EL PERONISMO SE PREPARA PARA EL CONGRESO NACIONAL DE MAÑANA. LOS TEMAS EN AGENDA SON: POSIBLES ALIANZAS CON OTROS ESPACIOS POLÍTICOS Y LAS REFORMAS ELECTORALES. EL DOCUMENTO COMPLETO QUE PREPARÓ LANDAU ACUSA DE ´ILEGÍTIMO´ EL SISTEMA DE RECUENTO DE DATOS QUE PROPONE EL GOBIERNO

Asoma el cuco del “fraude”

El Partido Justicialista calienta motores para el año electoral. Este jueves tiene previsto realizar el congreso nacional que dejará abierto el juego para que el PJ acuerde con otros espacios políticos para conformar un frente que le dispute al macrismo la presidencia de la Nación. Del Congreso del año pasado al de mañana, el justicialismo logró en poco menos de doce meses aumentar su cauce significativamente con dirigentes que se habían alejado del partido. “Estamos en una etapa en la que el peronismo está llegando a acuerdos de unidad en distintas provincias”, señaló el presidente del partido, José Luis Gioja a medios nacionales.
Aunque los gobernadores de Salta, Juan Manuel Urtubey, y de Córdoba, Juan Schiaretti, embarcados en el proyecto de Alternativa Federal, ya anunciaron que no enviarán a los congresales de sus provincias, aunque ya el año pasado lo habían hecho sin generar daño al cónclave.
“El congreso nacional del PJ va a autorizar que el partido comience a cerrar acuerdos con otros partidos políticos, agrupaciones y movimientos sociales, con el fin de poner fin, a través de los votos, a esta cosa, que no se sabe bien qué es, que nos está gobernando, que encabeza (el presidente) Mauricio Macri”, arengó Gioja. El peronismo cierra filas así detrás de la idea de una unidad amplia que permita terminar con la etapa neoliberal reiniciada por el macrismo.

Cuestionamientos al hueso

Pero fundamentalmente los analistas finos anticipan que el PJ irá a temas puntuales a confrontar con el gobierno. Según Ignacio Zuleta el partido cargará contra las reformas que ordenó el gobierno por decreto y modifican, sin cambiar el Código Electoral, la forma de votar de los argentinos en el extranjero, los presos, los militares que controlas las urnas. Aunque el blanco principal será la modificación en la manera de transmitir los datos que propone el gobierno con el propósito de acelerar el recuento provisorio de los datos.
De hecho, el peronismo ya formuló el rechazo en reuniones que sus apoderados tuvieron con gente del gobierno. Los funcionarios de Interior escucharon también los reproches de los jueces electorales sobre el reemplazo de las actas de apertura y cierre de las urnas por un certificado que se transmitirá desde las escuelas por mail.
Dicen que ante esto, el gobierno está dispuesto a discutir qué papeles registrarán los resultados, pero ya licitó un sistema informático para la transmisión acelerada de los datos.

¿Reactivarán el fantasma del fraude?

Así las cosas, todo apunta a que en el congreso partidario que tendrá epicentro en el estadio de Ferro, la crítica a esos cambios ocupará buena parte del debate, que originariamente iba a limitarse a la aprobación de alianzas. La intención del peronismo es alzar el fantasma de un presunto fraude. El ponente será el apoderado Jorge Landau, que ha preparado el documento más crítico al respecto. Estos son los argumentos principales, trascendidos en exclusiva por el columnista de ZST:
“El cambio que intenta el gobierno hoy es inoportuno e ilegítimo. Ilegítimo, porque solo una ley de la Nación aprobada por una mayoría especial de partidos políticos con representación parlamentaria puede hacerlo. Inoportuno, porque un gobierno no puede cambiar las reglas al iniciar un proceso eleccionario (por decreto o por resolución judicial) y mucho menos ante el rechazo de los partidos de la oposición.
“No resuelve la incertidumbre del ´error humano´ ya que el gobierno no elimina la carga manual en la confección de los resultados. Solamente suprime la existencia de centros zonales del Correo y los reemplaza por centros de escaneo en cada escuela. Esto significa que la participación humana subsiste, así como la posibilidad de fallar. El gobierno aumenta la posibilidad de esas fallas humanas ya que la transmisión de datos sería más imprecisa porque reduce a menos de la mitad la medida de la tradicional acta de apertura y cierre y consecuentemente las columnas y cifras donde se asientan los resultados con la lógica falta de precisión. En algunas provincias como Buenos Aires donde existirán seis categorías de elección simultánea y diez o quince fuerzas políticas en competencia en una planilla con letras y números reducidos a menos de la mitad se incrementa exponencialmente la posibilidad de error. Modifica el diseño para forzar a que el escaneo resulte compatible con el modelo A4 porque el escrutinio se haría automáticamente por imágenes.
“Es anacrónico e inseguro. La información llegara desde el original escaneado y exhibido en la pantalla de la computadora sin posibilidad que exista una máquina verificadora con el agravante que los equipos a utilizar no son los adecuados de acuerdo con el dictamen de los expertos. Es endeble. Al descansar todo en la electrónica y no existir soporte en papel, todo descansa en la conexión a Internet desde los colegios la que resultaría insuficiente ante contingencias climáticas, cortes de luz, caída de la conexión satelital, etc. Es incontrolable por los partidos políticos. El software para utilizar esta desarrollado por una empresa privada y es de código cerrado. No existe análisis de ninguna institución oficial sobre la conveniencia y confiabilidad de uso del código abierto. El software de transmisión de datos ni se conoce ni ha sido probado nunca localmente. Solo lo conoce el gobierno. Es inseguro ya que el personal encargado del sistema (correo, poder judicial, partidos) no está aún capacitado para esta nueva modalidad de transmisión y ya no existiría posibilidad que ello ocurra atento a lo avanzado de la ejecución del cronograma electoral.
“El uso de computadoras electorales para la transmisión de resultados que intenta el gobierno ya fue eliminado en otros países. Ya fue prohibida en países como Alemania, Holanda, Finlandia, Inglaterra, Irlanda o Suecia entre otros porque no permitía garantizar que el voto sea correctamente escrutado (…)”. (ver documento completo https://www.eldiarioweb.com/documentos/hr1.pdf )
Según el politólogo, el debate será largo porque el gobierno esgrime que tiene las facultades para modificar la manera de transmitir los datos sin la necesidad de firmar decretos ni sancionar nuevas leyes. Seguramente este tópico tiene destino judicial. En lo político se confrontarás las acusaciones de intención de fraude de la oposición con los dardos del oficialismo hacia el peronismo por su resistencia al cambio y la defensa de lo viejo.

Malditos telegramas

Para el peronismo no siempre los telegramas le han jugado a favor. En su memoria está el resultado de las elecciones presidenciales de 2015 de Córdoba. Ese distrito fue el único del país en donde el escrutinio fue controlado por una junta provincial que presidía, además, la entonces concejal Alejandra Vigo, esposa de Juan Schiaretti. En Córdoba la diferencia en favor de Macri frente a Daniel Scioli fue de 43.04 puntos (71,52 a 28,48%), cuando en el resultado nacional fue de 2,68%. El peronismo muerde el freno cuando analiza esa elección. Algunos creen que hubo un arreglo amañado por el peronismo local para hacerlo perder a Scioli, y evitar que un cordobés poco querido en ese distrito como Carlos Zannini, fuera vicepresidente. Para probarlo afirman que hubo mesas con cero votos para el peronismo, y que los telegramas salían ya envenenados hacia los centros de cómputos. Si se le pone la lupa a ese resultado, hay que considerar todos los testimonios. En esas elecciones la Cámara Nacional Electoral ensayó un sistema – el «Prepa» – para hacer un recuento paralelo de los votos, que dio, muchas horas antes del final, un resultado muy cercano al 2,68 final. Para saber qué pasó habrá que hacer, alguna vez, un estudio del rigor del que acaba de publicar el académico Samuel Amaral sobre la primera elección que ganó Juan Perón. Ese estudio («Perón presidente: las elecciones del 24 de febrero de 1946», Saénz Peña: Eduntref, 2018) descula todas las mesas del país y brinda una radiografía impecable del voto, como no se había hecho sobre ninguna elección de la historia y que permite localizar de dónde sacó Perón los electores que lo hicieron presidente.

Elecciones, en revisión en todos lados

La inquietud sobre el sistema electoral no es un invento criollo. La nueva mayoría demócrata del congreso de los Estados Unidos comenzó a discutir, apena asumió, una nueva reglamentación electoral que repare las irregularidades del sistema. Ese debate surgió de las causas abiertas en la justicia americana sobre la injerencia de Rusia y de empresas de tecnología como Cambridge Analytics en la manipulación de la información y del electorado. El proyecto revisa el uso de mecanismos informáticos que pueden torcer la voluntad del voto. En EE. UU., a diferencia de la Argentina, el voto es voluntario. Es un sistema más eficaz para asegurar la representación y el pacto entre electores y elegidos. Ese sistema genera mecanismos de captura o de discriminación de segmentos del electorado que pueden cambiar el resultado según voten o no. En la elección de 2017 en la que triunfo Donald Trump, su contrincante Hillary Clinton sacón 3 millones más de votos populares, pero perdió en el Colegio Electoral. En esos comicios, además, se registró una caída del voto de los negros que llegó a los 2 millones. Los analistas han aportado explicaciones como que fue la primera ve en 8 años que el nombre de Barak Obama no estaba en las campañas, o que Hillary no había trabajado la identificación con ese electorado para no distanciarse del voto Trump. La norma persigue «expandir el acceso de los americanos a las urnas, reducir la influencia del «big money» en la política y hacer más rígidas las normas éticas en los funcionarios públicos» y lleva el número 1 de los proyectos de la 116° Legislatura. Se presentó el 1° de enero y en la primera semana de febrero se hizo la primera audiencia en una comisión especial de la cámara de representantes. Estuvo dedicada al debate con representantes de organizaciones civiles que persiguen reformas en el código de ética de los legisladores para representar intereses de parte mientras ejercen su mandato, o cual dejan las bancas y se convierten en lobbistas. Es un debate para seguir de cerca porque esas reformas suelen globalizarse”, advierte Zuleta. Habrá que ver…

Fuentes: ZuletaSintecho, NA.

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