EL GOBERNADOR MARIANO ARCIONI ABRE LAS SESIONES LEGISLATIVAS CULMINANDO LA GESTIÓN MÁS COMPLEJA QUE REGISTRARA CHUBUT EN LA ÚLTIMA DÉCADA. EL DISCURSO ESTARÁ DOMINADO POR REVISIÓN DE SU AÑO DE GESTIÓN E IDENTIFICACIÓN DE EJES PARA CONSOLIDAR EL LIDERAZGO. POCAS PROMESAS Y MÁS PROGRAMA DE GOBIERNO, EN UN AÑO ELECTORAL QUE LO VA BENEFICIANDO

Con tono ganador

Por Trivia Demir

La apertura de sesiones ordinarias que tendrá lugar hoy en la Legislatura de Chubut se puede decir sin lugar a dudas que será una de las más atípicas de los últimos años en Chubut. El gobernador Mariano Arcioni, que buscará su reelección, deberá partir en dos el característico análisis de gestión para poder enlazar los logros que le corresponden a los últimos doce meses sin convertirse en el detractor de los anteriores dos años que correspondieron a la conducción del extinto Mario Das Neves. Todo esto bajo un cuidadoso hilván, ya que ambas ideas están íntimamente relacionadas y no se pueden concebir una sin la otra. Todos los logros de Mariano se basan en el repunte de una provincia que estaba desbarrancando cuyo endeudamiento y sistema corrompido que aún está en proceso de investigación, la puso incluso al borde del default. Seguramente no lo dirá la letra dura del discurso, pero de alguna manera se entenderá en la entrelínea.
Atípico también porque en general los cañones de los logros propios se suelen apuntar a los déficits del antecesor, cosa que no se dará definitivamente en el caso de “trigobernador” fallecido, para cuya memoria habrá unas breves palabras de reconocimiento. Y en todo caso es además tan fina la línea de pertenencia política que plantea la campaña, que tampoco sería momento para almacenar malos recuerdos de la gestión peronista y la herencia nunca del todo cuantificada que dejó Martín Buzzi. A excepción por supuesto de los desistimientos de reclamos nacionales donde ahí sí están claros los 1 mil millones de dólares que se resignaron al Estado nacional, y que hoy la Corte volvió a poner en escena con un fallo favorable a varias provincias.
En definitiva, el logro más importante de Arcioni ha sido estabilizar la administración provincial, no sin medidas antipáticas como los pagos escalonados o en bonos, para poder pensar en el devenir. Esto tuvo su basamento en la fuerte corporación petrolera y empresaria en general que salió a bancar la coyuntura y la gestión, y al tesón de un vice que en principio no mostraba demasiada vocación política para trotar en los zapatos del Ejecutivo, pero terminó sorprendiendo a propios y extraños.

Pura ganancia

De la escasa trayectoria que traía en la administración de lo público, en estos tres años se puede afirmar sin lugar a dudas que Mariano Arcioni tuvo un buen desempeño en la presidencia del Legislativo, le puso el cuerpo a la crisis de gobernabilidad que arrastró el fallecimiento de un caudillo nato como Das Neves, afrontó los embates de la Justicia, hizo valer su rol institucional como heredero natural del Gobierno, y hasta terminó capitalizando la estructura partidaria para volver a lanzarse por su propio mandato.
Todo esto no sin impecables asesoramientos y una intuición propia afinada para manejarse entre las estructuras de poder, sin hechizare con los cantos de sirena que fluyen en la política. “El escucha a todos, pero después hace lo que él decide”, razonó alguna vez amargamente un frecuentador de Fontana 50, acostumbrado a temperamentos más viscerales, no por eso influenciables, pero sin más entusiasta para la ´rosca´. La diferencia tal vez más desconcertante para el resto de los referentes políticos es que Arcioni aplica una lógica privada a la gestión pública. Como notario, acostumbrado a ´dar fe´ no se enreda tanto en controversias partidarias ni internas innecesarias, lo que le aporta mayores reflejos y tiempo para alcanzar el objetivo concreto.

La confluencia de los poderes

A nivel operativo seguramente invitará a los diputados provinciales a alinearse con sus esfuerzos por sacar adelante la Provincia en el marco de un contexto nacional absolutamente desfavorable. Tanto como apelará a la responsabilidad del Judicial para aceitar la maquinaria que acompañe el esfuerzo por garantizar la seguridad pública que viene haciendo Arcioni. Una prédica obligada además, en torno a la sana convivencia de los tres poderes.
Los temas pendientes a nivel legislativo, – en general pedidos de informes la mayoría vinculados a las finanzas- seguramente tendrán que atemperar el tono considerando que hay múltiples responsabilidades cruzadas en los destinos que hoy transita la economía provincial. En ese marco, cancelación de deuda pública y evolución de esquema de pago a proveedores serían los próximos temas por los cuales el Ejecutivo será interrogado por los legisladores. Lo demás, casi todo fue sacado por decreto, como la Emergencia Económica, que raramente no sería convalidad por las bancas, sean del color que sean, considerando la importancia para garantizar los propios presupuestos. Por lo cual, con una estructura de diputados que en su mayoría no repetirán gestión a excepción de tres o cuatro bancas, es poco probable que haya margen para demasiada tensión de bloques. Más allá del montaje del habitual escenario proselitista que termina explotando temas de gestión, al compás de la pirotecnia propia de las campañas.

Con el objetivo en la conducción

El discurso que hoy estrenará tendrá además el condimento de darse en el marco de una campaña política ya planteada, con adelantamiento electoral logrado, lo que a la vista de los principales observadores indica que le garantizaría el triunfo, según los sondeos más recientes. Para ello, un trabajo de conciliación profundo con casi todos los sectores políticos, económicos y sindicales, contrastado al desmadre opositor, le allanaría hasta ahora el camino.
Está claro que ante un Cambiemos que arrastra el estigma de la gestión nacional y un Peronismo que deberá surfear un cruda interna hasta definir el líder definitivo, el comodorense lleva una fuerte ventaja: ya está en gestión y cuenta con todo el aparato más alianzas de peso; tiene resultados para mostrar, y sobre todo tiene la voluntad y decisión de repetir.
En ese tren proselitista, Arcioni no exagerará con promesas para el año que falta completar. Por el contrario girará sobre tres ejes concretos: desarrollo productivo, contención social y ordenamiento de la Provincia. Con eso le basta y sobra para una de las gestiones más complejas que ha tocado culminar.
El gran desafío de Mariano Arcioni será ahora su propia construcción de poder. Porque no es lo mismo acceder al gobierno que acceder al poder. Lo primero ya lo hizo, lo segundo dependerá de su propia proyección a futuro y de sus aspiraciones de ´mando´, algo que no lo apasionaría de la manera ortodoxa en la que se han venido concibiendo las tradicionales gestiones provinciales. Arcioni trabaja por el canal en que fluye la autoridad, no el poder. Y esta está directamente vinculada al funcionamiento del Estado, algo que descoloca a sus contrincantes. Porque si algo tendría claro en ese marco, aunque desconozca quien lo pensó antes, es que “la acción política es una lucha de voluntades. Identificar cuáles obedecen a nuestra voluntad y cuáles a la voluntad contraria a la nuestra, es sencillamente la conducción política”, tal como decía Perón. Habrá que ver…

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