La iniciativa para impulsar la utilización de aguas grises en tareas de riego fue presentada, durante el último encuentro legislativo de Puerto Madryn, por el edil Franco Albanesi, quien anticipó que en los próximos días se reunirá con la Cooperativa para analizar el proyecto.
Ello, teniendo en cuenta la intención de esta última de reflotar un tema que ya había sido puesto sobre la mesa de discusión casi de manera histórica, sin que concluyera en una aplicación concreta.
Según los primeros análisis, la metodología permitiría a cada usuario ahorrar unos 35 litros de agua diarios; se trata de una cifra menor, no obstante, en virtud de la cantidad de usuarios que tiene actualmente Servicoop, el total podría generar un importante ahorro para la entidad, que hoy atraviesa una crisis financiera.

En la mesa de discusión

En este sentido, Albanesi explicó que “la Sesión pasada ingresó a Comisión (de Obras Públicas) el proyecto para establecer un sistema de tratamiento de aguas grises domiciliarias” y remarcó que “sabemos que en la ciudad tenemos un sistema de recuperación de las aguas negras en la Cota 130, que es el más avanzado que hay y pone a la ciudad en un lugar interesante, respecto de la responsabilidad ambiental”.
Sin embargo, enfatizó que “lo que también sucede es que no se están tratando las aguas grises, que son las que salen de la canilla de la cocina, el lavamanos o la ducha misma del baño; ahí se pierden, según estimaciones, hasta 35 litros de agua por día por persona”.

Zona desértica

Por otro lado, el concejal planteó que “vivimos en una zona desértica, y siempre pasa que después de la tormenta, se corta el agua porque se incrementa la turbidez del río Chubut; no estamos tomando este tipo de medidas, que no son costosas, ni tecnológicas ni de ‘ultra’ avanzada, se están usando en todo el mundo hace mucho tiempo, sobre todo en zonas desérticas como es la nuestra, para reaprovechar el agua de la ducha, por ejemplo, para que vaya a la mochila del baño”.
En esta línea, precisó que “ahí hay entre 10 y 15 litros de agua, de los cuales no hay necesidad de que sean de agua potable, cuya generación es carísima; y, además, hay un sistema de doble descarga, para líquidos y para sólidos”.

Riego en las casas

A su vez, Albanesi expuso que “la mayoría de las mochilas no lo tienen, no es costoso para colocarlo ni difícil de instalar, lo puede hacer cualquier persona en su casa que se dé un poco de maña; ahí se puede reutilizar el agua de la ducha y, además, hacer esta doble descarga, que permite que ahorremos en el consumo de agua” y agregó que “el resto de las aguas grises sirven, tranquilamente, para el riego de la casa, porque el agua de reúso se utiliza para riego de sectores públicos, por lo cual las casas pueden regarse con ella y ahorrar en el consumo del recurso”.
En este sentido, puntualizó: “Puede ser un ahorro económico. No tenemos en este momento un cálculo de cómo puede impactar positivamente a futuro”.

Un ahorro a gran escala

Sobre la cantidad de litros que se ahorrarían por usuario, si bien la cifra oscila entre los 35 y 40 según distintos estudios, el beneficio sería extensivo a la cantidad de usuarios que hoy integran la Cooperativa: “En ese sentido, en el cálculo de gran magnitud, es algo importante. Pero, por sobre todo, me parece importante la cuestión ambiental y de cuidar el recurso. Además, si estas aguas no van a la cloaca, también hay un trabajo más coherente respecto de los desechos que estamos enviando a la misma; eso también tiene un costo, el agua potable y el que va a la cloaca, sumado al tratamiento que se hace de ambas”.
“El proyecto, que está en Comisión, podría ampliarse un poco más; es la idea”, anticipó el edil, sumando a ello que “tenemos que hablar con la prestadora Servicoop para ver cuál es su mirada, ya que la responsabilidad que hay para trabajar en esto es de todos, pero hay sectores que tienen una responsabilidad mucho mayor; quien está entregando el servicio tiene que hacer un trabajo de concientización y educación de la población, y el Estado también, por supuesto”.
Ambas partes “tenemos que estar de acuerdo en trabajar en este sentido”, sostuvo.

Plazos de adecuación

También, Albanesi mencionó que “hay una reunión pendiente con Servicoop y también con el área de Obras Públicas, que tiene que favorecer que las nuevas construcciones puedan tener este sistema; lo que dice el proyecto de Ordenanza es que hay dos años para adaptarse a este esquema, por lo que las nuevas construcciones ya deberían tenerlo instalado y debería haber una aprobación de obra con esta mirada, que haya algunos caños más que recuperen el agua gris”.
Sobre este punto, aclaró que “quienes tengan una vivienda no tienen que preocuparse ya que tienen un plazo mayor, en el caso de que fueran a hacer alguna modificación a la misma”.

Impacto en viviendas y edificios

En otro orden, adelantó que se reunirán “con el área de Ecología del Municipio y con los comercios que venden este tipo de artículos (de carácter sustentable), para que puedan establecer un precio estándar, que no haya un negocio que venda muy caro y otro muy barato, es decir, que haya un balance para que no se disparen los precios y todos puedan acceder a un costo similar” y consignó que “la Ordenanza también prevé cómo esto impactaría en una vivienda, en un edificio o en relación a los que están en el centro y fuera del radio urbano; hay sectores que están más alejados y que también podrían utilizar esta agua”.

Cuidar las cloacas

La idea “es poder trabajar con distintos sectores, que se pueda aprobar este año, y no esperar que colapse el sistema; sabemos que desde hace tiempo estamos al borde de la potabilización, el río Chubut abastece a todo el Valle y a Madryn; y va a seguir pasando lo que ocurrió recientemente que cuando hay una tormenta fuerte el río levanta turbidez y se complica”, explicó, concluyendo que “también es importante el tratamiento cloacal, ya que esta iniciativa viene a aliviarlo; sabemos que en muchos sectores de la ciudad revientan las cloacas, por lo que aprovechar una parte del agua hogareña para que no vaya a la cloaca, es colaborar en ese sentido; insisto, no es una cuestión comercial ni a que ahorremos puntualmente en la factura, sino a que vivimos en una zona desértica en la que no hay demasiada agua ni la habrá, y donde vamos a seguir teniendo este tipo de problemas, cuando llueve y cuando no llueve, también”.