AL VACIAMIENTO DE LOS SELLOS SE SUMA EL DESENCANTO DE LAS CAMPAÑAS. EN CHUBUT, ARCIONI Y MENNA DISPUTAN TERRITORIOS CON CARAVANAS DE POCOS. SE EVIDENCIA UNA FUERTE FALTA DE MILITANCIA DE LOS PROYECTOS. EL PJ SIGUE AGAZAPADO EN SUS EGOS. SEBRELI CONFIRMÓ LA POLÍTICA OFICIAL Y LE SUGIRIÓ A MACRI QUE “NO LE HAGA CASO A LA GENTE”

El desbarranco de la representación

Por Trivia Demir

El escenario del poder aparece sumamente confuso. Con adelantamiento o sin él, el malestar público sobre las gestiones de gobierno pasado y presente tercerizan las simpatías y vacían de exitismo a cualquiera. Este escenario es así tanto a nivel nacional como a nivel provincial. Y lo paradójico es que en ambos casos gobiernan sellos diferentes, pero el resultado de descontento es el mismo. De los tres sectores que pretenden plebiscitarse ante el electorado, ninguno puede darse el lujo hoy de amasar certezas ni diferencias comprobables.
En el caso de Chubut, lo que parecía un trámite para Mariano Arcioni, de ´Chubut al Frente´, se fue convirtiendo en un carro que pareciera que viene tirando bastante solo y con el inconveniente de tener que garantizar la gestión. Precisamente lo que se entendía como un plus, que es contar con el aparato de gobierno, se ha transformado en un adelantamiento de perspectivas, tal como lo perfila hoy su equipo de tareas. Los inconvenientes del día a día, lejos de minimizarse a tiempo, se dejan avanzar hasta el punto de la aclaratoria, un territorio poco recomendable en épocas preelectorales. A la par, no se ha visto que su gabinete ´milite´ el proyecto. No se sabe bien si es por falta de coordinación, o se trata de una estrategia, pero el único protagonista central de la reelección de Arcioni, es el propio Mariano.
Ayer mismo, el mal trago de la silbatina en Cholila que ligó Arcioni y Massa, se omitió de plano, en lugar de capitalizarlo como parte de la campaña que por supuesto está en marcha.

La oposición no entusiasma

Pero si en el frente que promovió el arcionismo atado de Alternativa Federal a nivel nacional, la militancia es complicada, en cuanto al radicalismo que representa Gustavo Menna, el escenario no es muy diferente. La primera gran contradicción que no cuadra es el uso del sello Cambiemos y el intento de despegue del Gobierno Nacional, lo que en lugar de sumarle le restó un poco más de seriedad al armado chubutano. Además, mal que le pese a la fórmula, cada día de traspié del macrismo sigue impactando en la propuesta del “Cambia Chubut” que promueve Menna de una manera demoledora. Tampoco se ve un equipo de campaña consolidado que esté militando el proyecto, el cuál dicho sea de paso, posee muy pocos datos concretos sobre en que se basará el gran cambio. Y como se sabe, hay una fuerte tendencia del electorado provincial que responde a la máxima ´mejor regular conocido que otro por conocer´.
Para colmo, los dos candidatos que liderarían las encuestas: Mariano Arcioni y Gustavo Menna han decidido no confrontar como nos tenía acostumbrados el peronismo ortodoxo y el dasnevismo, con una cascada de debates puntuales. Apenas, al mejor estilo de conducciones ´gerenciales´ ambos candidatos frontonean un poco con Nación, pero con dichos que no superan de ninguna manera los improperios de ´Doña Rosa´.
La otra característica de campaña es pisarse los talones como muestra de disputa territorial. La semana pasada Arcioni le rodeó Sarmiento y sus afueras, mientras Menna andaba por Comodoro proclamando su próxima ¨revolución productiva´ con talleres de oficios. Y este fin de semana Menna fue a caminar Esquel, El Maitén y Cholila, justo cuando Arcioni tenía agenda allí con Massa, como quien diría ´para escupirle el asado´.
Pero para la vecindad estos movimientos tibios aparecen apenas como caravanas de recorridos que no terminan de definir nada, porque si ambos tienen un déficit, ese es de ´estrategia de encantamiento´ para las bases. Porque se sabe históricamente, que en el interior, sin hechos efectivos y sólo con promesas, no hay nada atado a la urna.

El PJ no despierta

El único dato concreto que entusiasma tanto al arcionismo como al mennamismo es que el peronismo no arranca. Pese al lanzamiento de los dos candidatos más fuertes, Carlos Linares y Gustavo Mac Karthy, la movilización peronista es extremadamente baja y sobre todo contradictoria en sus apreciaciones. Reflejo de ello fue el frío lanzamiento del exvicegobernador en la Cordillera.
Por eso se especula, que luego de las PASO, gane el que gane, no se dará en los hechos el famoso apotegma “el que pierde acompaña”. Sencillamente porque no hay mucha posibilidad que la militancia de Comodoro apoye al Valle o viceversa. En eso, la historia marca que la territorialidad es más fuerte que el sello. Sobre todo habiendo otras posibilidades progresistas en escena. De este entrevero es de donde podría espera sacar precisamente rédito “Chubut al Frente”, aventajando a Cambiemos de Menna. Porque está claro que es más probable que rasguñe votos peronistas el actual gobernador, que el radical aspirante.

Malos consejos

A nivel nacional, con la fuerte polarización Macri-Cristina, el escenario es aún más devastador para votante. Con la expresidenta fuera del país y con ruidos de un paso al costado, y las medidas nacionales que cada día le descuentan puntos a la reelección presidencial, el desconcierto no llega ya a los tercios. Para colmo, a pesar de no tener tiempo, aparentemente, para recibir a dirigentes de movimientos sociales de sectores vulnerables ni, por ejemplo, de reunirse con integrantes de organismos de Derechos Humanos, Mauricio Macri sí accedió a una cumbre en Olivos con un intelectual que hizo ruido y no del bueno para un electorado casi con ´ataque de pánico´. «No le hagas caso a la gente, Mauricio. La gente ha demostrado, a la largo de nuestra historia, ser delirante, retrógrada, voluble, impaciente, profundamente populista e irresponsable», le aconsejó Juan José Sebreli, el filósofo y escritor autor de ´El malestar en la política´, a Macri en un encuentro del que también participó el secretario de Cultura, Pablo Avelluto, en Olivos hace más de una semana.
Así lo relató el periodista ultraoficialista Jorge Fernández Díaz en La Nación, donde contó cómo completó la repudiable idea sobre los argentinos que, aparentemente, Macri deseaba escuchar: «Yo soy testigo ocular de los últimos setenta años de nuestras desgracias; conozco muy bien la mentalidad que las produjo. Todo político democrático debe estar con la sociedad, pero nunca detrás de ella, siempre adelante. Así fue como Felipe González logró meter a España en la modernidad, a pesar de las fuertes resistencias a izquierda y a derecha de aquel pueblo, que era también muy conservador». Según el mismo artículo, Sebreli piensa que, a pesar de sus múltiples errores de apreciación y de gestión, «Cambiemos es contracultural en un país decadente e inviable donde la norma es la anomalía». Palabras interesadamente duras, pero absolutamente oportunas para un oído ávido de convicción. Habrá que ver…

Fuentes: LN, NA, propias

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