PREOCUPA LA UTILIZACIÓN DE VARIOS TIPOS DE DROGA DE MANERA SIMULTÁNEA

La mayoría de los adultos que padece adicciones en Madryn consume cocaína

El consumo de estupefacientes afecta a jóvenes y adultos de todas las edades, al tiempo que el foco está puesto en los más chicos, que muchas veces comienzan a utilizar drogas consideradas más “livianas”, como la marihuana, pudiendo convertirse esto último en la “puerta de acceso” a otro tipo de sustancias más peligrosas, como la cocaína, el ácido lisérgico y el éxtasis.
El reciente doble crimen de dos jóvenes vinculados al narcomenudeo no sólo dejó expuesto un entramado de “bandas” ligadas a la compra y venta de drogas, sino que también evidenció que la problemática del consumo se encuentra arraigada en todos los segmentos de la sociedad.
En este sentido, desde el ámbito de las políticas públicas apuntan a generar encuentros de concientización, donde tanto jóvenes como familiares de quienes padecen un consumo problemático, puedan interiorizarse sobre la temática y desalentar la utilización de estupefacientes, en el marco de un contexto social que, muchas veces, termina por empujar a los más chicos a los “malos hábitos”.

Qué adicciones prevalecen

El mapa del consumo en Puerto Madryn abarca prácticamente a jóvenes y adultos por igual, según lo expresado desde el Centro Integral de Tratamiento (CIT) de las Problemáticas de Consumo, inaugurado hace varias semanas por autoridades de Salud provincial y al cual concurre actualmente un centenar de pacientes; mientras que los de menor edad suelen volcarse al “policonsumo” de varias sustancias, entre ellas marihuana, pastillas e inhalantes, los adultos suelen consumir más cocaína y, en el caso de la población más grande, la adicción suele ser al alcohol.

Buscan desalentar el consumo

En diálogo con El Diario, la directora del CIT, Victoria Yordano, anticipó que “vamos a realizar una actividad puntual en el barrio Pujol, para descentralizar la atención y poder llegar a otras zonas, ya que desde allí son los que más dificultades tienen para llegar (a este tipo de capacitaciones) por la ubicación geográfica que tienen, por eso nos movemos nosotros hacia la zona” y explicó que el taller que realizarán estará orientado “a jóvenes, y adolescentes, para hacer prevención sobre las problemáticas de consumo, trabajando sobre qué es lo que le sucede a los jóvenes, que es lo que los lleva al consumo y sus consecuencias que los han llevado a consumir”.

La comunidad debate adicciones

En esta línea, Yordano, que es médica y se desempeña en el área de Salud Mental del Hospital Zonal “Dr. Andrés Ísola” y coordina el funcionamiento del CIT, explicó que “el objetivo es trabajar todas estas cuestiones para prevenir el consumo” y aclaró que “está invitada toda la población adolescente de Madryn, el encuentro es abierto a la comunidad”.
Los encuentros se realizarán los miércoles, a las 11 de la mañana, en la sede de la Junta Vecinal del barrio Pujol II y “estarán a cargo de un Equipo Interdisciplinario, integrado por la psicóloga Nélida Lucca, y la trabajadora social María Fernández”.
Además, “si alguien lo solicita, también se propondrán actividades para acompañarlo, ya sea que venga al CIT, o en función de la demanda que esa persona tenga”.

Conocer el contexto del paciente

Consultada sobre el funcionamiento del Centro, sostuvo que “principalmente, nosotros tenemos entrevistas espontáneas, respondiendo a la demanda espontánea de la gente” y añadió: “Lo interesante es que la gente pueda acceder a su Centro de Salud más cercano, y que en todo caso los profesionales que se desempeñan en los mismos sean quien los deriven”.
Esto último, fundamentó, “porque hay problemáticas de consumo que no necesitan la concurrencia al Centro y que pueden ser tratadas localmente en el barrio y de forma comunitaria, donde se tiene una mayor llegada a las actividades del sector, el conocimiento de la familia en particular y demás”.

Entre el uso y el abuso

También, consignó Yordano, “tomamos entrevistas individuales, hacemos asesoramiento, por ejemplo, a madres que llaman porque sus hijos atraviesan un consumo problemático (de sustancias), donde empezamos a trabajar en orientación y prevención” y comentó que “primeramente, se da un turno para una entrevista inicial en la que indagamos sobre el problema por el cual la persona consulta; ahí vemos si es ‘uso’, ‘abuso’ o una problemática de consumo, ya que no es lo mismo el uso que la dependencia”, agregando que “en base a ello, determinamos si es necesario que continúe y concurra al Centro de Día, o a veces puede hacerlo en el Centro de Salud con tratamiento psicoterapéutico, por ejemplo”.
La directora del CIT, al cual asisten más de cien pacientes en la actualidad, explicó que “si el caso es de una problemática de consumo que requiere una atención personalizada, continuamos con el ingreso y la atención que nosotros brindamos”.

La cocaína lidera el segmento adulto

Consultada sobre el segmento en el que se da la mayoría de los casos de adicciones, Yordano detalló que “en general, tenemos adolescentes, adultos jóvenes y pocas personas mayores”, sumando a ello que, en el caso de los adultos, las edades oscilan “entre los 30 y 40 años, que son los que más consultan, más que nada por problemáticas ligadas al consumo de cocaína”.
Inhalantes, un peligro recurrente

Luego, “están los adolescentes, que consultan en menor medida; por eso es que salimos a ver qué está pasando, porque no desconocemos que el consumo está”, advirtió, señalando que “por lo general, los adolescentes tienen ‘policonsumo’, más de alcohol e inhalantes, además de marihuana y pastillas, no mayoritariamente cocaína”.
El caso de los inhalantes es uno de los problemas abordados en el plano municipal, luego de que se sancionara una Ordenanza que regula la venta de pegamentos que contengan toluenos y hexanos, al público en general.

El contexto económico y la adicción

En la jerga, el término utilizado por quienes consumen tanto ese tipo de pegamentos como, literalmente, el combustible, es “jalar”; es decir, inhalar dichos compuestos para generar un efecto alucinógeno. Por este motivo, las estaciones de servicio también comenzaron, desde hace tiempo, a restringir la venta de combustible en bidones a particulares.
Estas últimas “son drogas de menor calidad, que producen otro tipo de reacciones adversas” y tienen que ver con cuestiones económicas “a partir de los cuales algunos chicos acceden a eso y no a otro tipo de drogas”, sostuvo la médica.

Consumen varias drogas

El indicador que prevalece en los más jóvenes es que “la mayoría tienen ‘policonsumo’”, o sea, consumen más de un tipo de sustancia, algo que en definitiva produce todavía más consecuencias en la salud, mientras que “los adultos, por lo general, suelen tener un consumo más orientado a la cocaína; también consumen marihuana y alcohol, pero también consumen cocaína”, detalló.
Esto último se debe, en parte, a que se trata de una droga de por sí más cara que el resto de aquellas que transitan los circuitos del tráfico de estupefacientes, sumado al hecho de que “tiene un adictivo mayor”, explicó Yordano.
Los más adultos “generalmente, consumen más alcohol que otro tipo de drogas”, mencionó.

Se triplicó el consumo en diez años

Según un relevamiento realizado por el Observatorio de Drogas a nivel nacional, el consumo de cocaína y otras drogas se incrementó de manera acuciante durante la última década, con algunos indicadores que incluso triplicaron sus resultados.
Tal es así que, para el caso de la cocaína, la tendencia en su consumo “alguna vez en la vida” en jóvenes de 12 a 17 años era de un 0,4 por ciento para el 2010, mientras que en 2017, la cifra se disparó a un 1,2 por ciento, es decir, tres veces más.
Lo mismo sucedió con el éxtasis, cuya incidencia en la tendencia al consumo por el mismo segmento relevado ascendió del 0,1 por ciento al 0,3 por ciento; para el resto de las drogas ilícitas, la cifra se ubicó de 3,5 por ciento en 2010, al 8,6 por ciento en 2017.

La dependencia según la edad

En lo que refiere a la dependencia de la cocaína, la edad de mayor dependencia es, según el documento, entre los 35 y los 49 años (43,2% de quienes padecen una adicción a dicha sustancia), y entre los 18 y los 24 años (38,5%).
Mientras que en el caso de la marihuana, el segmento de 18 a 24 años lidera la tabla de dependencia, con un 43,9 por ciento, seguido por el sector de 25 a 34 años (38,7%).
“Más de la mitad de Niños y adolescentes manifestaron que les sería fácil conseguir marihuana en 24 horas. Esto representa a 862.456 niños y adolescentes”, alerta el reporte. Del total de niños y adolescentes relevados por el observatorio, “12 de cada 100, es decir 192.648, tienen curiosidad de probar droga”, mientras que “2 de cada 100, es decir 33.291, probarían si se presentara la ocasión”.

El alcohol y las drogas, cerca

Siguiendo con las cifras comparativas de los últimos años, el Observatorio expuso que “en 2010 el 6,1 por ciento de las mujeres de 12 a 65 años consumía alcohol de manera riesgosa y perjudicial para su salud”, mientras que en 2017 la cifra ascendió al 9 por ciento, “equivalente a 567.285 mujeres”.
Cerrando la estadística, el informe expresa que “cerca del 40 por ciento, equivalente a 630.479 de los niños y adolescentes de 12 a 17 años, declaró tener 2 o más amigos o familiares que se emborrachan y más del 25 por ciento, equivalente a 398.924, dijo tener dos o más amigos que consumen drogas”.
Además, “18 de cada 100 personas que consumieron marihuana el último año presentan indicadores de dependencia” y “1 de cada 3 personas que consumieron cocaína en el último año presentan indicadores de dependencia”, completa el documento.

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