Por Alejandro Lodes

Semanas atrás mi amigo me decía: «No hay nada más al pedo que el percusionista de Slipknot», pero en un intento de calmarlo le comentaba que el sonido de una banda era la suma de las partes. Esta semana amanecimos con un acontecimiento muy gracioso y es que el Sr percucionista ‘pinocho’ inició una demanda judicial, a la banda pidiendo más participación económica con la recaudación de la banda en tours. Imagínense que esta noticia fue lo primero que envié por whatsapp a mi amigo para terminar en risas y carcajadas a la distancia.

En una banda como Slipknot, donde el sonido ‘Nu Metal’ lleno de voces guturales, una batería que la rompe y ni hablar de los bajos y guitarras, no hay espacio por lo general para un percusionista. Pero en esta banda sí. Un ‘chaboncito’ que le pega a unos timbales y otras cosas para añadir un poco más de ruido. Todo bien, pero ahora que me digas que debería cobrar lo mismo que Corey Taylor… eso es una charla de vinos, cerveza y discusiones de madrugada.

Están en la etapa previa del lanzamiento del nuevo disco, y en la preparación de una gira mundial para presentarlo. Que más podemos decir… La plata mueve al mundo, pero a este percusionista lo mueve más. Viva Corey Taylor, viva el Nu Metal gutural, y si a Chris Fehn no le gusta la plata que cobra, que se pegue ‘otro saque’ y se concilie con el más allá (siempre diciéndolo con amor).