En Guatemala condenaron a 5.160 años de cárcel a un militar

La justicia guatemalteca condenó a 5.160 años de prisión y 50 de reclusión efectiva al militar Santos López Alonzo como culpable del asesinato de 199 civiles desarmados, en su mayoría ancianos, mujeres y niños, en el marco de la feroz represión desatada por el Ejército sobre las guerrillas de inspiración marxista. La matanza ocurrió 36 años atrás —el 6 de diciembre de 1982—, bajo la dictadura de Efraín Ríos Montt, cuando una Patrulla Especial de Kaibiles (PEK, tropas de élite) se acercó a la aldea y, tras rodearla y encerrar a la población en la iglesia local, procedieron a someterla a torturas en busca de información que permitiera localizar a los comandos de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) que operaban en la región.
Según los testimonios de los sobrevivientes, la masacre comenzó al filo del mediodía. Los primeros en ser asesinados fueron los bebés, a quienes mataron frente a sus padres con golpes de almádana (un tipo de mazo de hierro) sobre la cabeza. Antes de morir, las niñas fueron sometidas a violaciones por los soldados. Después, cuando la matanza había concluido, los cuerpos fueron lanzados a un pozo, rociados con gasolina y quemados. La tortura se prolongó hasta el 8 de diciembre.
López Alonzo fue deportado de Estados Unidos —donde residía desde 2001— en agosto de 2016. A su retorno a Guatemala fue acusado de asesinato y delitos de lesa humanidad. No es el primer condenado por la masacre de Dos Erres, una de las más salvajes y paradigmáticas de la represión ocurrida durante la guerra civil librada en Guatemala entre 1960 y 1996. El primer grupo de sentenciados fue el formado por los kaibiles Manuel Pop Sun, Reyes Collin Gualip y Daniel Martínez Méndez y el subteniente Antonio Carías López, que en 2011 recibieron una condena 6.060 años de prisión. En 2012, Pedro Pimentel, también deportado de EE UU, recibió una pena similar.

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