EL REFERENTE DEL SECTOR PROPONE AMPLIAR LA OFERTA REGIONAL

Antonio Torrejón instó a planificar la integración de los corredores turísticos

Nacido en Puerto Madryn, Antonio Torrejón se recibió de Perito Mercantil con especialización en Economía y Turismo, carrera que comenzaría a explotar, volcándose de lleno al ámbito turístico a partir de 1964. Tras acceder a una beca y perfeccionar su formación en Áreas Protegidas y Turismo en 1970 en los Estados Unidos, tres años más tarde viajó a España, a partir de otra beca otorgada, en este caso, por el Gobierno español en el rubro del turismo y mercado de trabajo.
Con la dictadura militar a poco de acontecer, acompañó como ministro al gobernador de Chubut, Benito Fernández, hasta que la irrupción del gobierno de facto de 1976 modificó el escenario político y social; a pesar de ello, y en virtud de su experiencia, continuó desarrollándose en la función pública, “respondiendo a mis transparentes convicciones hasta 1978, oportunidad en que al demostrar que la venta de 54 hoteles por el Área de Economía perjudicaba al país, me sacaron del Área de Turismo Nacional y meses después me asignaron el desafiante destino de organizar la Antártida Argentina, Tierra del Fuego, Malvinas y Santa Cruz”, comentó en diálogo con El Diario.
Desde entonces, Torrejón ha trabajado en varias áreas y funciones ligadas al turismo, y hasta diseñó un plan para realzar el destino de las Islas Malvinas como sitio turístico, lo cual no pudo concretarse debido al conflicto bélico.
También, ocupó importantes cargos en las provincias de Ushuaia, Tierra del Fuego, y El Calafate, Santa Cruz, lugares que “hoy representan trabajo para no menos de 30 mil personas de manera permanente. Con 82 años, desde 2003 colabora con la cartera de Turismo de la Nación, independientemente de los cambios de mando en los gobiernos nacionales, donde se desempeña como Asesor Honorario, así como también oficia de Asesor gratuito del vicegobernador de Río Negro, Pedro Pesatti.

D: – ¿Cómo analiza su carrera dentro del ámbito turístico durante las últimas décadas?

AT: Algunos llevamos años dentro de la investigación. A mí me pidieron que organizara Chubut en el año 1964. No he dejado nunca, siempre ha venido alguien después que me ha dicho “por qué no se queda un poco más”, y en eso de sumar experiencia y esfuerzos, llegué al 2018. En 1976, yo era el Secretario de Turismo de Chubut, y me pidieron que me hiciera cargo del área turística de Nación; el propio gobernador peronista de 1973 a 1976 me lo sugirió. Se trataba de un cargo de tercer nivel, pero especializado en turismo a nivel nacional, donde estuve tres años, organicé el Mundial de Fútbol, encuentros internacionales de agentes de viajes, y uno de ellos con el Skoll (World Forum), el más importante del mundo que nuclea a unas 22 mil agencias, y el cual trajimos a Buenos Aires en su momento. Después de ir a Nación, el gobernador de Tierra del Fuego y Antártida, me pidió que le hiciera un informe de Tierra del Fuego y Santa Cruz, en el cual le manifesté que esa provincia estaba trabajando 45 días al año y no tenía estrategia válida para reforzar los atractivos; tampoco en Antártida.

D: – ¿Cómo se sorteó ese obstáculo?

AT: Uno de los problemas iniciales que tuve que enfrentar fue tomar contacto con las grandes empresas de cruceros del mundo, y finalmente, ocurrió lo que se da hoy. Tenemos, desde Ushuaia, el puerto de mayor contacto con Antártida del planeta. Antes, lo tenía Punta Arenas, hasta que comenzamos nosotros. Por mi parte, comencé planteando ‘Antártida-Tierra del Fuego-Malvinas-Santa Cruz’ en 1977, y estuve nueve años. Previo a la guerra de Malvinas, me asignaron para armar un proyecto con visión de futuro de las Islas, pero lamentablemente nadie pudo avanzar demasiado en ello. Armamos cosas esenciales como el Aeropuerto de Tierra del Fuego y el de El Calafate.

D: – ¿Cómo analiza la distribución comarcal en la región?

AT: Finalmente, nos damos cuenta los patagónicos que esta región tiene cuatro comarcas esenciales sobre las que deben girar, con más eficiencia, los atractivos. Una es la comarca de glaciares, otra es la de canales fueguinos de Ushuaia; la comarca que tiene como eje consagrado a Bariloche, con San Martín al norte, El Bolsón al Sur y Villa La Angostura, y completa esta propuesta diferente la ciudad de Puerto Madryn, con Trelew, Rawson, Gaiman y si se quiere, con Sierra Grande; incluso, si uno valoriza el corredor hacia el norte, se va a San Antonio por la costa.

D: – Desde aquél entonces hasta la actualidad, ¿se ha logrado capitalizar el armado de dichos corredores?

AT: Creo que ha costado que los gobiernos de cada turno asuman grandeza política. Con esto me refiero a que Trelew, Rawson, Madryn y Gaiman deberían tener un fondo mixto en común, no un fondo de recaudación cada una para llevar adelante acciones individuales. Tiene que haber uno a nivel comarcal. Hasta hace 50 años, el mundo giraba en función de ejidos municipales. Se constituía el fondo para el desarrollo mixto en función del ejido, pero hoy en día, los fondos mixtos hay que constituirlos dentro de la unidad comarcal que poseen los contenidos de la oferta.

D: – ¿Cómo analiza esa propuesta a nivel local?

AT: La oferta nuestra tiene atractivos, si se analizan cuidadosamente, para todo el año. En otoño, el turismo de reuniones y convenciones. En junio, el turismo de fauna, con las ballenas y otras especies que se suman acá. Luego, en primavera, se suma la fauna numerosa de pingüinos. También, está el nacimiento de lobos y mamíferos marinos, pero particularmente en marzo y abril, durante el otoño, están los animales tal vez más ‘inteligentes’ del sistema, que son las orcas. Acá no deben superar las sesenta, aunque parezca mentira, pero son las que existen en este espacio norte de la Patagonia. Las mismas son las que tienen la responsabilidad de purificar el sistema.

D: – Si se analiza el caso de Madryn desde la identidad marcaria, se asocia a la ciudad directamente con las ballenas. Teniendo en cuenta otras actividades que pueden aprovecharse durante el resto del año, ¿por qué surgen estos ‘circuitos estáticos’?

AT: Está el buceo con lobos, que ha tenido un éxito espectacular. Nosotros gestionamos la presencia del Cenpat, para que junto a sus especialistas se radicara en Madryn para investigar con profundidad sus atractivos, tanto para la ciudad como así también, para la Patagonia. Justamente, antes de que viniera el CCT, gestionamos ante la Sociedad Zoológica de Nueva York, la incorporación de especialistas que, por cuenta de ellos y a través de su inversión, llevaran adelante el estudio de la fauna marina relevante. Estudiaron las ballenas, también las orcas, los pingüinos, y ello nos permitió ir creciendo con atractivos y tener cada vez más oferta, porque lo esencial del turismo es tener mucho que ver, de mucho valor, y en corto recorrido; y, por encima de todo, tener atractivos todo el año. En los años 50, la gente que venía del norte nos decía que teníamos una alternativa de mar muy interesante, pero lo cierto es que la misma es ‘una más’, y bienvenido que así sea. En su momento ayudamos a que el Feruglio consolidara los saurios, y cuando llegó el momento de darle valor a las casas de té y todo lo vinculado a las colonias galesas, nosotros no dimos ningún crédito fuera de Gaiman, para que ésta fuera el soporte de la cultura galesa. Por otra parte, la base de la historia de Chubut es Rawson, que es su capital.
Acá hay que comenzar a actualizarse. El ferrocarril patagónico inicial fue comprado a Sudáfrica y lo hizo un grupo de trabajadores italianos. El mismo se puso en el siglo XX, uniendo Trelew con Madryn, y al ser de un metro, la autovía que iba a Trelew tardaba 55 minutos. Hoy, no hemos logrado que nos terminen la Doble Vía. Hay cosas vergonzosas.

D: – ¿Qué tanto se ha estudiado la fauna marina a nivel local?

AT: Desde el comienzo, tomé contacto con la Sociedad Zoológica de Nueva York en 1964 y ellos nos aconsejaron que estudiáramos profundamente los atractivos. Por supuesto, le dedicamos gestionar al máximo su aporte a la investigación. Por mi parte, estuve becado para interiorizarme de estos temas durante más de medio año, en 1970, en los Estados Unidos, donde conocí todas las áreas protegidas de ese país y de Canadá. A fines de ese año, llegó el experto en ballenas, un biólogo que estaba trabajando en El Caribe, y lo acompañamos cuarenta años, dándole parte de la investigación, que es la más completa del mundo en materia de ballenas y es de Península Valdés. Se ha dado bien la continuidad y la proyección de estos animales, porque se los investigó seriamente.

D: – ¿Actualmente, las políticas públicas en materia de turismo conservan esa base de investigación profunda, o bien se intenta capitalizar los recursos casi de manera improvisada?

AT: Ha habido aciertos de llevar adelante el mejor nivel de investigación y manejo de los atractivos, y también se han cometido errores por cierta falta de responsabilidad. Por ejemplo, luego de estudios profundos, la Unesco nos habilitó, con el aval del Senado de la Nación, a que Península Valdés tome camino a ser Patrimonio de la Humanidad. Pidió, por un lado, que el Senado avalara y colaborara en seguir avanzando en la investigación de la naturaleza que se estaba protegiendo. Ha habido algunos tramos con políticos desinformados que no le han agregado nada a lo positivo de Península.

D: – Sin embargo, siempre se ha seguido usufructuando el título de “Patrimonio Natural”. Pero, desde 1999, nunca se realizaron con frecuencia los encuentros del Plan de Manejo solicitado por la Unesco, cada tres años.

AT: Ese Plan de Manejo, Chubut con sus gobernantes se comprometió a actualizarlo cada tres o cuatro años. Pero fue muy poco lo que se ha prestado a la responsabilidad sobre estas cosas. Por supuesto, lo urgente es actualizarlo para tener cuidado con el poblamiento, incluso para volcar el esfuerzo económico como corresponde.

D: – ¿Cuánto queda actualmente de la construcción turística de las últimas décadas?

AT: Nosotros conseguimos radicar acá el Cenpat, gracias a un especialista muy meritorio que era el doctor Mariano Castex, que era el asesor del Presidente de la Nación en 1967. Llevamos nuestro requerimiento para darle valor a los atractivos, y él logró radicar en Puerto Madryn el Centro. El mismo se instaló, y no de manera casual, en la esquina frente a la playa, en un terreno que era de Turismo y que había sido previsto para hacer un hotel. Luego, a través de Presidencia, conseguimos que se compraran tres hectáreas en Punta Cuevas y se consiguió, más adelante a través del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que nos financiaran la construcción del Cenpat. Las cosas no han ocurrido porque Dios es bueno, sino porque este grupo que integramos no escatimó las gestiones que permitieron avanzar en otras etapas de construcción. Por otra parte, la misma Universidad Nacional de la Patagonia le agregó elementos contribuyentes para buscar la especialización en el turismo. De este modo, todas las provincias patagónicas, en 1973, habíamos constituido el Ente Patagonia Turística, para integrar estas ofertas provinciales y poner más esfuerzo en las prioridades de estas cuatro comarcas patagónicas, que son la esencia de la propuesta. Incluso, con la integración de corredores. Para nosotros, estar integrados eficientemente con Sierra Grande, Playas Doradas, Las Grutas, San Antonio y ese borde atlántico, nos da un valor agregado.

D: – Desde su experiencia y trayectoria, ¿cuáles son los desafíos provinciales en materia turística?

AT: Hay que dedicar más esfuerzo a investigar realidades. De este modo, la segunda etapa es asociar realidades. Trelew, Gaiman, Rawson, Madryn y la Península, tenemos que darnos cuenta que son un sistema inseparable, y al mismo hay que aprovecharlo con más racionalidad, incluso para hacer un aprovechamiento de la pesca y otras instancias.

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