NACIÓN MOLESTA PORQUE LA MAYORÍA DE LAS PROVINCIAS NO CUMPLEN EL PACTO

Carga Fiscal: En el país se pagan 163 impuestos

El Pacto Fiscal se hizo con la idea de reducir e ir eliminando el distorsivo gravamen a los Ingresos Brutos hacia 2022. Pero la mayoría de las provincias, aprovechó vericuetos legales para subir alícuotas. En el Gobierno nacional se sienten defraudados con los gobernadores ya que solo algunas provincias cumplieron fielmente con el espíritu del mismo. Ese pacto obliga a reducir de manera gradual el Impuesto a los Ingresos Brutos en un gran número de actividades. En la mayoría de los casos ocurrió lo contrario. Se menciona que en el Gobierno no estarían dispuestos a favorecer a las provincias en próximos anuncios que pueda hacer el presidente Mauricio Macri, en línea con la nueva agenda de temas productivos que trata de imponer la Casa Rosada. En tema se deslizó en el decreto que llevó alivio fiscal a una serie de producciones de economías regionales. Allí se “invita a las provincias” a reducir su carga tributaria.
De acuerdo al IARAF, las provincias que redujeron la presión de acuerdo a su recaudación fueron Jujuy (0,2%), Córdoba (0,8%), Chubut (2,3%), Formosa (2,3%). San Luis (2,4%), Mendoza (2,7%), Corrientes (2,7%), Chaco (3,9%), Santiago del Estero (4,9%) y Buenos Aires (5,6%). El resto la subió, con un pico de Neuquén del 32,7% que se relaciona con las inversiones de Vaca Muerta, y en el segundo caso es Salta, con el 28,9%, Río Negro la subió 10,8% y Catamarca 6,7%.

Vericuetos legales

Ingresos Brutos es un impuesto que lamenta la mayoría de los empresarios por su fuerte carácter distorsivo. Se dice que es “en cascada”, porque agrega costos en cada etapa de la cadena productiva. Cuando se hizo el pacto, el objetivo era eliminar el tributo. El problema era que no todas las provincias cobraban la misma alícuota. Así que primero tuvieron que unificar un criterio. En la mayoría de los casos se fijaron topes de niveles consolidados, en orden con los máximos que se cobraban hasta ese momento.
La reducción gradual hasta la eliminación, en algunas actividades, está establecida en un cronograma que arrancó en 2018 y termina en 2022. Por ejemplo, las actividades agropecuarias, la pesca y la explotación de minas tienen en 2019 un alícuota de 0,75% y la industria del 1,5%, en tanto que Agua, Gas y Electricidad tributan 3,75%. El año pasado pagaban 1,5% las tres primeras, 2% la cuarta y 5% la quinta. Y en 2022 todas quedarán exentas.
Pero los funcionarios del Palacio de Hacienda sospecharon, con razón, que si bien el espíritu del acuerdo era reducir la presión fiscal, terminaron incrementando, usando el vericueto legal que les dejaron los topes consolidados. En varias provincias se redujo presión fiscal por un lado, y se incrementó por otro y luego de subir hasta donde les permitía el acuerdo, ahora están con la misma alícuota que en 2017. A decir verdad, de acuerdo con datos que maneja el Gobierno, tan solo cuatro provincias habían cumplido a rajatablas a mediados del 2018: Buenos Aires, Mendoza, Santiago del Estero y San Juan. Ninguno de estos estados había incrementado impuestos. Por el contrario los bajaron. En el Gobierno llevan un control más o menos detallado sobre 24 actividades en 17 provincias, con sus correspondientes niveles de impuestos.

La pesada carga tributaria argentina

Difícilmente se pueden tentar inversiones o impulsar expansión del sector privado con el intrincado escenario argentino, que presenta tributos de nivel nacional, provincial y municipal. Sólo 10 concentran el 90% de la recaudación. De ellos sólo uno es provincial y nueve nacionales.
La sensación de que la presión fiscal en Argentina es asfixiante tiene un real fundamento. Entre los tres niveles del Estado, el Nacional, el provincial y el municipal, los contribuyentes soportan la carga de 163 tipos diferentes de impuestos. Este verdadero “vademécum fiscal” fue elaborado también por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).
Lo mejor de ello es que a pesar de que se multiplican las imposiciones, como en el caso de municipios que cobran “derecho de oficina”, tan sólo 10 gravámenes concentran el 90 por ciento de los ingresos del Estado. Los 153 restantes aportan apenas en 10% y en muchos casos, tan sólo sirven para encarecer alguna etapa de producción.

Un derecho federal

Lo primero que hay que tener en cuenta al hablar de impuestos en la Argentina es que la potestad de cobrarlos reside en realidad en las provincias debido a que estas existen antes que el Estado federal. Antes de la Constitución de 1853 las provincias cobraban sus impuestos y tenían sus propias monedas. Con el tiempo, y luego de la Constitución de la Nación, los Estados provinciales fueron delegando en el Gobierno federal la facultad de imponer gravámenes, llegando incluso a la paradoja de que luego de delegarle a la Nación el cobro de algunos impuestos (los que más recaudan) le piden al Gobierno federal que “les devuelva” su parte a través de la coparticipación.
El IARAF destaca que “considerando la recaudación de IVA, Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social, Impuesto a las Ganancias (personas humanas y sociedades) y el impuesto provincial a los Ingresos Brutos se obtienen 3⁄4 partes de la recaudación tributaria consolidada de Argentina”.
“Más aún si a los 6 tributos mencionados se les agregan Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios (impuesto al cheque), los impuestos sobre el comercio exterior (Derechos de Importación y Derechos de Exportación) y los Impuestos sobre los Combustibles, se tendrá que el 90% de la recaudación consolidada argentina se concentra en 10 tributos, 9 de los cuales son nacionales y el restante provincial.

En detalle

A nivel subnacional es generalizado en el cobro del impuesto sobre los Ingresos Brutos y el Impuesto a los Sellos, así como también puede encontrarse en la legislación tributaria de las 24 jurisdicciones de provincias y de la Ciudad de Buenos Aires tasas retributivas de distintos servicios gubernamentales, tanto administrativos como judiciales.
“También es generalizado el cobro del Impuesto Inmobiliario, con la única excepción de la provincia de Chubut. Finalmente, son quince las provincias que cobran impuesto a los automotores, mientras que la misma cantidad grava la actividad de los juegos de azar”, identificó el IARAF.
Con relación a las tasas municipales, el informe aclara que si bien se lograron identificar 83 en 23 capitales de provincia y la Ciudad de Buenos Aires, en rigor todas aplican en promedio 19 de ellas. El resto de las tasas y contribuciones municipales rigen en algunas. Cabe señalar que la diferencia entre una tasa, una contribución y un impuesto propiamente dicho es que este último grava una manifestación de riqueza, mientras que las tasas se perciben a cambio de un servicio (barrido) y las contribuciones refieren a mejoras que va a tener un contribuyente por una obra del Estado (un canal para evitar inundaciones).

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