RECHAZÓ OFRECIMIENTOS DE DINERO Y SU ABOGADO ABANDONÓ EL CASO

Denunció “amenazas” el joven apuñalado en el cuello por Juan Paulo Segundo

Hoy se celebrará una nueva audiencia en el marco del juicio abreviado que tiene como protagonista a Juan Paulo Segundo, hijo de Omar “Cura” Segundo, y que en principio había sido caratulado como “tentativa de homicidio”, pero luego fue modificado a “lesiones leves”.
El hecho ocurrió en enero de 2016 sobre el boulevard Guillermo Brown, cuando una de las víctimas, Nahir Monasza, recibió un corte en el cuello tras intentar salvaguardar al novio de su sobrina, quien era golpeado por un grupo de hombres.
Esa noche, una chica y su novio estaban en un puesto de panchos cuando un grupo de aproximadamente 5 hombres le dijeron improperios a la adolescente. Se entabló una discusión con el novio de la joven y los sujetos se bajaron del vehículo en el que se trasladaban y comenzaron a golpearlo. El encargado del puesto de panchos intentó mediar, pero recibió un golpe en la espalda y luego un corte en el cuello “de lado a lado”, según refirió la propia víctima, con una botella de vidrio rota.
La Policía logró identificar el auto en el que se movilizaban los presuntos agresores y realizó allanamientos, identificando a dos de los sospechosos de cometer la agresión; a la vez, Segundo fue identificado por testigos en rueda de reconocimiento de personas.
En una conferencia de prensa que se desarrolló en las oficinas de la Asociación Víctimas de la Delincuencia, Monasza reconoció que le ofrecieron dinero para llegar a un arreglo y que “en octubre me dieron muchas vueltas y explicaciones de un lado y del otro, llamadas, que agarre plata, que no agarre plata, de funcionarios, de gente que trabaja adentro de Fiscalía, y a mí no me gusta eso”.

“Hubo aprietes”

La propia víctima expuso que “está en todo el expediente que, por un ‘pelo’ no me tocó la yugular; tuve dos arterias cortadas, el cuello lo tenía abierto de lado a lado, me salvé porque Dios es grande, nada más” y denunció que “fue muy lento todo, hubo amenazas, aprietes, cambiaron muchas cosas”.
Además, relató que “en octubre me dieron muchas vueltas y explicaciones de un lado y del otro, llamadas, que agarre plata, que no agarre plata, de funcionarios, de gente que trabaja adentro de Fiscalía, y a mí no me gusta eso, yo trabajo y agarro mi plata; no voy a decir que la oferta no era tentadora, pero ellos no van a arreglar mi cuello ni mi vida con plata, yo no agredí a nadie sino que salí a defender a alguien a quien le estaban pegando como cinco personas”.

“Tendrá la cicatriz de por vida”

Por otra parte, Patricia, hermana del damnificado, relató que “hace tres años, mi hermano sufrió un hecho delictivo, le cortaron el cuello con una botella de cerveza, por querer defender al que en ese momento era el chico que salía con mi hija. Venían de bailar, él estaba trabajando en el puesto de panchos de la rambla y le dijeron cuatro o cinco sujetos que venían en un auto, cosas inapropiadas a mi hija; el novio ‘saltó’, se bajaron del auto, lo empezaron literalmente a moler a golpes, y mi hermano salió de su trabajo a defenderlo, ligándose la cortadura en el cuello, cuya cicatriz tendrá de por vida”.

“Hubo ofrecimientos económicos”

A su vez, la hermana de la víctima expuso que “pasaron tres años y la fiscal Berazategui, en ese momento, lo caratuló como ‘lesiones leves’, algo con lo que nunca estuvimos de acuerdo; el hecho de que no haya estado treinta días internado no quiere decir que no haya sufrido las consecuencias” y agregó que “después de tres años y en vísperas de casi la última audiencia, además de que el abogado que lo defendía abandonó el caso, lo seguimos solos; hubo muchos ofrecimientos económicos de parte de esta gente, el delincuente es el hijo de Omar Segundo, Juan Pablo Segundo; había tres o cuatro amigos más, algunos de los cuales quedaron absueltos tras pedir disculpas públicas”.

“Nunca quisimos su dinero”

También, consignó que “es muy difícil seguir estos casos, a nadie le gusta seguir y seguir, porque se siente que no se tiene mucho apoyo, eso lo sabemos todos” y contó que “nos ofrecieron muchas cosas; alquilar un camión para que mi hermano lucre con el mismo y se ‘cobre’ la cortadura del cuello, le ofrecieron tres cheques de 40 mil dólares y muchas cosas”.
En esta línea, mencionó que “estuve hablando con el doctor Schonfeld, que es el papá del chiquito al que le pegaron en ese momento, y él tenía entendido que mi hermano había ‘arreglado’ por dinero, y el tema es que no fue así, sino que fue la lentitud que tuvo el caso; nunca quisimos el dinero de ellos, no nos interesa, así como tampoco nos interesa que vaya 45 años preso si la Justicia no lo requiere así”.

“A cualquiera le puede pasar”

Hoy tendrá lugar la audiencia, “luego de la cual quedará detenido el hijo de Omar Segundo; dos meses preso, no es mucho pero quizás sea eso lo que la Justicia determine y nosotros somos respetuosos de la misma”, estima la hermana del joven apuñalado.
Sobre este punto, remarcó: “Esto es un granito de arena de parte nuestra. A cualquiera le puede pasar que quieran levantar a su hija en la calle y no saber dónde termina, o que le corten el cuello a uno de nuestros hijos, hermanos o familiares sin ningún motivo, porque él estaba trabajando y él en ningún momento salió a provocar a nadie. Y ojalá que no nos pase más, quizás hubiésemos querido que la Justicia sea un poco más dura o que la carátula lo sea. Gracias a Dios, él está vivo, lo puede y lo podemos contar, y esperamos Justicia siempre, que tengamos confianza en la misma; poca o mucha, pero está”.

Justicia “lenta”

Además, criticó la lentitud de la Justicia: “Hay casos que se resuelven mucho más rápido. Conocemos el caso del robo del celular del hijo de un funcionario público que se resolvió en dos semanas. Esto es el corte de un cuello, casi la pérdida de una vida y pasaron tres años. Quizás depende del empuje que uno le ponga, hemos insistido, hemos puesto abogados y el último abogado dijo que ‘no le convenía’ este caso, lo cual es entendible. A mí no me convenía que mi hermano agarre plata, porque mi papá no nos enseñó eso. El cuello de mi hermano no vale ni 300 mil pesos, ni 500 mil pesos, sino que vale la vida de mi hermano, como la de cualquier persona”.

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