MACRI INTENTA CAPTAR INVERSIONES EN ORIENTE EN SU ÚLTIMO AÑO. EN INDIA FIRMÓ DIEZ ACUERDOS. LOS NEGOCIOS NUCLEARES FUERON CENTRALES. CON LA DEFINICIÓN DE LA PAMPA, SE DESATÓ EL CRONOGRAMA ELECTORAL DEL ´MIEDO´

Om Many

Por Trivia Demir

Más allá de los paseos de rigor al Taj Mahal, el emblemático monumento del amor, y los honores imprescindibles a Gandhi, e incluso de los numerosos pero básicamente ´memorandum de entendimiento´ que firmó el presidente Mauricio Macri en la India, dicen que la visita tiene un componente estratégico de alta sensibilidad: los negocios nucleares pacíficos con una potencia militar atómica (no reconocida por la comunidad internacional). Argentina ya tiene dos líneas de negocios millonarios para la industria médica y energética en este sector. Y es durante esta gira asiática, que incluirá también a Emiratos Árabes Unidos y Vietnam, donde Macri buscará expandir los negocios en esta delicada área. De allí que fuera acompañado por autoridades de la Subsecretaría de Energía Nuclear, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y las empresas INVAP, Nucleoeléctrica Argentina, Dioxitek, Conuar e IMPSA, entre otras.

Un horizonte miedoso

En tanto afirman en la intimidad del gabinete que todos están funcionando a media máquina por el ajetreo que implica el trabajo en horarios tan desencontrados (más de ocho horas) entre Argentina e India, para poder estar en línea con el presidente. Mientras el misterioso Oriente deslumbra, la vida en territorio criollo continúa más lineal, sobre todo dominada por los reclamos sociales sobre los ajustes en servicios que se van sintiendo a la par de la depreciación de los salarios, pero sobre todo con un ruido electoral que domina el segundo mes del año con más de trece provincias determinadas a adelantar sus elecciones.
En ese marco, precisamente este lunes el calendario electoral se abrió en La Pampa con un dato poco auspicioso para el oficialismo que perdió a manos de la UCR. Dicen que será un año en el que “el gran factor para la definición nacional puede ser el miedo”, afirma el analista Marcos Schiavi desde Política Argentina. “Será un recorrido muy largo, con mojones provinciales, hasta el hoy muy probable balotaje presidencial de fines de noviembre. Un año electoral en el que el gran factor, por lo menos en la definición nacional, puede ser el miedo.
Las encuestas de opinión pública muestran una sociedad mayoritariamente desilusionada con el presente y pesimista en relación al futuro. Más que pesimista. En aquellas que lo consultan, la idea de preocupación o de temor suele ser una de las que más respuestas se obtienen. La sensación de que la economía del país y, por ende la salud de Argentina en sí es frágil, atraviesa las grietas política y social. Una lectura concienzuda de los enfoques y sondeos da cuenta de este estado de situación: parece no haber margen para la esperanza; el país camina por una cornisa, inmerso en una crisis que puede profundizarse a niveles inéditos. Una sociedad con miedo al caos.
El gobierno macrista ha hecho mucho por este clima. La megadevaluación, la aceleración del endeudamiento, la inflación récord, la caída del poder adquisitivo del salario y una clara crisis del mercado de trabajo explican en gran medida un temor social que atraviesa regiones y clases. Lo peor no pasó. La falta de reacción pública, los errores no forzados y cierta indolencia del ejecutivo no hicieron más que empeorar ese estado de ánimo.
En paralelo, la línea discursiva oficial se encargó de profundizar ciertos miedos: se sumaron fantasmas y chivos expiatorios. El gobierno enarbola el “podríamos haber sido Venezuela” cada vez que se puede; una construcción del pasado que en realidad habla de futuro. En esa construcción la mención venezolana eboca lo que podría ocurrir si gana el kirchnerismo: crisis económica, violencia y autoritarismo. Lo que equivale a votar el caos.

Miedo al ´enemigo externo´

A ese fantasma el discurso oficial le sumó chivos expiatorios, figuras ideales para una sociedad atemorizada y en crisis: migrantes, planeros y sindicalizados con privilegios (es interesante pensar cómo esta triada interpela no sólo a una clase media acomodada si no que centralmente a un sector trabajador no sindicalizado y/o no registrado). Son estos los responsables de la inseguridad, del déficit, de la falta de empleo e inversiones; los actores que le quitan la paz a los demás.

Miedo al pasado

El problema es que el fantasma de Venezuela convive con el fantasma del 2001, uno más cercano. Un fantasma de pérdida general de derechos, brutal caída de salarios y un gobierno sin reacción. Corralito, desempleo y AFJPs. Votar al macrismo también da miedo. No sólo en los sectores donde la caída de la producción y el consumo son más agudos, no sólo para los que le temen a las reformas jubilatorias y laborales, también para el tan mentado Círculo Rojo que se pregunta cómo será un nuevo gobierno de Macri, un gobierno más desgastado, igual de débil y con pocos problemas resueltos en cuatro años. Es difícil imaginarse cinco años más de Macri, incluso tal vez para el propio presidente.

Que queda

Nos encontramos con una sociedad que irá a votar con miedos; miedo a Venezuela, miedo al 2001. Seguramente parte importante de la campaña presidencial gire en torno a esos temores: hacer que votar al opuesto sea votar el caos y disminuir los temores que la propia candidatura pueda generar. Tal vez ese sea el futuro que las fuerzas políticas pueden ofrecer: lejos de la esperanza del desarrollo (que aunque necesaria hoy parece otra agenda), más cerca del orden y la protección. En síntesis, alguien que no de miedo votar y en el que confiar para evitar una nueva crisis.

Pronóstico que mete miedo

La gran pregunta: “¿Puede el Gobierno aspirar a la reelección sin una bonanza económica? Hasta ahora, no sucedió”, reza el título de la filmina 17 de un documento presentado por una de las consultoras ‘estrella’ de la Argentina ante un banco de inversión extranjero. La cita fue en enero, en Punta del Este, afirma Estefanía Pozzo. A modo de “hoja de ruta”, la consultora remarca 8 puntos clave sobre la economía y cómo esto influye en la situación política del país, de la que depende también la actitud que tengan “los mercados” con las inversiones (principalmente financieras, para qué mentirnos) en la Argentina. Más o menos, el documento dice lo siguiente:
.Que la herencia de 2015 “era irremontable en un solo mandato” y, además, se subestimó.
.Que ya hay una auto-herencia de 2016 y 2017. Del programa económico original “no quedó nada porque se lo llevó por delante la realidad y la crisis”. “Lo sucede el acuerdo con el FMI”.
.Que en 2018 se produjo una “disrupción macroeconómica” porque el programa del Gobierno tenía “baja consistencia y sustentabilidad en el tiempo”.
.Que el plan de “emergencia” con el FMI tiene dos objetivos “modestos pero fundamentales”: “a) transitar el año que queda hasta la elección presidencial sin nuevas disrupciones cambiarias y financieras; y b) mantener a Cambiemos en la carrera electoral por la reelección”.
.Que se califica a este mandato de Mauricio Macri “la transición de la transición”, y proyecta qué puede suceder con el tipo de cambio (la estabilidad del dólar va a depender de la oferta privada de divisa y un rebote de la exportación), las tasas de interés (pueden bajar si el BCRA compra dólares), la inflación (va a bajar en tanto se mantenga la “dureza del programa” monetario y fiscal), la renovación de la deuda (es importante mantener el riesgo país lo más bajo posible) y si la economía va a estar en fase expansiva para las elecciones (dice que no. A este apartado pertenece la frase del comienzo).
.Que el balance económico del “cuatrienio 2016-2019” incluye una comparación de la administración de Macri con la segunda presidencia de CFK. En inflación y PBI (los dos indicadores que toma) le da peor a Cambiemos.
.Que el análisis político sobre lo que se juega en la elección presidencial lo vincula con la situación económica, pero ojo, porque abre el paraguas para asustar a los inversionistas pero no tanto porque los tranquiliza al decir que el “populismo” no puede ganar la elección porque ya lleva “cuatro frenos” por parte de otros contrincantes políticos (2009, 2013, 2015 y 2017).
.Postula la “agenda ineludible” para “volver a crecer en el próximo mandato”. En la mira: reforma jubilatoria (porque el sistema está “quebrado” y genera “gasto público”); una reforma laboral sectorial (porque hacerlo “por la ley general puede ser un escollo infranqueable en la negociación con los sindicatos”) y una política comercial externa que aliente el ingreso de dólares.
¡Y todo esto dicho por la consultora de un amigo del Presidente! Que miedo, no?

Fuente: AF, NA, AF, Política Argentina, propias

ÚLTIMAS NOTICIAS