RECOMENDACIONES DESDE EL CONICET: IMPORTANCIA DE SU CUIDADO Y CONSERVACIÓN

La Franciscana, el delfín en peligro

El lunes 28 de enero, comenzó a circular en redes sociales una fotografía de un delfín muerto sobre un cuatriciclo en un balneario del partido de General Dorrego, provincia de Buenos Aires. Las fotografías rápidamente se viralizaron y generaron un fuerte repudio por parte del público. En esta ocasión se trató de un Delfín Franciscana (Pontoporia blainvillei), la misma especie que fue noticia en años anteriores, por haber muerto ejemplares en manos de turistas en distintas playas bonaerenses. Pablo Denuncio, investigador asistente del CONICET Mar del Plata, perteneciente al Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMYC-CONICET, UNMDP), explica sobre esta especie e importancia de su cuidado y conservación.
El delfín franciscana (o simplemente “franciscana”), es un pequeño delfín costero característico de la región costera bonaerense. Pese a que se trata de una de las especies de mamíferos marinos más comunes de nuestra costa, es una especie casi desconocida para la gente. Esto se debe a que la franciscana es uno de los cetáceos más pequeños del mundo (rara vez supera los 150 cm de longitud total), presenta una aleta dorsal y aletas pectorales redondeadas y su coloración es pardo-grisácea, lo que le permite pasar desapercibida en aguas con cierta turbidez como las de la costa bonaerense. Además, la franciscana no se concentra en grandes grupos ni realiza saltos acrobáticos fuera del agua, presentando comportamientos evasivos y sólo se asoma a la superficie a respirar por escasos segundos, dejando ver brevemente su hocico y aleta dorsal. Todas estas características hacen que la franciscana sea un animal muy difícil de ser observado en la naturaleza.
Además, es difícil confundir a la franciscana con otro delfín, ya que presenta un hocico muy largo y delgado, con más de 200 dientes pequeños y cónicos. Esta es una característica clave para diferenciarlo de otros delfines que habitan la región.
La franciscana habita exclusivamente aguas costeras del Atlántico Sudoccidental, desde el centro del Brasil hasta el norte del Golfo San Matías, en la provincia de Río Negro. Raramente se las encuentra en profundidades que excedan los 30-35 metros, observándose principalmente entre la zona de rompiente de olas y unas pocas millas mar adentro, lo que las expone claramente a cualquier actividad humana. Es por ello, que la franciscana es una especie que se ve seriamente afectada por la captura accidental en redes de pesca artesanal (redes agalleras o trasmallos), la contaminación química, contaminación acústica o sonora y la ingestión accidental de residuos sólidos urbanos o basura marina, entre otras.

En peligro

Esta especie de delfín es, sin lugar a dudas, la especie en mayor peligro dentro de los Mamíferos Marinos del Mar Argentino. Esta situación fue reconocida por el Consejo Federal Pesquero al aprobar el Plan de Acción Nacional para reducir la interacción de mamíferos marinos con pesquerías en Argentina, ya que anualmente mueren accidentalmente entre 500 y 800 franciscanas en redes de pesca artesanal en nuestro país, la mayoría de los cuales son ejemplares reproductivamente inmaduros con menos de cuatro años de edad.
En el año 2003, investigadores del Centro Nacional Patagónico estimaron un total de aproximadamente 15000 franciscanas en la Argentina, calculando que anualmente morían en redes de pesca un 3 a 6 por ciento de la población, claramente superior al 2 por ciento anual estimado como sustentable por la Comisión Ballenera Internacional. Las capturas accidentales de esta especie suelen ocurrir principalmente en primavera-verano, con picos de mortalidad en los meses de noviembre y abril, por lo que es muy común hallar especímenes muertos en las playas bonaerenses en plena temporada de turismo.
La captura de delfines también ocurre en aguas de Uruguay y Brasil, con una estimación anual de 3000 muertes de delfines entre los tres países. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), en base a información científica reciente, ha categorizado a la Franciscana como “vulnerable”, estimándose que no ha disminuido la mortalidad a escala regional y que se estima que su población mundial se reducirá en más de un 30 por ciento en las próximas tres generaciones (25-35 años).
Tanto a escala regional (Consorcio Regional para la Conservación de la Franciscana), como a nivel nacional (Libro Rojo de los Mamíferos Amenazados de la Argentina, editado por la Sociedad Argentina para el estudio de los Mamíferos, SAREM) se ha reconocido a la franciscana como una especie con serios problemas de conservación, siendo el cetáceo con mayor riesgo de extinción de la región. A nivel provincial, el gobierno de la provincia de Buenos Aires, desde el año 2017 declaró a la franciscana como Monumento Natural Provincial bajo la Ley 14922, lo que implica que goza de protección absoluta, siendo factible únicamente la realización de investigaciones científicas debidamente autorizadas y la práctica de inspecciones gubernamentales. Por tal razón, cualquier hecho que implique la agresión o muerte de una especie declarada Monumento Natural es un delito de acción pública, y es penado por la ley. Esta categoría es compartida también con el Venado de las Pampas, el Ciervo de los Pantanos, el Cauquén Colorado, la Iguana de Cobre, la Lagartija de las Dunas, el Árbol de Cristal y el Cerro de la Ventana.
Otra amenaza para la especie es la ingestión de residuos sólidos urbanos o basura marina. Un estudio realizado por el grupo de investigación integrado por Denuncio, mostró que el 30 por ciento de los ejemplares analizados en la región bonaerense había ingerido accidentalmente basura marina, lo que puede afectarles seriamente su capacidad para alimentarse.

¿Cómo protegerlos?

Dicho grupo de investigación estudia distintos aspectos de la biología y ecología de la franciscana desde hace varios años, incluyendo sus interacciones con pesquerías, ecología alimentaria, crecimiento y desarrollo corporal. Tales investigaciones se realizan en cooperación con varias instituciones nacionales e internacionales, como la Fundación Mundo Marino, Asociación de Naturalistas Geselinos, Guardaparques Municipales de la Reserva Faro Querandi, Fundación para la Asistencia y Recuperación de Animales Marinos, el Museo Argentino de Ciencias Naturales, el Grupo de Estudio de Mamíferos Aquáticos de Rio Grande do Sul (Brasil) y la Universidad de Sydney (Australia).
Es importante remarcar que durante los meses de primavera-verano es frecuente encontrar franciscanas vivas o muertas varadas en las playas bonaerenses, por lo que se recomienda dar aviso inmediato a la Prefectura Naval Argentina llamando al 106 o a la Dirección de Areas Naturales Protegidas del Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable (OPDS, 10) 0221-429-5548 para que se realicen las tareas de rehabilitación e investigación por parte de investigadores miembros de la “Red de Rescate de Fauna” de la OPDS. (Fuente: CONICET)

La posición de Vida Silvestre

La fundación Vida Silvestre es una ONG fundada en 1977, que trabaja sobre los principales problemas ambientales de Argentina y desarrolla acciones basadas en la protección de áreas naturales, el consumo y la producción responsables, la legislación ambiental y la concientización y educación ambiental.
Desde 1988 es la entidad representante para Argentina de la Organización Mundial de Conservación (WWF), la organización ambiental más grande del mundo. Y cuenta con dos reservas propias, Urugua-í, en Misiones, y San Pablo de Valdés, en la Península Valdés.
Al respecto del delfín franciscana, desde la fundación recordaron que es una especie vulnerable a la extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). A este estado se llegó luego de que por años unos 500 a 800 delfines fuesen capturados anualmente en las redes agalleras de los pescadores de la Provincia de Buenos Aires.
Al tiempo que explicaron que el potencial de recuperación de esta especie es muy bajo: las hembras a los 2 o 3 años tienen una única cría que queda a su cuidado por uno o dos años. Además, la Franciscana, como otros delfines, no puede permanecer mucho tiempo fuera del agua. Tiene una piel muy gruesa y grasosa que le proporciona calor, por lo que la intemperie rápidamente le provoca deshidratación y la muerte.
Al ser una especie prioritaria para Vida Silvestre, “hace más de 10 años trabajamos junto a diferentes instituciones como AquaMarina en la protección de estos animales. Así. hemos recabado información biológica fundamental para conocerlos mejor. De esta forma se encontró cómo hacer para estos animales eviten las redes agalleras. Ahora, es necesario que los pescadores y otros miembros de la comunidad colaboren cada uno en lo que pueda para que podamos conservarlos”.

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