UN PARO GENERAL SIN FISURAS LE MARCA LA CANCHA A MACRI Y AL CAPITAL EXTRANJERO. EL PRESIDENTE PRECISAMENTE HOY SE REÚNE CON TRUMP Y LA ONU. LOS GREMIOS SE PREPARAN PARA UNA PULSEADA LARGA. URTUBEY CAPITALIZA LA AVENIDA DEL MEDIO

Aguantando la parada: ‘No al FMI’

Por Triva Demir

El paro general convocado por la CGT para hoy en todo el país afectará la rutina de los argentinos durante toda la jornada, especialmente por la falta de transporte público y los cortes de calles. Pero en realidad, la movida comenzó anoche si bien estaba convocado para el 25, ayer a la tarde las seis líneas de subte y el Premetro se paralizaron a las 20. El servicio recién se restablecerá el miércoles a las 5.30 de la mañana.
A decir verdad, la CGT convocó a un paro sin movilización, organizaciones sociales y partidos de izquierda adelantaron que bloquearán los accesos a la capital, autopistas y algunas calles del conurbano. Habrá seis cortes programados: cinco comenzarán a las 7 de la mañana y uno a las 9.
Por la medida de fuerza estará paralizado el transporte público y no habrá trenes ni colectivos. Tampoco micros de larga distancia. También impactará en los vuelos y en la actividad portuaria. En hospitales públicos se estima que, como ocurre en estos casos, se garantiza una guardia mínima, mientras que los bancos no atenderán en todo el día.
La lista de los principales gremios que confirmaron su adhesión al paro y las actividades son Camioneros, Transporte (tanto los colectivos de la UTA como los trenes de La Fraternidad), Subte, Colectivos y micros de corta y larga distancia (pueden peligrar las salidas del lunes a última hora), Combis, Smata (Mecánicos),
Bancarios, UOM (metalúrgicos), Gastronómicos, Pasteleros, Comercio, Estaciones de servicio, Peajes, Recolección de basura, Puertos, Aviones, Salud (en hospitales públicos se estima que, como ocurre en estos casos, se garantiza una guardia mínima), Industria textil, Calzado, Dependencias estatales que dependen de UPCN, ATE y CTA y algunas líneas aéreas.
La mala situación económica y la decepción por el manejo de la comunicación del acuerdo con el FMI explican la masiva disconformidad y el clima social en general, acompaña la medida de fuerza.
El Gobierno posiblemente subestimó este cuarta medida de lo que va de su gestión, pero hay que decirlo, el ambiente está caldeado.

Poca confianza

El Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) que elabora la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) anotó en el mes de septiembre una caída de 10% a 1,75 puntos en su escala que va de 0 a 5. De esta forma la aprobación a la gestión de Mauricio Macri quedó por debajo del 1,80 del final del gobierno de Cristina Fernández.
«En términos interanuales la caída fue de 39%. Por primera vez, el actual nivel de confianza en el gobierno es menor (por 0,05 puntos) al valor observado en el último mes de la gestión de Cristina Kirchner», remarcó el informe de la UTDT.
Luego de tres meses de relativa estabilidad en septiembre Confianza en el Gobierno retomó la tendencia a la baja. El documento da cuenta del impacto en la opinión de la población general sobre el Gobierno de la devaluación del 30% del peso en el mes de agosto, la decisión de Macri de anunciar un acuerdo con el FMI que no estaba cerrado, la forma en la que se reestructuró el organigrama del Estado nacional degradando «algunos ministerios con fuerte valor simbólico, como los casos de Trabajo, de Salud y de Ciencia y Tecnología».
‘Por primera vez, el actual nivel de confianza en el gobierno es menor al valor observado en el último mes de la gestión de Cristina Kirchner’, remarcó el informe de la UTDT.
«Ese descenso parece reflejar, en lo económico, la evolución de la tendencia recesiva e inflacionaria de la economía argentina, y la agudización de la crisis cambiaria; y en el plano político, los anuncios presidenciales sobre acuerdos con el FMI que aún no se habían negociado, o la manera en que se manejó la reorganización ministerial», detalló el comunicado.

Macri en Estados Unidos

Para colmo este paro se da mientras el presidente Mauricio Macri está en los Estados Unidos, adonde viajó para hablar ante la Asamblea de las Naciones Unidas (ONU) precisamente hoy y encontrarse con el mandatario local, Donald Trump, mientras su país está absolutamente parado.
No es para nada la mejor carta de presentación. Luego de ver a Trump se reunirá con el Grupo Bloomberg y al mediodía almorzará con empresarios inversores, a la espera de que se cierre también el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Más tarde, a las 14:30, el líder del PRO participará de un evento con miembros del Council of The Americas y de la Cámara de Comercio de los EE. UU. (Amcham), para luego realizar una reunión de trabajo con su equipo.

Ruidos desde casa

En tanto en el país, los gremios «duros» marcharon ya anoche a Plaza de Mayo y reclamaron un cambio en la política económica del gobierno. La CGT se mantuvo al margen de la multitudinaria convocatoria que impulsada por la CTA, organizaciones sociales y Camioneros además de La Cámpora y partidos de izquierda se dio como anticipo. Doce horas antes de que comience el paro nacional al que adhieren casi todas las centrales sindicales , los gremios opositores al macrismo salieron a la calle para ratificar al paro como medida de fuerza y anunciaron que ganará en intensidad.
«Vamos a tener que hacer uno y mil paros. Vamos a tener que hacer un esfuerzo de tolerancia porque a uno de la bronca que haya compañeros de otros sindicatos que dicen ‘no me gusta tal y no voy’. Están pelotudeando», bramó desde el escenario Pablo Micheli. «Estamos ante un gobierno que nos va a cagar a palos. Hay que juntar fuerza. Se cae este modelo económico o estos tipos se van», completó el dirigente que supo estar enfrentado con el kirchnerismo.
El Secretario General de los bancarios, José Palazzo también pidió que los opositores no acompañen la Ley de leyes. «Si son opositores de verdad que no voten el presupuesto», aseguró.
Los organizadores hablaron de 500 mil asistentes a la marcha, aunque más allá de los números la movilización no pasó desapercibida. Una decena de dirigentes sociales y gremiales hicieron uso de la palabra y el orador central fue el diputado de Unidad Ciudadana, Hugo Yasky.
«El paro le va a mostrar la foto de un país que les dice ‘no’. ¿Quería una señal la señora [la titular del FMI, Christine] Lagarde ? La señal es esta y la de mañana. El país dice no al presupuesto del FMI y sí a la dignidad y la justicia social», aseguró. Y agregó que «hasta que cambie la política económica» los gremios estarán en la calle. «El presidente de la Nación ahora está en Washington. Debe tener las rodillas entumecidas», ironizó el legislador.
Al finalizar al acto un grupo de encapuchados arrojó siete Molotov contra la sede de Gendarmería ubicada en Tacuarí al 500, y también hubo forcejeos y desmanes en diferentes puntos donde los manifestantes confrontaron con vecinos por arrojar basura o cortar arterias claves.

La política alerta

Entre tanto, la política punta conclusiones de estas pulseadas, y tal vez el segmento que más se relame en estos tiempos es el que transita por la avenida del medio. Por eso, no hablar del peronismo y apuntar a los desencantados de Cambiemos es la estrategia de Juan Manuel Urtubey en su carrera presidencial.
La ideó Antonio Solá, el consultor catalán que en julio se anotó el triunfo de Andrés López Obrador en México y ya conoce el país porque supo colaborar con Francisco De Narváez y Sergio Massa. Dicen que metódico y cuidadoso, Solá incorporó varios conceptos que el salteño respeta a raja tabla: la gente ya no cree en partidos políticos y cada punto que pierde Macri puede capitalizarlo. Dicen que por esos preceptos, el salteño se niega a sumarse a los actos de Miguel Pichetto y su bajada a la provincia fue con una tímida presentación en Junín, lejos del populoso conurbano bonaerense. «La dirigencia que no quiere estar con Cristina terminará con él y el voto K recién hará falta en un ballotage», interpretó una fuente cercana al gobernador.
No lo acompañan muchos dirigentes pero si muchas ONGs y fundaciones financiadas en el exterior y cada vez más defraudadas por la falta de rumbo del Gobierno. Y estas dicen que fueron las que promovieron sus visitas con presidentes de la región, un costado internacional que no exhibió otro presidenciable y Urtubey seguirá explorando en estos meses.
Su único roce con la política tradicional fue en una reunión con el Movimiento de Acción Sindical Argentino, una línea disidente al triunvirato de conducción pero también a Hugo Moyano.
En el Gobierno tomaron nota del riesgo de las relaciones carnales con Urtubey, a quien muchos llegan a contar cómo propio. Una encuesta de Julio Aurelio marco que ese vínculo podría erosionar el voto duro de Cambiemos y terminar de desarmar a Macri.
El gobernador sabe cómo persuadirlos: su hermano Rodolfo funciona como un senador aliado de Cambiemos pero el diputado Pablo Kosiner, jefe del bloque Argentina Federal, se junta con la oposición y obliga a Macri a modificar leyes o rever decretos. Urtubey no interviene ni le da mayores explicaciones a Rogelio Frigerio, con quien habla a diario. Todavía no parecen rivales. Habrá que ver…

Fuentes: NA, LPO, C, DS.

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