LA FALTA DE ELOCUENCIA POLÍTICA Y LAS DECEPCIONES DISCURSIVAS DE ÚLTIMO AÑO. LA EXPOSICIÓN DE MACRI EN EL CONGRESO Y UN ANÁLISIS GESTUAL ENTUSIASTA. LO QUE SÍ DIJO Y LO QUE INTENTÓ PERO NO PUDO

Ni me lo digas

Por Trivia Demir

El último año de un período de gestión es sumamente complicado para todo aquel que pretenda reelegir. Sobre todo discursivamente porque la realidad es nada más ni nada menos que la peor opositora, y puede enrostrar sin mayor esfuerzo, apenas apelando a la memoria colectiva, todas las contradicciones entre el imaginario del candidato y las certezas del electorado. Por eso los discursos suelen ser resbalosos, inconsistentes, confusos, nerviosos y hasta tediosos. Nada que se parezca exageradamente tanto a la realidad vivida a nivel Nacional, Provincial y Municipal ayer, pero si algo. Esa es la amarga sensación de auditorios que esperaban ´otra cosa´, aunque no está claro que, porque hay que decirlo, los discursos son enumeraciones de lo hecho o del plan que viene.
De los casos domésticos se ocuparon profusamente los corresponsales de desgranar la crónica minuciosa de lo sucedido. (Ver págs. Interiores)
Lo novedoso es que a nivel nacional y en ese marco de ´decepción´ discursiva generalizada, y para salir del análisis de las palabras o las composiciones, no faltó quien le buscó la vuelta para tratar de convencer que los gestos y las poses pueden decir otra cosa que las palabras.
Para el consultor y coach de comunicación no verbal Alejandro Sangenis, fue uno de los discursos más apasionantes del presidente: «Dio todo para demostrar que todavía tiene toda la iniciativa y decidió mostrarlo desde su pasión y desde un lado genuino, ya que cree y demuestra que es un momento muy difícil. No fue como los anteriores discursos: él se jugó el todo por el todo, sacrificando la impecabilidad de las formas, por un mensaje que llegue directo a la audiencia», dijo a Infobae.
Según el experto, dentro de los múltiples gestos que realizó el jefe de Estado durante los casi 60 minutos que habló, «Le puso fuerza a los tonos de voz y aunque sacrificó mucho leyendo, lo acompañó con la elocuencia gestual porque quería transmitir un sentimiento fuerte en un momento de crisis», aseguró Sangenis.
Individualizó gestos a los que les dio una particular importancia, como que en distintos tramos del discurso tomó agua para separar los bloques del discurso
«También utilizaba gestos ‘batuta’, cerrando el puño y bajándolo, intentando acompañar permanentemente lo que estaba queriendo decir. Todo el tiempo juntaba los dedos, y se preguntaba retóricamente y se respondía», enfatizó el especialista.
Según este profesional que trató de buscarle la vuelta al déficit de credibilidad que generó la oratoria presidencial, Macri le dio mucha importancia a lo corporal y a lo no verbal. “Cada detalle fue cuidado para el presidente: en qué momento se tocó la boca, cuándo decidía tomar agua y tocarse el corazón”, opinó.
Dentro de las frases y momentos más destacados, resaltó la pasión en el momento en el que Macri dice: «El tiempo es hoy, nuestro tiempo es hoy, no dejemos que los predicadores de la resignación y el miedo le ganen a la esperanza. Nuestra esperanza es fuerte y está basada en lo que sabemos que podemos hacer. Y yo soy el primero en saber lo que han sido estos meses: ¡cuánto dolor! ¡cuánta angustia! Y me he hecho cargo, pero estoy seguro de que ésta es la generación que con valentía decidió encarar lo que nunca se había hecho. Decidió hacer una reforma profunda, de verdad, de nuestro país. Cambios de verdad. Esos cambios que se necesitaban y esperábamos y juntos nos hemos comprometido a hacer una sociedad en serio y juntos lo estamos haciendo».
«Intentó demostrar todo el tiempo un sentimiento muy fuerte, aun sacrificando su perfección en lo que decía; hoy lo que buscó es emocionar. Mostrarse como un líder, no caído, no defenestrado. En muchas ocasiones se tocó el corazón, un recurso que se utiliza para empoderar lo que está haciendo», dijo Sangenis.
En cuanto a los momentos de tensión que enfrentó en el Congreso hacia la oposición, Sangenis aseguró que vio por primera vez desde que asumió como presidente de la Nación una mirada desafiante en respuesta a los gritos y reclamos: «Vi una postura y una mirada desafiante, para mostrarse como un verdadero líder y con una postura territorial sobre el escritorio».
«Termina gritando acompañando gestos batuta con su puño izquierdo con el rostro en rojo, que es una clara muestra de emocionalidad para acompañar al final, desde lo corporal y lo verbal demuestra que está vivo y que tiene iniciativa. Finalmente toma aire, un microsegundo y deja inaugurada las sesiones extraordinarias. Toma un vaso de agua y se toca el corazón. Se lo ve en eje, por sobre todo con el claro objetivo de hacerlo bien emocional y tocar el corazón y demostrar la iniciativa que todavía mantiene», concluyó el coach no verbal en su interpretación sobre lo no dicho. Mal que pese, un discurso es para escuchar. Ya lo decía José Martí: “El lenguaje ha de ser matemático, geométrico, escultórico. La idea ha de encajar exactamente en la frase, tan exactamente que no pueda quitarse nada de la frase sin quitar eso mismo de la idea”.

Lo que sí dijo

Pero como “La lengua no es la envoltura del pensamiento sino el pensamiento mismo”, como decía Unamuno, sin embargo, en la apertura de estas 137° sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, Macri dejó claro varias cosas que si son contundentes y dejaron en su mayoría, sabor a resignación, por no decir fracaso.
Por ejemplo reconoció que la economía no está en el lugar que pretendía originalmente, y justificó la contracción de la actividad por «shocks imprevistos». También asumió que la pobreza volvió a los niveles «de antes», dijo que la inflación bajará este año, ratificó su obsesión por reducir el «déficit cero» y anunció un aumento para la Asignación Universal por Hijo (AUH) para atender la emergencia de algunos sectores.
«Desde 2012 nuestro país no crecía. Hoy estamos resolviendo problemas que no son coyunturales, son estructurales. Si no hubiésemos tomado las decisiones que tomamos, la economía hubiera colapsado. Este es un modelo gradual que fue exitoso durante dos años y medio. Bajó la inflación y creamos 700.000 puestos de trabajo», expuso.

Lo que intentó decir y no pudo

Por otra parte el Presidente se trabó o largó ´furcios´ en varios momentos del discurso, y fue tal vez el tema donde las redes lo ultimaron en términos de resonancia.
Con gritos, acelerado por momentos y trabado para pronunciar varias palabras Macri dejó varios fallidos para la historia.
Uno de los más llamativos y resonantes fue el que tuvo que ver con la seguridad. “Estamos frenando la entrada de las bandas por nuestras fronteras, como la frontera norte, que ahora con el apoyo del narcotráfico… del Ejército fortalecemos la lucha contra el narcotráfico”, dijo el de corrido, sin disculparse por el fiasco y mientras la cámara enfocaba a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Otro de los fallidos de Macri apareció cuando hablaba de las energías renovables y las posibilidades de los distintos sectores del país para producirlas. “El noroeste argentino es una de las zonas de mayor radiación solar del mundo”, intentó decir de corrido el Presidente, pero para llegar a esa frase repitió varias veces “radiación solar” con algunas fallas y entre medio llegó a decir “radiación social”.
En otro tramo del discurso, Macri se refirió al trabajo con las mesas sectoriales y aseguró que están “viendo qué trabas podemos renovar”. También se refirió a “las rutas construidas en construcción” para dar cuenta del avance de las obras.
Esto fue combustible para las redes sociales, que no perdonaron al mandatario, y que como anticipó Noticias, “la semana que viene tendrá que abrir el Congreso de la Lengua Española, junto al rey Felipe V, en la provincia de Córdoba”. Un verdadero acto para el cual hay varios en campaña que ya empezaron a alquilar balcones.
En fin, “existe un lenguaje que va más allá de las palabras. Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente”, decía Ludwig Wittgenstein. Toda una síntesis.

Fuentes: NA, TN, Noticias, Exahustiva, propias

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