EL CEO DE GWEC ANALIZÓ EL CONTEXTO ECONÓMICO DE ARGENTINA

Backwell: «Hay factores que dan al sector eólico una seguridad a largo plazo»

Británico de nacimiento, Ben Backwell tiene una parte importante de su historia ligada a la Argentina y a la energía. Conoció el país y eligió su historia política para su master en la Universidad de Londres. Presenció la crisis del 2001 y el corralito, vivió en Parque Patricios y como buen fanático del fútbol se apasionó por Huracán. Trabajó durante 15 años como corresponsal especializado en temas energéticos en América Latina y después como analista y consultor sobre energías renovables, actualmente es el CEO de The Global WindEnergy Council (GWEC), la cámara que representa a las grandes empresas de energía eólica a nivel mundial. Antes de llegar al país para participar de la Argentina Wind Power, que el 6 y 7 de septiembre concentrará a los actores más destacados de la industria, dialogó con ámbito.com.

Periodista: ¿Cuánto futuro tiene la energía eólica en la Argentina?

Ben Backwell: Hay factores estructurales muy favorables. Poseen uno de los mejores recursos eólicos del mundo con un potencial enorme en distintas zonas: en el sur, la costa, en La Rioja, en Catamarca. Además tienen tradición industrial y precios muy competitivos en el mercado mundial. Bajaron a 40 u$s/ MWh y pueden bajar un poco más, en línea con la tendencia mundial, aunque hay límites: la energía eólica es barata, pero no gratis. Otra de las cosas más positivas es el crecimiento del Mercado a Término de Energías Renovables (MATER), que creo que sorprendió tanto a nosotros como al Gobierno con la velocidad de que ha despegado. Están dadas todas las condiciones y Argentina tiene una necesidad estructural de energía.

P: ¿Por qué?

BB: Porque la base de generación está anclada en combustibles fósiles y es muy vieja. Son plantas muy antiguas, muchas tienen más de 50 años y habrá que retirarlas, porque hay un límite para el mantenimiento. Hay que añadir más capacidad de generación de energía y tiene que ser renovable, es más atractiva y de la que más rápido se puede disponer: una planta eólica se puede hacer en solo dos años. Por todo esto, las renovables continuarán creciendo.

P: ¿En qué momento estamos?

BB: En uno muy bueno. En marzo del 2016 viajé a Buenos Aires con una delegación internacional, luego hicimos un seminario y al año siguiente otro, y es impresionante como la industrial ha crecido en tan poco tiempo. Ahora hay gran cantidad de proyectos de construcción – unos 31 según nuestros últimos datos – dos plantas de RenovAr en funcionamiento, otras plantas que se concretarán bastante rápido. Dejando de lado los temores sobre la economía, es un momento de boom. Ahora viene una ola de construcción fuerte, que abarcará 2019 y 2020, y hay otros proyectos que aún se están cerrando financieramente. También se están planificando nuevas redes de transmisión en el marco de las PPP (Participación Público Privada), unos 3.000 kilómetros que ayudarán a superar el cuello de botella. Es un momento de mucha emoción.

P: ¿Es posible crear una industria?

BB: Claro que sí, de hecho ya hay dos fabricantes de turbinas – la empresa danesa Vestas y la alemana -española Nordex – que anunciaron que van a producir en Argentina. Después habrá que ver que partes son más fáciles de industrializar: las torres, por ejemplo, piezas grandes y relativamente fáciles de fabricar. Hay capacidad de hacer componentes eléctricos, subestaciones y consolidar una cadena de suministro. Es una industria que crea fábricas y empleos, primero en la construcción y luego con trabajos calificados en el mantenimiento, el monitoreo y los sistemas de control.

P: ¿A quién podemos mirar?

BB: Hay distintas formas de industrializar. Brasil construyó ocho fábricas, en ese sentido fue un éxito, pero quedó muy dependiente de la acción del gobierno, con condiciones un tanto artificiales, por eso no exporta tanto. El mejor ejemplo es Dinamarca, un campeón industrial que exporta a todo el mundo, creó empleo y logró transferir habilidades desde los sistemas energéticos antiguos a los nuevos. Alemania también, Estados Unidos, China. Argentina es una economía mediana y con un mercado suficiente como para fabricar y exportar turbinas.

P: ¿Cómo puede impactar la crisis?

BB: Cuando en Argentina vienen presiones macroeconómicas es difícil prever con seguridad el desenlace, pero creo que el 70% de la crisis actual proviene de cuestiones internacionales – el «superdólar» y las presiones sobre los mercados emergentes en general. Aunque en Argentina sigue la presión sobre el peso, hay factores que dan al sector eólico una seguridad a largo plazo, está respaldado por un consenso político fuerte – la ley de energías renovables tuvo apoyo de todos los partidos – y hay una necesidad de crear más capacidad de generación, y la eólica es la forma más económica y más eficiente de hacerlo.

P: ¿Y puede afectar el financiamiento?

BB: Lo bueno es que existe una gran diversidad y muchos actores: hay financiamiento de inversores y bancos argentinos, inversores extranjeros y dinero de organismos multilaterales sólidos a largo plazo, solo faltaría un poco más de financiamiento privado internacional. Ahí es donde el Riesgo País y los temas macroeconómicos afectan. Pero los proyectos la ronda 1 de RenovAr se consiguió financiar en una situación con un nuevo gobierno y en un esquema regulatorio completamente nuevo. La deserción en los proyectos es muy baja y el sector tiene bastante fortaleza, aunque claro que esto no lo hace inmune a una crisis.

P: ¿Cuál es el objetivo de esta Argentina Wind Power?

BB: Conectar. Por ejemplo, a una empresa que fabrica cierto componente para turbinas en Buenos Aires, Mendoza o Neuquén con una empresa que está haciendo un parque eólico. Ayudar a estudiantes que buscan una nueva carrera y necesitan contactos o conocimientos. Es un foro para conectar a la gente de la industria, que en esto momento es esencial: lo hicimos en China, Brasil o Sudáfrica, países que llegaron a tener un mercado grande.

P: ¿Qué recuerdos tiene de la Argentina?

BB: Sigo el sector energético hace mucho tiempo y siempre pensaba: ¿Cuándo se volcarán a la energía eólica? Un país con el mejor viento del mundo que compraba fuel oil a Venezuela de mala calidad y a precios altos. Por eso tiene mucho sentido aprovechar la energía limpia, un recurso nacional que crea empleo local.

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