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El colosal “superviento” de la Galaxia del Cigarro

Situada a 12 millones de años luz de distancia, en la constelación de la Osa Mayor, la galaxia del Cigarro (Messier 82) es una galaxia irregular que ha experimentado unos espectaculares brotes de formación estelar en su región central. Se piensa que esta desenfrenada actividad en formación de estrellas pudo ser desencadenada por la interacción gravitatoria con otra galaxia menor (Messier 81) que se encuentra cercana a ella. La galaxia del Cigarro reviste un interés muy especial para los astrónomos, pues es la galaxia más cercana a la Tierra de las que presentan este tipo de gran actividad en formación estelar.

Cigarro cósmico

La galaxia M82 se ve de canto y es esta orientación la que le da el peculiar aspecto de cigarro. En este cigarro cósmico las estrellas se forman diez veces más rápidamente que en la Vía Láctea. Los episodios más recientes y violentos de formación estelar sucedieron hace unos 10 millones de años, en el mismo núcleo de la galaxia, y hace 5 millones de años, en un anillo alrededor de la región central.
Tras formarse estas innumerables estrellas, la combinación de los vientos estelares individuales forma lo que los astrónomos denominan un ‘superviento’: una gigantesca eyección de radiación, de gas y de polvo, que emerge desde las regiones de formación estelar escapando a través de la galaxia, de manera perpendicular a su plano, para alcanzar el espacio extragaláctico.

Un telescopio montado en un Jumbo 747

El Observatorio Estratosférico para Astronomía Infrarroja (SOFIA, por sus siglas en inglés), fruto de la colaboración entre las agencias espaciales norteamericana (NASA) y alemana (DLR), es un instrumento muy especial: un telescopio con espejo de 2,7 metros de diámetro que va montado en la popa del fuselaje de un jumbo Boeing 747.
Su objetivo es captar la radiación en el infrarrojo lejano que, al ser apantallada por la atmósfera, no llega a los telescopios instalados sobre la superficie terrestre. El jumbo transporta al telescopio SOFIA a unos 12.000 metros de altitud, por encima de las capas más opacas de la atmósfera, y desde esa posición privilegiada sí que es posible observar la radiación infrarroja extrema de los astros.

Superviento magnético

Un grupo de astrónomos dirigido por Terry Jay Jones, de la Universidad de Minnesota, acaba de utilizar el telescopio SOFIA para observar el superviento de la galaxia del Cigarro en el infrarrojo lejano, concretamente a longitudes de onda de 53 y 154 micras. Los pequeños granos de polvo del superviento emiten este tipo de infrarrojos y, por tanto, estudiando esta radiación se pueden estudiar las características del polvo y del superviento en el que va transportado.
Los granos de polvo, como los que se encuentran en el superviento de M82, no son esféricos sino que tienden a ser oblongos, esto es, de forma un poco apepinada. Debido a la carga eléctrica que contienen, estos granos tienden a alinearse con su eje mayor a lo largo del campo magnético del lugar en el que se encuentran.

Transporte y distancia récord

Esto hace que la emisión de tales granos de polvo sea siempre polarizada (el campo eléctrico de las ondas oscila de una manera peculiar), y la dirección de la polarización revela la dirección del campo magnético en la zona. Así, mediante la observación de la luz polarizada infrarroja del superviento de M82, los astrónomos han podido reconstruir la estructura magnética del viento.
Resulta que el superviento parece transportar consigo el campo magnético de la galaxia hasta una distancia récord de unos 2000 años luz desde el centro galáctico. La imagen que encabeza este artículo muestra (en amarillo) que el campo magnético es perpendicular al plano de la galaxia en toda esa región y muy bien alineado con el viento. Sin embargo, fuera de esta zona, el campo magnético permanece más o menos horizontal, permeando el plano de la galaxia.

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