Quieren blindar el dólar hasta las elecciones

Algunas señales de este primer bimestre ayudaron a aliviar las tensiones del Gobierno en general y del equipo económico en particular. No sólo se trata del «veranito financiero», con estabilidad del dólar, baja del riesgo país y mejora de los bonos. También la economía real empezaría a mostrar algunas señales alentadoras. Las comparaciones mes contra mes (por ejemplo, de la recaudación medida en términos reales) ya muestran que se estaría deteniendo la caída de la actividad. Es decir, la economía habría llegado a su piso.
Pero lo que viene por delante no entusiasma a nadie. Aquel pronóstico de una recuperación briosa de la economía para fin de año que el ministerio de Hacienda redactó en la Carta de Intención con el FMI ya quedó atrás. En aquel texto, se hablaba de una reactivación con forma de «V», que permitiría a la economía crecer a un ritmo de 8% interanual, casi al mismo tiempo en el que se debe concurrir a las urnas.
Por lo bajo los principales funcionarios de Hacienda reconocen que fueron supuestos demasiado optimistas. Y ahora estiman que en realidad la economía podría estar expandiéndose a una tasa de entre 3 y 4% hacia fines de 2019. Muy poco si se tiene en cuenta que el punto de comparación es la fuerte recesión de fines de 2018.
Todo esto teniendo en cuenta que varios factores jugarían a favor. La cosecha hará repuntar de manera significativa el PBI agropecuario en el segundo trimestre y además aportará una buena cantidad de dólares. Además, el escenario internacional cambió positivamente y ahora no se esperan nuevas subas de las tasas de interés en Estados Unidos, al menos a lo largo de 2019. Esto aumenta el apetito por activos emergentes y la Argentina puede sacar provecho de ese mayor flujo financiero.

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