El Hospital Zonal “Dr. Andrés Ísola” será sede, a mediados de mayo, de una jornada de talleres y capacitaciones, enmarcadas en la Semana Mundial del Parto Respetado, una celebración de carácter internacional que busca concientizar sobre el respeto a los padres, madres y niños en el momento del nacimiento, así como también otros aspectos como la atención durante el parto, todo ello enmarcado en la Ley 25.929, de carácter nacional.
La cita tendrá lugar el 14 de mayo y se extendería hasta el día 20, con actividades, talleres y capacitaciones que se desarrollarán en el nosocomio local, entre profesionales del mismo y especialistas de la “Red Nacer”.

Cursos abiertos y charlas

El evento, que fue declarado De Interés por el Concejo Deliberante de Puerto Madryn, también se basa en los postulados de la normativa nacional, la cual establece distintos derechos que posee la madre en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto, a la vez que también establece los derechos, el padre, y la persona recien nacida.
Además, el sector de Maternidad e Infancia del Hospital, de manera conjunta con la Red Nacer, organizará capacitaciones y talleres para el personal del sector de obstetricia del “Andrés Ísola”, como así tambien cursos abiertos a la comunidad.

El Hospital, pionero

Al encuentro asistirán tanto el director de Maternidad como los jefes de Tocoginecología y Obstetrícia. A través del documento que resaltó la importancia de dichas jornadas, los ediles consideraron que el Hospital “es una institución pionera en la atención respetosa a la mujer gestante y el niño o niña por nacer”, a la vez que recordaron que la Carta Orgánica Municipal, en su Artículo 58, “establece que la política pública de salud municipal se rige por los siguientes principios de equidad, universalidad, solidaridad, interculturalidad, calidad, eficiencia, eficacia, integralidad, accesibilidad, enfoque de género y generacional”.

Derechos natos

Según lo establece la Ley Nacional, toda persona recién nacida tiene derecho “a ser tratada en forma respetuosa y digna”, “a su inequívoca identificación”, “a no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación o docencia, salvo consentimiento, manifestado por escrito de sus representantes legales, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética”, “a la internación conjunta con su madre en sala, y a que la misma sea lo más breve posible, teniendo en consideración su estado de salud y el de aquélla” y a que “sus padres reciban adecuado asesoramiento e información sobre los cuidados para su crecimiento y desarrollo, así como de su plan de vacunación”.
Al mismo tiempo, la normativa se hace más extensiva en lo relativo a los derechos que una mujer tiene “en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto”, cuestiones que muchas veces recaen en denuncias por “violencia obstétrica” cuando no son respetadas.
En este sentido, el texto enumera algunos de los derechos, tales como “a ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante esos procesos de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas”, “a ser tratada con respeto, y de modo individual y personalizado que le garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial y tenga en consideración sus pautas culturales”, “a ser considerada, en su situación respecto del proceso de nacimiento, como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto” y “al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer”.

Nacidos y en riesgo

Por otro lado, la legislación también establece derechos para los padres de una criatura nacida “en situación de riesgo”, entre ellos “a recibir información comprensible, suficiente y continuada, en un ambiente adecuado, sobre el proceso o evolución de la salud de su hijo o hija, incluyendo diagnóstico, pronóstico y tratamiento”, “a tener acceso continuado a su hijo o hija mientras la situación clínica lo permita, así como a participar en su atención y en la toma de decisiones relacionadas con su asistencia”, “a prestar su consentimento manifestado por escrito para cuantos exámenes o intervenciones se quiera someter al niño o niña con fines de investigación, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética”, “a que se facilite la lactancia materna de la persona recién nacida siempre que no incida desfavorablemente en su salud” y “a recibir asesoramiento e información sobre los cuidados especiales del niño o niña”.