Por Juana de Arco*

El Procurador General de la Provincia, Jorge Miquelarena, junto a los Fiscales Generales Silvana Salazar y Jorge Bugueño y el ministro de Gobierno Federico Massoni salieron a ponerle el pecho a las tremendas noticias sobre los tres crímenes narco que conmocionaron a Madryn y a toda la Provincia. A falta de Baéz, muy bien hizo Miquelarena en tomar la voz cantante antes que más sangre llegue al río Chubut. Hacía apenas dos días, Miquelarena se había sentido altamente honrado por un comentario nacional, pero se le pasó enseguida.
Fue cuando el Ministerio Publico Fiscal del Chubut recibió 14 scanner digitales certificados por el FBI, destinados a identificar personas imputadas en hechos delictivos y cuyos datos serán parte además de un registro nacional de reincidentes.
En ese acto, que además destacó por la `abultada´ inversión de fondos nacionales, por unos 350.000 pesos (o sea el 20% de la pauta que cobran algunos medios publicitarios oficiales en Chubut), se puso en valor el aporte del Consejo Nacional de Procuradores que integra entre otros, el propio Miquelarena. El equipamiento fue presentado en Rawson por el director nacional de reincidencias del Ministerio de Justicia de la Nación, José Guerrero, que tuvo la idea de ponderar tal vez en exceso la `panacea´ justiciera provincial, al manifestar que “esta provincia es un ejemplo a seguir…(…)” Para esas horas, había un chico muerto y otros dos desaparecidos (luego asesinados también) y tantos otros muchachos amigos de lo ajeno actuando en todo el territorio sin que la aguja del “justiciómetro” se moviera ni un ápice, más allá de las cuestiones específicas de competencias.
La pregunta que surgió en ese momento y hoy se acentúa es ¿cómo vamos a integrar un registro nacional de reincidentes si casi no hay ni siquiera registro de `incidentes´?, esto pensando en voz alta por supuesto. Porque a decir verdad las estadísticas son apenitas la punta de un iceberg de los sucesos delictivos que se dan, y cuyo 99 por ciento del témpano suele quedar sin denuncia, sin intervención policial, sin llegar a la justicia, o incluso y también, sin condena. Eso por no entrar en detalle de los múltiples casos complejos que terminan magistralmente redireccionados por muchos encargados de acusar para evitar los siempre presentes `daños colaterales´ a la casta de guantes blancos.
Lo cierto es que dos días después de la recepción de los valiosos escáneres aparecieron los muertos que faltaban, por presuntas confesiones y no por éxito local. En ese marco y en conferencia de prensa, Miquelarena fue contundente al referirse a la falta de recursos de la Justicia y a la necesidad de arrancar “de arriba para abajo”, apuntando a empezar por perseguir a los `financistas y empresarios del narcotráfico´, cosa que compete a la Justicia Federal. Fue contundente y por sobre todo oportuno, porque en el sentir popular hay una fuerte sensación que en Chubut todo lo que sea `Federal´, no funciona en lo más mínimo, y nadie o muy pocos lo están diciendo. Y esto es otra reflexión propia personalísima y en voz alta, por supuesto.

De mulas estamos llenos

Es verdad que hay que `cazar´ a los grandes negociadores, pero también es cierto que hay que trabajar sobre todo el entramado del delito. Porque no por atrapar a los ideólogos de los robos de bancos, las fuerzas de seguridad del mundo dejan de cuidar las puertas de los bancos, no?
El tema es que en este merengue político que ha sido Chubut en los últimos 15 años, se ha bastardeado como nunca tanto a los cuadros policiales como a los poderes del Estado. Y nada bueno decía mi abuela puede salir de una cruza entre una yegua y un burro, más que una despiadada mula (con el respeto que me merece como ser vivo el híbrido estéril).
Con la definición del Procurador sobre que en temas de drogas `habría que empezar por arriba´, con lo que se sobreentiende que no se viene actuando, y la del ministro de Gobierno que habría que encontrar más cocaína porque la brigada solo encuentra faso, o sea sólo está buscando `por abajo´, no hacemos una idea clara de cuál ha sido y es la política de seguridad de aquel Das Neves que comenzó con varios borradores en la materia, pero al parecer sus seguidores no terminaron aplicando y Arcioni desconoce.
El tema en definitiva es que en cuestión de drogas, si se quiere avanzar, se avanza, porque información, hay y bien completa. ¿Porque no se logra controlar los delitos graves como el narcotráfico en Chubut cuando aún estamos en condición de presunto “tránsito” y “avance de menudeo”?, no se sabe muy bien. Es posible que porque cada político toma el camino o la ruta que cree más conveniente para su carrera. De hecho, aún no se pronunció sobre un tema tan grave el propio gobernador Mariano Arcioni, un déficit humanitario que no ha pasado desapercibido en absoluto. Pero bueno, la carrera por la reelección ayer lo condujo hacia otra ruta que no ayuda a hablar precisamente de narcotráfico, en reunión con Sergio Massa, el `capanga´ de Tigre, un verdadero paraíso de lavado, dicen los entendidos.

Y Arcioni recortó los presupuestos de Seguridad y Justicia

La noticia no es nueva, pero ¿no da la sensación que cada día `es un nuevo desafío´ reinterpretar la política doméstica? Hace muy poco, a propósito de la payasada del presunto alerta de bomba en la Legislatura que logró suspender la sesión y con ello evitar que se contradiga el adelantamiento de elecciones que dispuso el Gobernador por decreto, para lo que ya tendría `ahorrado´ más de 200 millones de pesos, el propio ministro de Gobierno admitió que se trata de una “tarea complicada” cumplir los objetivos en materia de seguridad pública en este contexto de crisis económica y social en que quedó Chubut supuesta mente después de las malas administraciones y/o robos, además del sogazo del liberalismo central.
En la Legislatura, Massoni hizo saber además que si así es difícil trabajar, ni hablar con lo que viene, ya que habrá recortes en seguridad en 2019. Reconoció que su ministerio sufrió un recorte en el Presupuesto 2019 de 300 millones de pesos ya que dispondrá de 870 millones de pesos cuando el del año anterior fue de 1.170 millones de pesos.
Pese a ello, esta semana el ministro anunció la conformación de una Agencia Antidrogas que extirparía de la Policía. Con qué presupuesto se manejará, no se sabe. Tampoco con que personal, pero hasta no tener precisiones el anuncio cayó como una mano tapando el sol, cercenada de toda lógica y futuro.
Como si fuera poco, no en vano la Procuración ya queda hablando sola casi de impotencia. Basta considerar que a la Justicia el actual Gobernador le asignó en el Presupuesto aún no aprobado el 5% del total, o sea uno 3 mil quinientos millones, casi un 7 % menos que el año que transcurre, más allá del reuncauzamiento y de las ampliaciones presupuestarias que se fueron haciendo sobre la marcha. Con estos dibujos de números, no es de extrañar que suceda lo que suceda en todas las áreas sensibles de servicios públicos que debe garantizar el Estado. Porque la política se convierte en una charla entre amigos con decisiones de momento y sin una sola idea concreta ni mucho menos proyecto programático de gobierno plebiscitado previamente a una elección. Así, no es casual que pase cualquier cosa en términos de seguridad, salud, educación, infraestructura…Porque la vulnerabilidad es básicamente incertidumbre, riesgo permanente y exposición emocional decía Brene Brown. Y sobre todo eso, gobernar es `una papa´ suelen pensar los expertos en marketing del poder. Que se yo, pienso en voz alta apenas.

*Soy Juana de Arco, …y ceniza de tantos