagani, ex ministro de Infraestructura, quienes dijo que se llevaban “planillas paralelas” de certificados de obras donde Correa les indicaba quién había que pagarle y a quién no para que le hagan el trámite y después lo enviaban a Pablo Oca, ex ministro de Economía.
Para Lüters, Pagani y Bortagaray conocían como funcionaba el sistema, que una vez pagada la coima, se liberaban los pagos a las empresas. Los fiscales anticiparon que ahora empieza otra línea investigativa que puede comprometer como imputados a los nombrados. Tras la declaración, allanaron el IPV y secuestraron documentación.
En otro tramo de la declaración, sumó que a la caja negra aportaba no sólo la obra pública, sino que también habló de una reunión con un empresario del área de seguros que aportaba “en dólares”. Los fiscales abrirían así otra línea de investigación relacionada con el funcionamiento de Patagonia Brokers.
Lüters comprometió a Federico Piccione, empresario de Comodoro, al manifestar que iba “una vez por semana a Casa de Gobierno” ya que tenía “una relación de amistad con Correa” y era quien llevaba los cheques de la obra pública a la ciudad petrolera y que entendía que ese aporte podía tener que ver con una operación “con Canal 9 de Comodoro” y que un tal Daniel Castillo podría estar vinculado con la recaudación de la zona de la cordillera. Además, en su declaración admitió que teme por represalias contra él y su familia.

Mochilas repletas de billetes

Diego Lüters está detenido desde el 7 de marzo e imputado en tres causas por hechos de corrupción en la actual gestión de gobierno. Inició su relato por la causa «Revelación», referida a coimas en la obra pública provincial. Narró su llegada a la Provincia y su traslado del Banco Chubut a la Unidad Gobernador. Afirmó que fue Diego Correa quien le ordenó confeccionar planillas Excel de pagos de Provincia a empresas constructoras y ordenarlas por jurisdicción.
Dijo que fue testigo de una reunión de Diego Correa con los empresarios Patricio Musante y Diego Cagnolo, en el primer piso del quincho de la familia Das Neves en Trelew, donde se les comunicó a las constructoras que, tras la salida de Víctor Cisterna del Gobierno, el mecanismo de «retornos» continuaba.
Ratificó que lo que se impuso a las empresas a pagar como «retornos» era un porcentaje del 3% para que cobrasen los certificados de obras ejecutadas en la gestión de Martín Buzzi o 2,5% si abonaban en efectivo. Para la obra «nueva» debían pagar 5% de retorno para el caso de emitir cheque o 4,5% en billetes.
Lüters afirmó que Diego Correa, antes del allanamiento a Casa de Gobierno por la documentación de gastos para la emergencia climática, se movía con mucho dinero en efectivo en su poder, no menos de 500.000 pesos, que llevaba en una mochila.

Oca se cortaba solo

Por otra parte, precisó que las planillas Excel que confeccionó por orden de Correa era la continuidad de un trabajo realizado por Pablo Bastida, cuando el encargado de cobrar los retornos era el entonces ministro Coordinador, Víctor Cisterna. El imputado admitió que los días 20 de cada mes, Correa le «habilitaba» a él un sobresueldo de 30.000 pesos porque tenía que estar todo el tiempo a disposición y cobraba un sueldo de 32.000 pesos mensuales.
Según Luthers, Correa se encargó del cobro de los retornos a empresas constructoras de Rawson, Trelew y Puerto Madryn. Federico Piccione lo hacía en Comodoro Rivadavia y en Esquel había dos personas, pero nombró solo a Daniel Castillo.
El imputado contestó preguntas de los fiscales y de las querellas. Entre sus respuestas indicó que el ex ministro Pablo Oca recibía la orden de Correa de pagar los certificados que eran marcados con un resaltador en un listado que le enviaban por correo electrónico. «Oca cumplía la mitad de las órdenes y otras veces el ministro «pagaba cosas que Correa no ordenaba», aseguró.

Dos chequeras en blanco

El imputado también confirmó que los cheques de los «retornos» que no se podían cobrar en ventanilla (porque eran montos superiores a 50 mil pesos) se depositaban en las cuentas de Dual Core o Sepat SRL».
Según declaró Diego Lüters, la esposa de Das Neves tenía a su cargo una chequera firmada por el Gobernador para atender problemas sociales, pero Diego Correa hizo firmar otra a Das Neves y la manejó él. «Nadie sabía que había dos chequeras, solo Correa», afirmó.
Otro de los datos relevantes y significativos fue el que aporto al indicar que “se manejaban unos 12 millones de pesos mensuales de retornos”, confesó el ex funcionario que declaró en calidad de arrepentido, pero no logró ser beneficiado con arresto domiciliario y volvió a la alcaidía donde permanecen alojados una parte de los ex funcionarios involucrados.

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