CAMBIOS DE REGLAS Y VOLATILIDAD DEL SECTOR

Vaca Muerta cerró diciembre con una caída en la actividad

La fiebre de desarrollo acelerado que experimentó Vaca Muerta a lo largo del año pasado parece haberse enfriado en diciembre cuando el termómetro de la actividad que son las etapas de fractura completadas, mostró una marcada caída y dejó en evidencia el impacto que pueden tener los cambios en las reglas del juego y la volatilidad del sector por la escasa cantidad de desarrollos masivos.
Los no convencionales impusieron cambios en la industria petrolera que llevaron a que desde hace un tiempo a la fecha la cantidad de etapas de fractura que se completan sea el mejor indicador del nivel de actividad alcanzado, superando mediciones tradicionales como la cantidad de pozos perforados o de equipos en actividad.
Las fracturas son las punciones que se realizan dentro de los pozos para estimular la producción de los hidrocarburos que están atrapados dentro de la roca generadora que es Vaca Muerta. Un pozo estándar en la formación, con unos 2.500 metros de rama lateral, tiene en promedio unas 30 etapas de fracturas completadas para poder ser conectado para su producción.
En junio pasado, el gobierno nacional celebraba que por primera vez Vaca Muerta había superado el límite de las 450 etapas de fractura completadas en el mes entre todas las operadoras que perforan con destino a la roca generadora.
Sin embargo, pocos meses más tarde las gráficas de las fracturas muestran una marcada caída en la actividad que tiene una vinculación directa con los efectos que está generando en la producción de gas natural el incierto recorte de la Resolución 46 que estableció el nuevo Plan Gas de estímulo a la producción.

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